lunes, 20 de agosto de 2012

Costa Oeste de EE.UU: Las Vegas (I).

Bueno, pues hoy empiezo con el viaje propiamente dicho. A ver cómo sale la entrada.

El lunes 9 nos levantamos a las 6.30h para estar en el aeropuerto a las 7.30h. El vuelo salía a las 10.25h, pero queríamos estar con suficiente tiempo, y también evitar los atascos mañaneros de Madrid. Teníamos el vuelo con American Airlines y cuando llegamos a facturar, todavía no estaba abierto. Al rato abrieron la facturación, pero antes nos hicieron pasar una especie de entrevista sobre nuestro equipaje y nuestro itinerario en EE.UU. Después facturamos las dos maletas que llevábamos y nos fuimos a coger el tren que nos llevaba a la T4 satélite. Allí localizamos la puerta de embarque y nos tomamos un café con un croisant.

El vuelo fue tranquilo, pero íbamos en un avión bastante pequeño para ser un vuelo transoceánico, como los que se usan en los vuelos europeos, y no teníamos pantalla individual. Nos entretuvimos con unas revistas que habíamos comprado, con la comida que nos dieron (pasta o carne guisada) y leyendo un libro. Justo cuando el avión iba a aterrizar pudimos ver Manhattan desde el aire... ¡Yo me quería quedar! Al llegar al JFK nos dirigimos rápido a pasar la aduana. Había bastante cola pero fue rápido, una media hora. Nos tomaron las huellas y poco más, el señor de la aduana ni nos preguntó nada. Recogimos las maletas de su cinta, las dejamos en la cinta de connections y nos dirigimos a pasar de nuevo el control de seguridad del aeropuerto para ir a la puerta de embarque del vuelo a Las Vegas. Cerca de la puerta de embarque comimos algo en un Bistro, ya que eran como las cuatro de la tarde, aunque para nosotros fue casi cena. Tomamos un wrap de carne, unos fingers de pollo y nuestras primeras cuatro Buds por unos 55$ más propina. En el vuelo a Las Vegas, al ser un vuelo interno o doméstico, sólo nos dieron bebida, a pesar de ser casi cinco horas de vuelo.

Bueno, pues tras casi 20 horas de viaje llegamos al aeropuerto McCarran a las ocho de la tarde, hora local, aproximadamente. Llegar al aeropuerto de Las Vegas es alucinante, sobre todo si está anocheciendo, como llegamos nosotros, porque se ven todos los hoteles del Strip realmente cerca mientras te aproximas a la pista de aterrizaje. Aunque sólo reconocimos el Luxor, fue muy impresionante. Recogimos las maletas con un poco de susto, porque una de ellas tardó en salir bastante, y cogimos un taxi. Por el camino íbamos viendo los hoteles más famosos y señalando como paletillos, el taxista debió flipar un poco nos nosotros, que íbamos todo el rato ¡Ala, mira el New York-New York! ¡Mira, mira, el Excalibur! ¡Wow, mira el Paris-Las Vegas! XD

Por unos 20$ (propina incluida) y en diez minutos llegamos al hotel Planet Hollywood. Me costó un triunfo decidir en qué hotel quedarnos en Las Vegas. Al principio estuve barajando alguno más barato, como el Excalibur, el Luxor o el Treasure Island, que también están en el strip pero no tan en el centro. También alguno más barato por ser algo más viejos como el Flamingo o el Harrah's, ya que los hoteles buenos se nos iban de presupuesto (el Bellagio, el Caesar's Palace, el Venetian...). En centraldereservas.com encontré una buena oferta para el Planet Hollywood, que está bastante bien y muy céntrico en el Strip (justo frente al Bellagio), y como tenía cancelación gratis hasta 24 horas antes, lo cogí sin pensarlo. En esta página pagas la estancia previamente y llevas un bono para el hotel.

Nuestro hotel. Foto de Larry D. Moore.

Ya en el hotel hicimos check-in. Había un poco de cola, así que tardamos casi 20 minutos en que nos dieran la habitación. Yo estaba como si la cosa no fuera mucho conmigo, entre el cansancio, el sueño y estar en un sitio tan peculiar, me parecía como un sueño raro. A las nueve de la noche conseguimos llegar a la habitación. Cada habitación del hotel está decorada con una película diferente. A nosotros nos tocó Blade Runner y flipamos bastante cuando lo vimos. Compramos agua en una máquina con la tarjeta de crédito (2$) cogimos hielo en la máquina (gratis), nos acomodamos, vimos la tele un rato y a dormir. A las diez de la noche, para nosotros eran las siete de la mañana y llevábamos más de 24 horas despiertos.

