domingo, 31 de enero de 2021

Enero nevado.

A la chiquinina le han enseñado los meses en el cole con una canción que dice:

Enero nevado, febrero alocado, marzo ventoso, abril lluvioso, mayo florido, junio con trigo, julio caliente, agosto hirviente, septiembre aplicado, octubre dorado, noviembre acastañado y diciembre decorado porque es Navidad. 

Todo esto con su coreografía *-*

El caso es que me dan ganas de comérmela cuando lo canta, pero lo que venía a decir es que este año, enero no ha podido ser más nevado. No voy a dar más el coñazo con el tema, ya publiqué una entrada y las redes sociales estaban a tope de fotos sobre ello. Por desgracia, enero también nos ha traído un nuevo confinamiento (esta vez perimetral) y muchas restricciones por la situación descontrolada de la pandemia. Enero también me ha traído la vacuna del Covid-19, por ser personal sanitario, sin mucha reacción la primera dosis (crucemos los dedos para la segunda). Enero ha sido un mes muy raro, que creo que recordaremos por mucho tiempo, para bien y para mal. 

En fin, que el año anodino, tranquilo y aburrido que yo quería no se está cumpliendo para nada. Muy mal 2021, así no nos vamos a llevar bien. Jummmmmmmmm y rejummmmmmm*.

Cosas de los Reyes Magos. 
La nevada del siglo. 
Cambio de look, vuelta al cole y vacuna. 


*Mi marido, como es muy simpático, hace memes con mi cara cuando estoy enfadada y hago ese ruido. Pero no lo voy a poner aquí :P

lunes, 25 de enero de 2021

La nevada del siglo.



O eso dicen, que hace un siglo que no caía una nevada así en Madrid. Empezó a nevar el jueves 7 de enero. Yo estaba de vacaciones y la verdad es que los tres primeros días, durante el fin de semana, fue una pasada, lo disfrutamos un montón, sobre todo la chiquinina y casi se nos olvida el tema de la pandemia. Pero los siguientes días empezaron las complicaciones y durante otros diez días hemos sufrido y rezongado lo que no está escrito de las consecuencias de la nevada: supermercados desabastecidos, el metro hasta arriba porque nadie podía coger el coche y no funcionaba otro transporte público, millones de árboles destrozados por el peso de la nieve, destrozos en casas/coches/colegios gente de baja por caídas por el hielo y la nieve, frío polar para el que no estamos preparados, los niños sin clase diez días, gente sin poder ir a trabajar por estar aislados o no poder dejar a los niños con nadie... Todo un show. Parece mentira que hoy, dos semanas después, no quede casi rastro de todo lo que ha pasado y estemos otra vez metidos de cabeza en la tercera (o cuarta) ola de la pandemia. 

En fin, sé que se ha hablado hasta la saciedad de esto en estas semanas de enero, pero quería dejar aquí constancia de esta nevada que probablemente recordaremos los madrileños lo que nos quede de vida. 

Y las fotos:











jueves, 21 de enero de 2021

Vacunando, que es gerundio.

Yo, que después de tantos años trabajando en sanidad, nunca me había vacunado ni de la gripe, y este año ya llevo la vacuna de la gripe y la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19. La semana que viene me ponen la segunda dosis. La verdad es que ni me lo pensé. El día que volví de vacaciones después de Reyes estaban vacunando al personal de mi centro y me la puse directamente. Me daba un poco de cosa el que me diese algún efecto secundario, pero aparte del dolor en la zona de la inyección durante tres días y que el día que me la pusieron cuando llegué a casa estaba como si me hubieran pegado una paliza, no he notado nada más. Ni mis compañeras tampoco. Bueno, un de ellas tuvo dolores de cabeza varios días, pero poco más. También conozco gente que ha tenido muchos más efectos secundarios, pero curiosamente casi todos son gente que ya había pasado la enfermedad. 

Ahora sigo con un poco de cosilla porque dicen que la segunda dosis da más reacción, pero bueno, prefiero no pensarlo mucho y si me da fuerte, pues me tendré que quedar en la cama, qué le vamos a hacer. La verdad es que lo que tengo más ganas es de que se la pongan a mis padres y a mi suegra, y que en unos meses podamos ver que esto tiene un fin. Aunque sé que de la mascarilla, el distanciamiento social y otras medidas no nos dejaran pronto, pero tengo ya ganas de ver que vamos saliendo de esto. Y no que damos un paso para delante y dos para atrás, como estamos ahora. El ver que estamos en unas cifras casi como las de marzo-abril es desesperante. Pero no nos queda otra que seguir intentando hacer las cosas lo mejor posible y tirar para delante.