De relatividades, esperas y solsticios.
Esta semana no puede estar siendo más larga. Me parece
imposible estirar más el tiempo. Para que luego digan que la relatividad no
existe. Como que las dos semanas de vacaciones me van a durar la mitad de la
mitad de ésta. Es así de duro, pero real comolavidapispa... Es curioso esta sensación de que el tiempo está parado, que se estira como un chicle, que le cuesta pasar, que se espesa. Pero bueno, contar las horas que te quedan para las vacaciones no está tan mal. Peor será cuando tenga que contar los meses.
¡Y que ya estamos en verano! ¡Yuju! Me gustan los solsticios. Sobre todo éste, que significa que el verano ya está aquí. Y eso que por estas tierras no se estila mucho celebrar San Juan, pero sería una fiesta que me encantaría celebrar todos los años. Aunque este año el calorcito todavía no se ha notado ná de ná, menos un par de días la semana pasada. Todo el fin de semana pasado cambiando la ropa, despidiéndome de los jerseys y las bufandas, sacando con ilusión los vestiditos y los pantalones cortos, y todavía no los he podido reestrenar. Yo creo que por eso también se me está haciendo tan cuesta arriba esta semana, se me fastidiaron los planes de ir con Andrea a la piscina a ponernos morenas para la boda. Al final voy a ir más blanca que la leche.
En fin, que me voy a preparar la maleta (o a empezarla por lo menos), que mañana nos vamos a pasar unos días al pueblo. A ver si no cojo ningún kilo más, que al final no me va a servir el vestido que me he comprado para la boda. Aunque con las tapitas ricas, los vinitos y las comilonas que no vamos a dar, va a estar complicado. Y a ver si me puede dar el sol un poco, aunque sólo sea para quitarme este color grisáceo de todo en invierno encerrada y toda la primavera lloviendo.
Ale, a disfrutar del finde, que yo voy a dejar pasar tan rápido como se dejen las siete horas que me quedan de trabajo :P
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