martes, 20 de agosto de 2013

Viaje a Japón (segunda parte).

Pues si hace casi cinco años se me hacía el culopesicola, pensando en lo que sería un viaje a lo grande al país del sol naciente, a día de hoy ya estoy preparando mi segundo viaje a ese sitio del mundo que parece extraterrestre.

¡¡¡Que me voy a Japoooooón!!! (Otra vez)

Después de unas semanas intentando planear un viaje para otoño con los días que me quedan de vacaciones, y de mirar que Nueva York está un poco caro y Canarias también se sube a la parra en otoño, vi que los billetes para ir a Japón en Noviembre rondaban los quinientos euros. Ahí comenzó el duro trabajo de convencer a Dani (que en el fondo es un fácil) que, tras pedir los días en nuestros trabajos, culminó el sábado cuando compramos los billetes. ¡¡¡Oeeeeoeoeoeeee!!! XD

Y ahora toca planificar el viaje, buscar el hotel y mirar las excursiones. De momento lo que tenemos claro es que vamos a Tokio los siete días y que queremos ir a visitar Nikko y el monte Fuji, si es posible. El resto lo iremos viendo, que todavía queda suficiente tiempo. Eso sí, a finales de noviembre este blog se volverá a llenar de entradas llenas de fotos e información sobre el viajecito.

Y ya, que no es poco.

PD: Parece que en este segundo viaje a Japón a quien mandaremos a comprar sushi es a Andrea, que ayer le confirmaron que puede cogerse esa semana de vacaciones :P

miércoles, 14 de agosto de 2013

Entre barbacoas y puentes.

Ya estamos a mediados de Agosto, con un calor de cocerse y yo sin aire acondicionado en el curro... Hay que joderse. Bueno, por lo menos esta semana tiene premio y mañana es fiesta, aunque no hago puente, pero hoy es miércoles-viernes y el próximo día de curro será viernes de verdad, así que yo ya estoy casi oficialmente de fin de semana :)

El finde pasado nos fuimos de casa rural, a hacer barbacoas varias, paseitos por el campo y remojar los pies en el río. Estuvo muy bien, sobre todo porque pude desconectar un montón de todo (sobre todo del curro), cosa que últimamente me cuesta bastante. Aunque poco a poco lo voy llevando mejor. La cosa es que el viernes fui al mercado a comprar carnaza y pensaba que había comprado para un ejército, pero no nos sobró nada. Los chicos fueron por la tarde a comprar el resto de provisiones y, a pesar de la media docena de botellas de tintoveranoconlimón, tampoco nos sobró mucha comida ni bebida. Así que debe ser que lo dimos todo XD

El sitio estaba muy bien, la casa muy cuca y el pueblo, La Hiruela, muy bonito. También pudimos disfrutar un rato (que hacía bastante fresco) de las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo. Vimos unas cuantas estrellas fugaces tumbados en toallas de piscina en medio del monte, pedimos nuestros correspondientes deseos e hicimos un poco el cabra para volver a dormir.

Y este finde ampliado se presenta con planes de cine, quizás de piscina, comidas familiares, comprarme un portátil nuevo (que el netbook de Dani lo tengo hípertrillado) y dormir un montón. ¡Ah! Y empezar a planear un viajecito para Noviembre a un destino guay que todavía no hemos decidido :)

lunes, 5 de agosto de 2013

Viajar con un conejo.

Quiero advertir que, como todas las entradas sobre los conejines, lo que escribo aquí refleja mi propia experiencia con mis conejos enanos, no pretende ser una guía para nadie, pero si le sirve a alguien leer mis experiencias, pues bienvenido sea. Ale, queda dicho.

A Dani y a mi nos gusta mucho viajar. Normalmente el tener un conejo te limita en este aspecto, sobre todo en viajes largos. Tenemos con quien dejarlo, pero últimamente me da más respeto dejar a Paul a cargo de otras personas. No porque no lo vayan a cuidar bien, sino porque si le pasa algo (como ocurrió con Foskito), es un marronazo para los amigos que se quedan a su cargo.

Todavía no he comprobado si se puede viajar en avión con él. Por lo que he leído, en algunas compañías aéreas dejan ir a animales de compañía en cabina, con un trasportín de determinadas dimensiones, que quepa en el hueco de debajo del asiento delantero, para el despegue y aterrizaje. Lo malo es que los conejos, aunque sean enanos, se siguen considerando animales de granja en muchos sitios, y es más complicado llevarles. También haría falta la cartilla sanitaria del veterinario. Se podría llevar en la bodega, pero me parece una salvajada para unos animales tan miedosos y frágiles. En Iberia, por ejemplo, parece que sí es posible llevarles en la cabina bajo determinadas condiciones, y costaría 30€. Más información aquí.

