jueves, 31 de diciembre de 2015

Mi año viejo.

Que si cuando empieza, es nuevo, será que a estas alturas es ya viejito, el pobre. 2015 ha sido un año memorable, eso está bien claro. Es el año en que mi mundo ha sufrido un terremoto y se ha vuelto del revés, de dentro hacia afuera y de arriba a abajo. Ese terremoto decidimos allá por navidades del año pasado que se llamaría Sofía, y me ha hecho mamá, que es una palabra muy corta para describir todo lo que implica.

Este año también ha sido el año en que Dani se ha convertido en papá, y eso me hace quererle y admirarle aún más. Aunque la paternidad nos ha llevado a veces a lugares incómodos y farragosos, me alegro mucho que al final quisiera compartir esta aventura conmigo, formar una familia y ser mi mayor apoyo y mi mejor compañero.

Este año ha sido un año de buenas noticias. Sabemos que el año que viene seremos tíos otra vez. Y sabemos otra cosa que aún no puedo contar, pero que me hace mucha ilusión. El año 2016 también tiene una pinta estupenda.

El año también ha tenido sus cosas malas. La peor, que mi madre no está en su mejor momento. Esperemos que el año que viene sea un año mejor para ella, porque éste ha sido bastante regular. Aún así, mis padres han hecho todo lo posible por estar conmigo y ayudarme los primeros meses de maternidad, cosa que nunca les podré agradecer lo suficiente, aunque ahora entiendo mejor por qué siempre están ahí. Por suerte, este año no hemos tenido sustos grandes, para variar un poco, aunque mi abuela no termina de remontar, desde que se rompió la cadera en verano.

Ha sido mi año sabático, no he trabajado ni un día, cosa que no creo que se repita hasta que no nos toque el Euromillón, visto que la lotería de Navidad ná de ná. Eso sí, estos últimos meses lo estoy disfrutando como una enana (y con mi enana), aunque el tener la mitad de nuestros ingresos habituales me genera un poco de intranquilidad, todo hay que decirlo. Es una mierda tener tiempo pero no tener dinero para hacer cosas (sobre todo viajar). Y cuando vuelva a tener dinero, me faltará tiempo...

Hablando de viajar, parecía que no iba a hacerlo mucho este año, pero al final hemos estado en Murcia, en Galicia y en Dublín, con vuelo y todo. Es que con lo bien que se adapta a todo la chiquinina, da gusto, hasta nos deja viajar y todo. También hemos ido de boda, se fue Terry Pratchett, he hecho cientos de kilómetros por el pasillo de casa acunando a mi bebé, hemos perdido docenas de horas de sueño, hemos ido al cine con y sin niña, ha sido el año de el Episodio VII, hemos escuchado los pollitos millones de veces (y lo que nos queda), nuestro sobri ha aprendido a andar y se está soltando a hablar un montón, hemos pasado un verano infernal y un otoño veraniego. Ha sido el año que he empezado a entender mucho mejor a mis amigas que son madres (y he comprendido que la ignorancia suele ser muy atrevida).

Y sobre todo ha sido un año de disfrutar de nuestra familia y amigos. Casi todos han entendido bien que ha sido un año de muchos cambios para nosotros y que, aunque hayamos cambiado un poco y no podamos seguir con el mismo ritmo de antes, han hecho el esfuerzo de estar con nosotros, y notamos cómo quieren a la chiquinina. Desde aquí les doy las gracias por apoyarnos y querernos tanto, desde cerca en Alcorcón y desde lejos en otros países.

Y hasta aquí mi repaso de un año que ha sido muy intenso e interesante. A ver si el año que viene es un poco más relajado, que creo que me hace un poco de falta ya. Y propósitos no voy a hacer, porque hacerlos pa ná es tontería :P

Y deseos, los de siempre: salud para los que quiero, que estemos tranquilos y medianamente felices. Y que no me traumatice mucho volver a currar en marzo. Y que la peque no lo pase mal cuando la lleve a la guarde. Y una plaza de la oposición sería ya mucho pedir, ¿no? XD

¡Feliz año nuevo!

lunes, 28 de diciembre de 2015

Aplicaciones para antes, durante y después del embarazo.

Ya se sabe que hay apps para cualquier cosa que te puedas imaginar. Está bien porque algunas nos facilitan un poco la vida. Yo no sabría vivir sin alguna de ellas. Pero bueno, pues más que hacer una reseña de aplicaciones varias, quiero hablar de las que he usado antes y durante el embarazo, y los primeros meses de la peque. Vaya por delante que todas son para Android, porque en mi casa el de lamierdalaifon es mi maridito.