La habitación del hotel era enorme, con una cama de casi dos metros de ancho y muy cómoda. Dormíamos con un edredón finito, porque allí siempre está puesto el aire acondicionado y está prohibido abrir la ventana en verano. Tenía un baño inmenso, con una bañera de flipar y la ducha aparte. No me gustó mucho el olor, no sé si era a tabaco o a moqueta vieja, pero al segundo día ya me había acostumbrado. Lo mejor del hotel, la cama, sin duda alguna, y la ubicación, tan céntrica que íbamos andando a todas partes.

Peazo cama.

Peazo bañera.

El váter y la ducha separados.

A las cinco de la mañana del martes ya estábamos despiertos, aunque nos quedamos en la cama descansando hasta las seis, más o menos. Nos duchamos y bajamos a desayunar. Es muy curioso ver por primera vez el casino a esas horas, ya que hay poca gente y está como muy tranquilo. Hay un Starbucks y pedimos dos caffe latte y dos croisants por unos 15$. No funciona la Wifi del Starbucks por lo que terminamos rápido y salimos a dar una vuelta. Al salir a la calle nos da una bofetada de calor seco que me recuerda a la sauna del gimnasio. Son las ocho de la mañana y ya hace unos 35 grados, pero no nos extraña porque estaban dando 30 grados de mínima en la predicción cuando lo miré en Madrid. Vemos el Bellagio, que está justo en frente de nuestro hotel. También el París - Las Vegas y el Caesar's Palace. Hacemos algunas fotos y seguimos hasta el Venetian, en el que entramos. Justo en ese momento se muere la batería de mi cámara. ¡Mierda!

El Bellagio a la luz de la mañana.

Una vista del Strip hacia el sur.

Tras esta bonita foto del Venetian mi cámara decidió irse a dormir...

Dentro del Venetian Dani alucina con el Gran Canal que tienen montado en la segunda planta. Parece que estás en la calle, por las dimensiones y por el techo que está pintado como el cielo, aunque la temperatura es mucho más agradable, claro. Me pregunta si se parece a Venecia y me surge la idea de que es "demasiado Venecia", como si Venecia sólo fuese la parte renacentista y bonita...

El gran canal en el Venetian.

Seguimos andando hacia el Wynn para recoger las entradas. El centro comercial del Wynn es alucinante, se nota que es un hotel de lujo porque todas las tiendas con tipo Dior, Chanel, Manolo Blahnik, Louboutin, etc. Sin que veas ni un precio en los escaparates, claro. La taquilla no abre hasta las 10 y son como las 9, así que salimos del hotel y vamos a un centro comercial que hay enfrente. Como hemos desayunado hace mucho rato yo ya tengo hambre, y comemos unos chicken popcorns y dos Pepsi en el KFC por unos 10$. Una vez recargadas las pilas, damos una vuelta por las tiendas, pero no compramos nada porque no nos parece muy barato. Volvemos al Wynn y recogemos las entradas para Le Reve con el pasaporte, porque ya estaban pagadas. Volvemos al Venetian y nos tomamos dos Buds por 10$. Nos piden el pasaporte para darnos la bebida, cosa que va a ser bastante habitual durante todo el viaje, y que me sube mucho la autoestima que me echen 10 años menos XD. También visitamos la tienda de Harley-Davidson y Dani se compra una camiseta y alguna chorradilla más.

Seguimos andando dirección sur, hacia el hotel, y paramos en el Flamingo a comer algo en el food court. Comemos dos porciones enormes de pizza y dos Buds por unos 25$. Al lado unas canadienses borrachas se ponen a pegar hebra con Dani preguntándonos que cuánto tiempo llevamos juntos y que es muy bonito vernos compartir unas cervezas y conversación... ¿Será que las parejas canadienses no hablan cuando comen? Después de comer entramos en una tienda de fotografía y compramos una batería para mi cámara por 30$. No me apetece estar otro día sin cámara con tantas cosas increíbles que estamos viendo. Volvemos al hotel con un calor del infierno insoportable. Vemos unos capítulos de Big Bang Theory y de Padre de Familia (es curioso verlos en versión original, con sus voces de verdad). Nos echamos una siesta de unas dos horas.

Tras la siesta mortal, salimos otra vez del hotel hacia el Wynn. Paramos a ver el espectáculo de las fuentes del Bellagio. Muy bonito, nos gusta mucho. Al subir también vemos el espectáculo de las sirenas y los piratas del Treasure Island, pero no nos paramos mucho porque vamos justos de tiempo.


El espectáculo que íbamos a ver, Le Reve, no es exactamente del Circo del Sol, sino de uno de sus fundadores que se ha ido por libre. Pero es muy del estilo. El escenario es una piscina circular, con las butacas de espectadores todo alrededor de ella. Hay muchas acrobacias, música, natación sicronizada... todo muy bonito e idílico. Nos gustó mucho.Salimos a las once de la noche y estamos tan cansados que no tenemos ni hambre. Compramos agua y nos vamos a dormir.

El teatro circular de Le Reve en el Wynn.

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