domingo, 31 de diciembre de 2017

El 2018 se vieeene... El 2017 se vaaaaa...

Pues eso, que nos quedan dos telediarios de año, ya está finiquitado, exprimido y disfrutado.

Ha sido un año... No sé. Lo pienso así en frío y ha sido un buen año, bastante tranquilo, ni fu ni fa. Puede que sea un año de transición, para todo lo que viene en 2018.

Ha sido el año en que mi bebé ha dejado de serlo y ha pasado a ser una niña preciosa y dicharachera. Ya hablaré de ello cuando toque, para no dar mucho la turra, pero el destete hace unos meses, cómo ha llegado a hablar y cómo acepta la separación de mí dicen mucho de dónde quedó mi bebé. Es una etapa que recordaré toda mi vida con muchísimo cariño y nostalgia, pero ésta en la que hemos entrado también me está encantando.

Ha sido un año de viajes a sitios cercanos, pero que los he disfrutado como si hubiésemos ido al fin del mundo. Me encanta viajar y más si es con mi pequeña familia viajera. Fuimos al sur de Francia y el País Vasco, qué preciosidad Burdeos, estoy deseando volver. Fuimos a Cai dos semanas, y lo de hartarme de playa no va conmigo, con la playa no tengo hartura. Fuimos a Dublín a ver a nuestros dublineses favoritos. Y fuimos a Madeira, que también me encantó y me dejó con ganas de volver.

Ha sido el año en que he retomado dedicarme tiempo a mí misma. Empecé a ir a yoga y sigo con ello, porque me encanta. Tengo la intención de aumentar un poco el tiempo que le dedico, pero poco a poco, sin prisa pero sin pausa, que al final es como llega todo. Empecé con la intención de dedicarme tiempo y mejorar mi forma física, pero poco a poco mi objetivo ha ido cambiando, y eso me gusta. Mi intención sigue siendo cuidarme, pero he añadido el quererme más y aceptarme mejor. Me gusta que en las clases consigo observarme más, no lucho tanto contra mi cuerpo (mis isquiotibiales dan lo que dan...) y voy observando progresos.

Ha sido el año en que empezamos a buscar nuestro nuevo hogar y lo encontramos. Tengo pendiente escribir sobre esto, lo sé, pero es que todavía no me lo creía mucho. Cuando tenga más cosas en firme supongo que me animaré a poner algo aquí.

Ha sido un año de revivir muchas cosas a través de los ojos de la infancia. Ver cómo la chiquinina ha disfrutado de la playa, de los viajes en avión, del campo y el pueblo, y cómo está disfrutando de las navidades es un gustazo, hace recordar muchas experiencias y sensaciones que se nos olvidan cuando crecemos.

También ha sido un año de muchísimo trabajo y de estar un poco quemada con él, de replantearme mi vida laboral (aunque no tanto como cuando me reincorporé de la excedencia) y de quedarme a las puertas de algunas oportunidades. En fin, para el año que viene a ver si sale algún proyecto nuevo y le doy un cambio, que el campo en el que estoy ahora a la larga termina quemando bastante. Si no, me seguiré centrado en las cosas que me hacen levantarme de la cama cada día, ver crecer a mi chiquinina, mi maridito y los ratos que pasamos juntos, la fotografía y el curso que voy a hacer en breve, seguir avanzando con el yoga, la ilusión de nuevos viajes y de tener una casa nueva... ¡Que no es poco!

Y para el 2018 pido lo de siempre: mucha salud y tranquilidad para toda la gente que quiero. Sobre todo para los que les ha faltado este año. Y para mí, que me sea leve la mudanza y la búsqueda de cole. Y un viajecito a Italia para compensar :P

¡Feliz año nuevo!

sábado, 30 de diciembre de 2017

Diciembre navideño y tropical.

Pues se acaba diciembre y el año con él. Ha sido un mes navideño, viajero y bastante cansado por el volumen de trabajo. Pero sobre todo un mes de contrastes y de celebrar :)

Decoración navideño, cuentos sobre estas fechas y senderismo por Madeira.
Paisajes madeirenses y conejines.
Jugando con legos, Baltasar-señora y esperando la cena de Nochebuena. 

martes, 26 de diciembre de 2017

El descubrimiento de mi vida femenina (o de la copa menstrual).

O de cómo llegó para quedarse por muchos años, espero. Esto era yo hace dos años y medio: una puérpera de excedencia por maternidad, con una bebé que pasaba mucho rato enganchada a la teta y un móvil con el que pasar esos ratos entretenida y no desesperarme. Y así llegué al "foromamás". En realidad se llama de otra manera y es un foro sobre crianza con apego, pero era un foro con muchas madres en mi misma situación y al final se acaba hablando de todo un poco. Allí fue el primer sitio donde que me llegó información sobre la copa menstrual. No era la primera vez que oía sobre ella, pero sí la primera vez que leía experiencias de mujeres reales, y al ser casi todas tan buenas, me acabó convenciendo para usarla yo.