Calendario menstrual. Esta la usé durante la búsqueda del embarazo. Me ayudó porque, al llevar mucho tiempo tomando anticonceptivos orales, no sabía muy bien cómo iban a ser mis ciclos de regulares cuando los dejé. Me gustó porque es un calendario muy sencillo, puedes apuntar todos los síntomas que tengas rápidamente, y te calcula de forma automática los días fértiles (más o menos, tampoco es muy exacto). También se puede llevar un control de la temperatura basal, aunque yo no usé ese método. Al final, como suele pasar, me quedé embarazada cuando menos pendiente estaba de fechas y calendario...

Gestograma. Fue la primera aplicación que bajé del embarazo. Es muy simple. Te calcula tu FPP, y te va contando cosas del embarazo semana a semana. También te dice el tamaño del embrión/feto, el aumento de peso o el número de contracciones que deberías tener según la semana.

Mi embarazo día a día. Otra aplicación de seguimiento del embarazo. También te va contando los cambios en el cuerpo y en el bebé semana a semana. Te guarda selfies de la tripa y tiene acceso a foros de discusión. Es bastante más completa que la anterior.

Contraction timer. Es un contador de contracciones. Me la descargué a mediados del embarazo porque tenía muchas contracciones de Braxton Hicks, y con ella podía controlar que no fueran regulares ni muy seguidas. También pensaba haberla usado al principio del parto, pero como rompí aguas lo primero de todo, ya me controlaron las contracciones en el hospital.

Baby Daybook. Es un diario de bebé. Puedes apuntar de todo de una forma muy sencilla. Los primeros días, que tenía la cabeza nublada por la hormonas y el cansancio, me vino genial para acordarme de qué teta le había dado la última toma, si ese día había hecho suficientes pises y cacas, cuándo le habíamos bañado, o cuándo me sacaba leche. Se pueden apuntar más cosas, pero yo lo usé para eso principalmente. Y sólo un mes y medio o dos meses, porque luego ya me agobiada ver todas las tomas que hacía y el tiempo que tardaba.

White noise baby. Al principio, cuando le costaba dormir o tenía un berrinche, nos ayudaba ponerle ruido blanco, sobre todo el secador del pelo. A falta de secador, esta aplicación tiene varios tipos de sonidos para elegir.

Otras que he usado mucho los primeros meses fueron el Preguntados y el Feedly, pero estas han sido para entretenerme durante las tomas y que no se me hicieran eternas :P

domingo, 20 de diciembre de 2015

Semana a tope (antes de Navidad).

Esta semana han pasado varias cosas, unas mejores que otras, pero en general bastante molonas.

El martes fuimos al cardiólogo, para revisión de la peque. Aparte del ARSA que le detectaron durante el embarazo, al nacer le hicieron un ecocardiograma y vieron que tenía una comunicación interauricular tipo ostium secundum. Era pequeña, de unos 3 milímetros, y en esta revisión han visto que se está cerrando, como suele ser habitual en bebés. Tenemos que volver en nueve meses para ver si ha cerrado del todo. Probablemente, si no hubieran visto el ARSA, ni siquiera sabríamos que la niña lo tiene, porque es asintomático y no suele dar problemas.

El martes también fui al fisio. Me vino a decir que estoy hecha un cristo. Fui porque me dolía un hombro, pero tengo toda la parte derecha del cuerpo bloqueada y contracturada. Me dio un buen meneo, pero todavía me queda y tengo que volver en un par de semanas. A ver si consigue arreglarme un poco.

Esta semana la peque ha empezado a desplazarse claramente. Y no es haciendo la croqueta ni reptando, ni gateando. Lo que hace es culear tal que así. Bueno, todavía no tiene tanta soltura, pero me da que va a ser de gateo raro. Ya escribiré una entrada sobre el gateo, que se debería llamar desplazamiento autónomo, y que sólo un porcentaje pequeño de los bebés gatean "al uso", sobre manos y rodillas.

El viernes fue el cumple de Andrea. Nos fuimos de paseo a Madrid, a ver las luces de Navidad, nos invitó a una merienda espectacular y cenamos sushi en casa, después de acostar a la peque, con una botella de Albariño y arreglando el mundo. Fue un día genial.




