El plan padre (o del destete nocturno).
Con esto de la maternidad en la era de las nuevas tecnologías, una tiene a su disposición toda la información del mundo. Y gracias a poder leer las experiencias de otras mamás en sus blogs, me enteré de la existencia del plan padre (o método padre). Este método consiste en que, en bebés que se despiertan muchas veces durante la noche y toman teta en cada despertar, empiece a atender los despertares el padre, sin dejar llorar al bebé, para que no relacione despertar con teta. Más o menos así lo entendí yo. Lógicamente es algo que no funciona en todos los bebés, si un bebé necesita comer cada poco tiempo porque aún es pequeño, pues no va a funcionar.
Y os pongo en situación. Me incorporé a trabajo cuando la peque tenía 11 meses. Fueron once meses que no dormí más de tres horas seguidas casi ninguna noche. Hubo temporadas mejores de dos o tres despertares, y épocas peores, de despertar cada hora. Pero lo llevaba bien porque no tenía que madrugar, nos levantábamos a las nueve o las diez, me podía echar alguna siesta cuando se la echaba la peque, y mi única ocupación era cuidar de la niña. Cuando me incorporé empezó una época horrorosa. La niña dormía muy mal, con muchos despertares, y además tenía que estar pegada a mí, si la ponía en la cuna se despertaba a los diez minutos. Yo creo que era por todos los cambios que estábamos viviendo: separación, empezar la guarde, empezar a caminar, viruses de la guarde... Y yo tenía que levantarme antes de las siete sí o sí y currar todos los días, y mi trabajo no es precisamente relajado. Así que iba zombi todo el día. Pero zombi de verdad. De hacer cosas en piloto automático sin pensar. Esperé un mes y medio a ver si la cosa mejoraba con la adaptación de la niña, pero no. Así que le propuse a Dani probar unos días el plan padre. Él, como buen maridito sexy y amantísimo padre, aceptó a regañadientes, y un sábado (por si no dormíamos ninguno de los tres) empezamos con el plan.
Ha pasado ya un mes y os cuento la evolución. Lo que hemos hecho es que Dani ha estado durmiendo en mi lado de la cama, que es donde está la cuna de colecho. Las primeras noches, cuando la niña se despertaba, Dani la intentaba calmar, le ofrecía agua o se acurrucaba con ella. Creo que sólo hubo una noche que la niña no se calmaba y le di el pecho. También ha habido otras noches que se despertaba y le costaba volver a dormir, pero como no lloraba, yo no intervenía. El resto de noches ha ido disminuyendo el número de despertares y las últimas dos semanas ya casi no se despierta y duerme casi todas las noches del tirón. La verdad es que no pensaba que fuera a funcionar tan bien. Eso sí, que ella duerma del tirón no quiere decir que nosotros no nos despertemos. La jodía se mueve y le da patadas a su padre, y muchas veces se queja en sueños y yo me despierto al mínimo ruido que hace (es lo que tiene el gen de madre).
Por otro lado, el plan padre ha sido un destete nocturno, que también se trataba de eso. Las primeras noches lo pasé regular porque pasar de darle cada hora a no darle en diez horas, pues me levantaba con los pechos a reventar. Poco a poco se me ha ido regulando la producción y la verdad es que ya casi nunca noto los pechos llenos, aunque pasen muchas horas. Creo que ya podría irme a trabajar sin darle antes, pero como sólo le doy tres o cuatro veces al día, me da cosa quitarle otra toma más.
Y algunas conclusiones que he sacado en estas semanas.
Da la impresión que, cuando dormía a mi lado, en cualquier mínimo despertar la peque me olía y reclamaba la teta para volver a dormir. Intentar dormirla de otra manera sólo servía para que llorase más y a mí me frustraba muchísimo. Estando su padre al lado no me huele y en los despertares le vale con saber que le tiene cerca y sigue durmiendo.
El plan padre no es para que por las noches se fastidie el susodicho, en lugar de la madre, por mucho que mi marido se empeñe en chincharme con esto. A la vista está que el número de despertares se ha reducido muchísimo y dormimos mucho mejor. Aunque él duerma un poco peor XD
Nunca pensé que iba a ser yo la que destetase a la peque, y al principio me sentí un poco mal por ello. Pero la lactancia es cosa de dos, y tal y como lo hemos hecho creo que ha sido respetuoso con la niña. Y para mí ha sido un alivio, ahora cuando le doy el pecho lo hago con gusto, y tengo energía para estar con ella por las tardes y no estoy de tan mal humor.
No sé si el cambio es definitivo, y todavía no me he atrevido a volver a mi lado de la cama, pero es cierto que en este tiempo le ha salido un diente (camino de dos) a la peque y el sueño no ha empeorado. Sí que hay momentos que echo de menos dormir con mi chiquinina acurrucada a mi lado, pero luego me acuerdo de mis ojeras y el agotamiento de hace un mes y pico y se me pasa :P
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