Sobre la copa menstrual hay muchísima información en Internet, por ejemplo Wikipedia siempre es una buena opción, y por eso no voy a redundar en lo mismo, sino explicar mi experiencia. De todas formas, unos dibujicos nunca vienen mal :P


Tuvieron que pasar otros seis o siete meses para que mi menstruación volviera (¡holi!) y ahí sí que me planteé comprarme una copa para probar. Estuve investigando sobre los tipos de copas que hay y las características que mejor se adaptaban a mi cuerpo y mis circunstancias. Al final me decidí por la Femmecup, que es pequeña (no tengo mucho flujo) y blandita (mi suelo pélvico está bien aunque haya tenido un parto vaginal). Después también me he comprado la Divacup, que es un poco más grande, y porque no es transparente. Las copas transparentes acaban amarilleando con el tiempo y parece que están sucias, aunque las acabes de esterilizar.

Tengo que avisar de un par de cosas. Creo que mi experiencia con la copa ha sido tan buena porque no soy escrupulosa con mi propio cuerpo y nunca me ha dado asco mi propia menstruación. Me parece que es parte de mi cuerpo y es algo que ocurre todos los meses desde que tenía trece años, así que no tengo mucho problema en mancharme un poco los dedos cuando la coloco, igual que pasa con los tampones. Las primeras veces me costó un poco conseguir colocarla, porque es diferente a ponerse un tampón, pero en un par de veces o tres se le coge el truco. También para sacarla es diferente, y al principio me molestaba un poco, pero una vez se le coge el truco es rápido y fácil. Las copas más duras cuesta menos colocarlas, porque se abren más fácil una vez dentro, pero yo con las blandas me apaño bien, que suelen ser más cómodas y no se notan nada.

Cómo se coloca la copa. 

Lo segundo es que mis reglas son muy poco abundantes, así que casi nunca tengo que cambiarme la copa fuera de casa. Ni siquiera los primeros días me cambio más de dos veces, al levantarme y al irme a dormir. Es tan cómoda que se me olvida que la tengo puesta, porque no notas nada. De hecho alguna vez me he ido a dormir sin vaciarla y luego he tenido escapes por rebosamiento. Pero fuera de accidentes, me he olvidado completamente de los salvaslips, que solía usar cuando usaba tampones, porque no he tenido ni una fuga. Entiendo que para las que tengan más flujo y tengan que cambiarse fuera de casa puede ser más incómodo, porque necesitas un lavabo para limpiar la copa después de vaciarla y antes de volver a ponerla, pero también he leído que si llevas una botella de agua se puede aclarar y ya está. Además, como es algo que no molesta y se puede poner incluso sin flujo porque no reseca, lo uso desde el día -1 hasta el ultimísimo día, fuera salvaslips y cualquier otro gasto.

En fin, que he descubierto una forma de pasar los días de la regla comodísima, barata (una copa cuesta sobre 25€ y puede durar hasta diez años, calculen el gasto en compresas o tampones) y que genera cero desperdicios. Es cierto que a veces no se da con la copa ideal a la primera. Cada cuerpo es un mundo y cada una tenemos necesidades diferentes, así que es imposible recomendar una copa en concreto. Quizá pensaría lo de que sea transparente como un inconveniente, pero yo que tengo las dos copas, al final acabo usando siempre la Femmecup porque me resulta mucho más cómoda que la Divacup, que también es muy cómoda pero me cuesta más ponerla y quitarla. El tema del amarilleo lo soluciono dejando la copa sumergida durante una noche en agua oxigenada y queda otra vez como nueva. Lo hago cada dos o tres meses, así que no es excesiva molestia, pero es cierto que si fuera de algún color sería más cómodo.

En fin, que a mí también me parecía algo muy hippie, pero realmente el probarlo es lo que me ha convencido.


viernes, 22 de diciembre de 2017

Felices fiestas.

Aunque en casa dimos el pistoletazo de salida a primeros de diciembre, ha sido algo muy excepcional y relacionado con la ilusión que le hace a la chiquinina. Para mí las navidades siempre han empezado el día de la lotería, y en casa de mis padres raro era el año que poníamos el árbol antes de este día. Así que, ahora sí que sí, ha llegado la Navidad.

En estas fechas tan señaladas siempre me gusta reavivar algunos valores que el resto del año pasan un poco desapercibidos. Para mí son días de agradecimiento, por todo lo que tengo en mi vida que me hace feliz. También es una época de reflexión y de balance, de pensar en este año que ha pasado, en lo bueno y lo malo, de pensar en temas un poco más profundos que a lo mejor el resto del año no entro a ello. También son días de anticipar y planear un poco el año que viene, plantearme algunos objetivos. No hago propósitos* porque luego no los cumplo, pero sí pienso en cosas que vamos a hacer, en sitios a los que ir, en los cambios que vienen... También son fechas para disfrutar de la familia y de los amigos, de los que podemos, porque estamos un poco desperdigados. Y de acordarme de los que no están o los que me gustaría tener más cerca.

