jueves, 31 de agosto de 2017

Agosto de vuelta a la rutina.

Tres semanas y media de vuelta a la rutina ya. Que no me hablen de vuelta al cole, que eso ya lo he pasado XD

Ruralizando a la peque, vuelta a casa y a la pisci de los abuelos.
Tardes de piscina, excursiones y primera vez en el zoo.
Chiquinina fotógrafa, compras frikis y castillo madrileño. 

Ale, a por la recta final del verano, las fiestas alcorconeras y dar la bienvenida al otoño.

lunes, 28 de agosto de 2017

De virus a bacteria y tiro porque me toca.

Llevamos unas semanas de vuelta al cole muy accidentadas. Sí, porque nuestra vuelta al cole en vez de empezar el 7 de septiembre empezó el 7 de agosto, pero eso es otro cantar... En estas tres semanas hemos estado de baja los tres. Que si gastroenteritis, que si migrañas rarunas, que si otitis con fiebre... Ya no sé qué más nos queda, no vamos a dejar nada para la temporada otoño/invierno.

La pobre chiquinina se las va pillando todas, aunque debo decir que ahora que ya habla es más fácil que cuando era bebé. La otitis que se ha pillado, el sábado empezó a decir que le dolía la orejita, y por la noche lloraba y no podía dormir, así que le dimos ibuprofeno para el dolor. El domingo la llevamos a urgencias y, efectivamente, el pediatra nos confirmó que tenía otitis. Si hubiera sido bebé, habría estado irritable, habríamos pasado una noche horrible, y hasta que no hubiera tenido fiebre no hubiésemos ido al médico. Así hemos ido adelantando XD

Con la gastroenteritis nos costó más, porque yo la preguntaba si tenía ganas de vomitar y ella lloraba y decía que no quería vomitar más... Que mi niña habla muy bien, pero con dos años es difícil dominar todas las sutilezas del lenguaje.

Pos eso, que a ver si ya nos libramos de todas las infecciones de la guarde y conseguimos volver a la rutina con más tranquilidad. Uf.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Superpoderes de madre.

Anoche la chiquinina se puso mala y vomitó dos veces de madrugada, y gracias a mis superpoderes sólo tuvimos que cambiarle el pijama. Ahí es ná.

Estos poderes de madre que me han permitido semejante hazaña, son el superoído que me permite escuchar cualquier mínimo ruido que haga la peque, el despertar superrápido sin importar en qué fase del sueño esté cuando mi superoído detecta cualquier ruido, y reflejos ninja que me permite coger en brazos a la chiquinina en décimas de segundo. También ayuda que la niña duerme a menos de cincuenta centímetros de mí. Y que lo mismo estoy exagerando un poco, pero no tener que ponerte a cambiar sábanas de la cama y la cuna a las dos de la mañana porque has estado rápida, da un subidón que una se lo tiene que creer un poco XD

¡Y dos veces! (nohasefaltadesirnadamás).

Cualquier madre o padre que haya sufrido una vomitona nocturna entenderá el orgullo y satisfacción.

La niña mejor, por cierto, va tolerando líquidos.

Y la vuelta al curro fataaaaalllrrr... Pero bueno, todavía estoy aterrizando.

sábado, 5 de agosto de 2017

Lactancia en niños mayores (o lactancia prolongada).

Aprovechando que es la semana internacional de la lactancia, voy a hablar de este tema, que tenía en el tintero. Como la OMS recomienda que los bebés tomen leche materna mínimo hasta los dos años, con lactancia prolongada se refiere a niños mayores de esa edad, es decir, niños que ya andan y hablan. Aunque es verdad que como en este país tenemos las tasas de lactancia que tenemos, cualquier bebé que tome pecho más de un año ya suele sorprender. Esta entrada, más que algo informativo o divulgativo, es mi experiencia con la lactancia con una niña más mayor.

La chiquinina lleva 28 meses de lactancia. Ya camina, corre, intenta trepar a los sitios, salta, y lo que es más importante, habla muchísimo. Se expresa con mucha claridad y hace unas construcciones gramaticales que a veces me alucinan. He notado un cambio importante en la actitud de los que me rodean hacia nuestra lactancia sobre todo desde que pasó el año. No niego que pueda haber una presión hacia las madres para que amamanten a sus bebés, pero sólo si tienen unos pocos meses. A partir del año la presión suele ser para destetar. Como soy una persona que no recibe muy bien las críticas (sí, es un defecto, lo sé), intento no exponerme a ellas, por lo que según ha ido creciendo la chiquinina, nuestra lactancia ha ido quedando relegada más y más a la intimidad. Sé que esto no es muy favorable para normalizar una situación que debería verse como tal, pero es como a mí me ha salido.

