Despedida.
Una de las últimas fotos que tengo de la bolita. |
Esta es una entrada triste. Me la tengo
que permitir antes de comenzar con todo el chorreo de entradas sobre
la boda y el viaje que se avecinan. Es una entrada de homenaje.
El viernes, cuando estábamos recién
llegados a Madrid, nos dijeron que nuestro conejito se había muerto
el lunes. Para mí fue una noticia muy triste. Me cogí un buen
berrinche. Sabíamos que ya era mayor, siete añitos tenía, pero no
esperábamos que se fuera tan pronto. Hoy, unos días después, ya
puedo pensar un poco más sobre ello.
Hasta que no tienes una mascota no
sabes cuánto te puedes llegar a encariñar con un pequeño mamífero
peludo. Yo voy a echar mucho de menos a mi pequeña bolita de pelo,
suave y mimosa. Me hacía mucha compañía cuando estaba sola en
casa. Y guardaré muchos recuerdos buenos, como lo que le gustaba
acurrucarse con nosotros en invierno, cuando venía a pedir mimos y
calorcito, lo tragón que era, cuando le llevábamos a la cama,
cuando se subía al sofá y se echaba la siesta conmigo, el día que
el pequesaurio le estuvo dando chuches, lo feliz que estaba cuando
compramos la alfombra, lo gracioso que era verle asearse y limpiarse
las orejas, lo que se enfadaba cuando Dani le hacía “el conejo
volador” y lo fácil que se desenfadaba con una pasa... Y muchas
cosas más que ahora me entristecen un poco, porque no volveré a
tenerlas, pero que han merecido toda la pena que tengo ahora.
Muchísimo. Han sido dos años de mucho cariño.
Hasta siempre, bolita.
PD: Me voy a permitir unos días más sin escribir en el blog, mientras termino mi viaje de fin de novios* en La Coruña, poniéndonos ciegos de pulpo y albariño.
*Me ha encantado este concepto de "viaje de fin de novios", si tenemos los viajes de fin de curso y los de fin de carrera, este nombre queda menos cursi que la luna de miel, y al fin y al cabo, acabas de terminar tu periodo de novios :P
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