En fin, que como buena conformista, me gusta la Navidad. Y ahora que la puedo disfrutar desde los ojos y la ilusión de la chiquinina, mucho más. Felices fiestas a todos. Y ya queda menos para el verano XD

*Mis propósitos podrían ser algo así como no comer peor, no engordar mucho, no dejar de ir a yoga o no ir a peor en el trabajo XD

PD: Edito para dejar esta viñeta de Moderna de Pueblo, que resume todos los días de la lotería de Navidad de mi vida, ever... Porlomenostenemossalud :P


lunes, 18 de diciembre de 2017

Los adorables (y no tan terribles) dos.

Mucho se habla en las páginas sobre infancia y crianza sobre el difícil momento que suele la etapa entre los dos y tres años, los terribles dos, que los llaman. Se supone que el bebé deja de serlo poco a poco, deambula, empieza a hablar y empieza su separación de mamá (o su figura de apego principal). A esta edad el peque empieza a ser una personita, que intenta expresar sus deseos y necesidades, y hacer saber a sus padres qué es lo que quiere. Se supone que por ahí vienen las rabietas: quiere algo diferente a lo que sus padres quieren y lo expresa de esa a manera. También tiene que ver con la gestión de las emociones. Todavía son muy pequeños para saber qué se hace con la rabia y la frustración, con el enfado, con la incertidumbre... Así que cualquiera de esas emociones se puede traducir en una explosión en forma de rabieta. Explicado así da un poco de miedo, pero para nosotros no ha sido para tanto.

Supongo que una parte importante tendrá que ver con la forma de ser de la chiquinina. Ella es bastante tranquila y no suele tener mucha necesidad de autoafirmarse. Es verdad que es bastante cabezota y cuando se le mete algo en la cabeza, no hay manera de que sea otra cosa. Pero también nosotros intentamos ser flexibles y negociar. Hay cosas que no se pueden negociar, está claro, pero intentamos relativizar bastante la importancia de ciertas cosas y si merece la pena que ella tenga un berrinche.

Dicho lo cual (que no sé si es por su forma de ser, por nuestra forma de llevarla o por una mezcla de ambas), tengo que decir que está siendo una de las mejores fases de la crianza. Sigue teniendo su punto de bebé y de querer estar pegada a mamá a ratos, lo que hace que no lo eche tanto de menos, pero también es infinitamente más fácil ahora que cuando era bebé. Se la puede llevar a cualquier sitio y a ella le encanta ir a todas partes con nosotros, come de todo, se entretiene ella sola bastante rato, si se tiene que quedar con los abuelos o la abuela no pone problemas, puede expresar perfectamente lo que quiere y cuando se lo explicamos entiende las cosas que van a pasar y se salen de lo normal, tiene una rutina diaria pero no le cuesta mucho si nos la saltamos. Y lo mejor de todo es que es muy divertida. Es un lorito con el que me encanta hablar y tiene unas ocurrencias que te partes de risa. Es increíble volver a descubrir el mundo a través de sus ojos y su inocencia. Nos lo pasamos genial los tres juntos y nos reímos mucho.

En definitiva, que está (y es) adorable. Diría que me encantaría que se quedase así, en esta etapa tan bonita, pero también lo pensaba cuando era más bebé, así que supongo que lo que está por venir también puede ser estupendo.

martes, 5 de diciembre de 2017

Rumbo al trópico.

Bueno, en realidad vamos a un clima subtropical, pero mejor que en Madrid seguro que se estará. Mañana a estas horas estaremos en Lisboa esperando para embarcar rumbo a Madeira (como dice la chiquinina, la amiga de mamá*). Dan máximas de 20 grados y mínimas de 17, con lo cual a mí me está costando una barbaridad hacerme a la idea de la ropa que tenemos que llevar. Teniendo en cuenta que nos levantamos por la mañana bajo cero y no subimos de diez grados en todo el día, sé que voy a llevar más ropa de la necesaria, pero mejor que sobre, que no que falte.

Y en Madeira me voy a enfrentar a otro reto viajero de la conducción. Después de los dos primeros capítulos, a) cambio automático en USA y b) conducir invertido en Escocia, llega c) un minibus por carreteras de montaña en Madeira. Sí porque, como vamos seis adultos y la chiquinina, al final hemos pensado que lo mejor era ir todos juntos y nos hemos alquilado una fregoneta de nueve plazas (Mercedes Vito o similar). Creo que mi hermano y yo vamos a sudar, porque he leído que las carreteras secundarias son finas.

Un poco de deleite anticipado:

Cabo Girao por Gérard Janot 
Pico do Arieiro por Daniel van der Ree
Acantilados por Guenter Wieschendahl
Levada por Sten Porse
Paisaje por Guenter Wieschendahl

En fin, que tengo muchas ganas de este viaje. No se nota, ¿verdad? Porque no lo he dicho ya veinte veces. Y a la vuelta seguiré con la turra :P

*Cuando fuimos a ver a Fer a Dublín hace tres semanas le dijimos que íbamos en avión a ver a la amiga de mamá, y se debe haber quedado con la copla de que cogemos aviones para ver a la amiga de mamá, así que Madeira es la amiga de mamá XD