La parte positiva de darle el pecho a una niña que ya habla es que se pueden negociar y explicar muchas situaciones. Por ejemplo, decirle que en el parque no le voy a dar, que espere a llegar a casa (esto empecé a hacerlo este invierno, porque darle en la calle con el frío me daba muchísima pereza). También ella puede decir qué es lo que quiere, si tiene sed, hambre, necesita consuelo... Y en esos casos a veces se puede negociar una alternativa. La parte negativa de darle el pecho a una niña que habla es que cuando quiere teta y no quiere otra cosa no me puedo hacer la tonta, porque lo pide claramente XD

Creo que por parte de la sociedad se mantienen muchos mitos acerca de la lactancia en niños más mayores, a pesar de que no hace mucho tiempo era mucho más normal que ahora. La generación de nuestros padres y abuelos no se criaron la mayoría con biberón como nosotros, y era más normal que los niños tomasen el pecho hasta los dos o tres años. En las últimas cuatro o cinco décadas eso dejó de ser lo normal, pero no quiere decir por ello que sea negativo o malo para los niños. Desde la Asociación Española de Pediatría publicaron hace no mucho un tríptico sobre este tema, aclarando algunos de estos mitos, como que la leche materna no pierde propiedades con el tiempo (de hecho a más tiempo de lactancia, tiene más grasa y más calorías para adaptarse a las necesidades del niño), que no tiene relación con las caries infantiles o que no hay ninguna evidencia de que la lactancia más allá de los dos años tenga asociado ningún riesgo físico o psicológico. De hecho, en el documento dice que "El mayor problema de la lactancia materna más allá del año de edad es el rechazo social y profesional por prejuicios o desconocimiento de la evidencia científica actual". Lo que yo decía, ahí dan en el clavo totalmente. No me han hecho ninguna crítica abierta, pero sí que he recibido muchos comentarios sobre si todavía toma el pecho esta niña, hasta cuando le vas a dar, vaya vicio que tiene con la teta, etc. De ahí que haya terminado dando el pecho en casa y gracias, que en mi casa hago lo que me da la gana sin dar explicaciones a nadie.

Desde el punto de vista de ella, yo creo que la demanda se ha mantenido estable desde que hicimos el destete nocturno con unos quince meses. Es decir, que no parece que por sí misma vaya a hacer un destete espontáneo en breve. Ha pedido sí o sí por la mañana al despertar, después del cole y para dormir durante muchos meses. Y si está aburrida o con sueño, y me pilla sentada en el sofá, también.

Desde mi punto de vista, desde hace tres o cuatro meses tengo ganas de ir terminando ya con la lactancia, y estoy intentando un destete respetuoso y muy gradual. Parece que lo voy consiguiendo, pero ya le dedicaré otra entrada para contarlo con calma. Es una situación que me genera muchos sentimientos encontrados. Por un lado tengo ganas de que termine, y por otro me da mucha pena. Han sido muchos meses de satisfacción, a pesar de las dificultades del principio. Para mí ha sido muy cómodo, a veces un poco demandante y cansado, pero el balance general es que ha merecido mucho la pena. Supongo que me da pena porque es otro paso más que deja a mi bebé atrás y porque no creo que vuelva a darle el pecho a otro bebé.

Dar o no el pecho a tu bebé es una decisión totalmente personal y respetable, que se debería tomar de forma informada. De la misma manera, decidir cuando dejar de dar el pecho también debería ser una decisión personal y estar informada para no terminar haciendo por presiones externas algo que no se quiere hacer. Dar el pecho más allá del año, si la madre y el bebé quieren, sigue siendo beneficioso para ambos y no tiene ninguna contraindicación. No, los niños no serán más dependientes, ni será imposible destetar hasta que vaya a la universidad, ni produce ningún problema emocional, ni nada de eso que se dice cuando se ve a un niño mayor tomando pecho. Y cuando la madre (o el niño) decida que ya no quiere continuar con la lactancia, pues es una decisión personal igual de respetable, y se debería ayudar a las madres a poder hacer un destete gradual y respetuoso para que ni ella ni el niño lo pasen mal.

En fin, que resumiendo, mi experiencia ha sido muy positiva, pero siento que ya va llegando el momento de cerrar esta etapa.