En tren parece que también es posible llevar a tu conejo contigo, incluso en el AVE. Tiene que ir en un transportín de determinadas dimensiones y características, y el precio varía según el trayecto. La información aquí. Me resulta curioso que pone que "Se permite su transporte siempre que no se opongan el resto de los clientes" lo cual resulta un poco arbitrario y te deja a merced del capricho del resto de pasajeros. Es como si no dejaran viajar a bebés si los demás clientes se opusieran porque pueden tirarse todo el viaje llorando y pueden cagarse y oler mal y eso podría ser molesto para el resto de pasajeros...

El medio de transporte que sí hemos usado con Paul y Foskito ha sido el coche. Hemos tenido varias modalidades: transportín y jaula. En ambos casos y con ambos conejos lo suelen pasar regular, porque les asusta en ruido del coche y los movimientos. Los últimos viajes con Paul han sido a Asturias, a Salamanca y a Cádiz. A Asturias le llevamos en el transportín porque íbamos cuatro en el coche. Le metimos la esquinera dentro por si hacía pis que no se mojara y un poco de heno por si quería comer. Agua le dimos en la parada porque si le ponemos el biberón se sale el agua y acaba empapado el pobre.

Al pueblo le hemos llevado en su jaula, porque íbamos los dos solos y la pusimos en el asiento de atrás. Iba igual de acojonado y se pasó todo el viaje tumbado. Le pusimos también la esquinera bien sujeta y su cama, pero no les hizo mucho caso. A Cádiz, al ser tantas horas le llevamos también en su jaula. Al principio estuvo nervioso, pero según fue pasando el tiempo se relajó y llegó a comer y a echarse alguna siestecilla, así que no fue del todo mal. Lo malo fueron las paradas, que al hacer tanto calor no le podíamos dejar en el coche, ni siquiera a la sombra, ni sacarle con 40 grados a la sombra, así que hemos hecho paradas cortas, comiendo algo dentro del coche con el aire puesto. En cualquier caso, mis consejos, si hay que llevar al conejito en el coche son:

  • Llevar la jaula o el transportín sujetos con el cinturón de seguridad para que nos se mueva.
  • Durante el viaje no suele comer o beber, pero ofrecerle comida y bebida en las paradas, que está más tranquilo.
  • Tapar la jaula con un pañuelo o tela para que no le dé el sol directo.
  • Cuidado con el calor, que se puede poner muy malito. Si paramos no dejarle solo dentro del coche al sol.
  • Nosotros le llevamos con el arnés puesto, por si paramos y le tenemos que sacar, llevarle ya listo para "enganchar".
  • Intentar conducir lo menos brusco posible, para que no se resbale por toda la jaula en las curvas o en frenadas.
  • No poner música muy alta.
  • Si tenemos oportunidad de hablarle y acariciarle durante el trayecto, también se tranquilizará más.
De todas formas, aunque sean animales asustadizos, yo creo que cada conejito es un mundo y que también se acostumbran a casi todo.

Respecto a alojamiento, este verano hemos optado por un apartamento que buscamos en Rentalia. Allí puedes buscar sitios que acepten mascotas, aunque en todos los casos escribí para preguntar si aceptaban un conejo, ya que aún suele chocar a la gente tenerlo como mascota. También en los buscadores de ofertas de viajes se pueden buscar hoteles y apartamentos que admitan mascotas.

Y como le hemos cogido el tranquillo, este finde repetiremos en una casa rural, esta vez en la sierra de Madrid, por lo que el trayecto será cortito y menos cansado para Polete.

viernes, 2 de agosto de 2013

Agosto o summer in the city.



De adolescente me gustaba mucho esa canción de Joe Cocker. No sé por qué, la verdad. Lo que sí sé es que Agosto para mí no suele significar vacaciones. Desde bastante pequeña a mis padres les gustaba coger las vacaciones en Junio. Y ahora mi mes favorito para ir de vacaciones es Julio.

Así que Agosto para mi significa aire acondicionado en el trabajo. Poco tráfico y poder aparcar en la puerta de los sitios. Poca gente en bares, restaurantes y cines. Calles desiertas con un sol de justicia. La Gran Vía muy animada de madrugada; que es una de mis actividades favoritas del verano, pasear de noche por Madrid. Piscina después de currar; bueno, este año antes de currar. Helados después de cenar. Siestas mortales; que este año se cambian por dormir hasta las diez como mínimo.

Y además de todas esas cosas que espero hacer este Agosto, me queda algún finde con planes calentitos, como este sábado la celebración de mi cumple o finde de casa rural con río y barbacoa el que viene. Y lo que vaya surgiendo :)