Ayer fuimos al cine "de verdad", sin sesión teta, y sin la chiquinina, claro. Vimos el Episodio VII. La peque se quedó con sus tíos y su primo, y lo pasé yo peor que ella. Sobre todo la última media hora de película, estaba deseando que se terminase. Al final la niña estuvo fenomenal jugando con su primo, y la peli estuvo bastante bien. No quiero hacer spoilers, pero sí diré que una cosa me disgustó bastante, y que la peli en general me pareció demasiado "La Guerra de las Galaxias", es decir el episodio IV. Pero mola.

Hoy hemos participado de la fiesta de la democracia, yendo a votar a la hora que más gente había. En fin, como dice mi marido, cada día más de izquierdas y más del atleti, que viene a ser similar, pero en ámbitos diferentes... Y que ya estamos en Navidad, prácticamente. También hoy he montado el árbol, porque ya me daba cosilla no tenerlo puesto, y estoy intentando terminar de prepararlo todo para la llegada de los Reyes, aunque creo que este año también me pilla el toro... Intentaré hacer un resumen del año, aunque no prometo nada, porque la niña no me deja mucho tiempo para escribir.

Así que, sin no paso por aquí, ¡felices fiestas!

jueves, 17 de diciembre de 2015

Esas cosas que nadie te dice...

El otro día, una amiga reciente madre, comentaba en feisbuk que le parecía un timo el que nadie te avise cómo va a estar tu casa (de caos y roña) al poco tiempo de parir. No puedo más que darle toda la razón del mundo. La gente te avisa de que va a ser muy cansado, que vas a dormir muy poco, pero no te dicen mucho más de algunas cosas que implica ser padres.

Nadie te avisa que la mayoría de las veces va a peor. Por ejemplo, la roña de la casa. Piensas que con un recién nacido es normal, porque estás todo el día con el bebé a la teta e intentando dormir a ratos. Pero luego sólo va a peor. Cuando el bebé empieza a ser más interactivo, tienes que estar con él, jugar y entretenerle, porque si no se aburre y llora. Y no sé cómo lo hacen los padres que trabajan ocho horas diarias los dos fuera de casa. Y luego empiezan a invadir tu casa los juguetes. Y cuando ande, habrá que estar todo el día pendiente de donde está y qué hace... Y así hasta que se independice :P

Luego está el tema de las cacas. Las primeras cacas del bebé es el meconio, de esto te avisan en los cursos de preparación al parto. El meconio es como chapapote, en color, consistencia y dificultad de limpiar. Luego a los dos o tres días ya empiezan las cacas de lactante, que también dan bastante asquete, suele ser una plasta más o menos líquida, que varía bastante de consistencia y color, y huelen regular. Además suelen ser varias al día, con lo que no te libras de limpiar alguna aunque te turnes con el padre de la criatura. Pero nadie te avisa que cuando empiezan a comer comida es todavía peor, porque la caca se vuelve más caca aún, de cantidad y olor... Y ya va a ser así hasta que deje los pañales (mínimo dos o tres años). Y perdón por la escatología.

Nadie te avisa tampoco que tienes que hacer un máster acelerado de habilidades ninja. Aprendes a moverte de una forma extremadamente sigilosa, sobre todo cuando acabas de dejar al bebé durmiendo en la cuna. Tienes que desarrollar unos reflejos casi sobrehumanos, que te permiten coger al vuelo casi cualquier cosa que lanza tu hija y casi sin mirar. Esto también se aplica a tu hija en sí, cuando se lanza de cabeza a algún sitio... Y esto también va a peor, porque cada vez lanzan las cosas más rápido y más lejos, y cuanto más se mueven, más peligro de lanzarse contra algo de cabeza. También tus sentidos se vuelven más evolucionados, cual ninja, sobre todo el oído y el olfato (aunque por mi experiencia personal, esto sólo aplica si tienes dos cromosomas X, el cromosoma Y inhabilita este último superpoder).

Yo por último, nadie te avisa que, cuando empiezan a comer sólidos, te vuelves una obsesa de la comida. Porque un bebé come cuatro o cinco veces al día. Y tú eres responsable de lo que come. No vale lo que haces contigo mismo de ir a la nevera y ver qué hay. Tiene que comer bien y equilibrado. Es TU responsabilidad. CINCO veces AL DÍA. TODOS LOS DÍAS. Así que empiezas a entender por qué tu madre estaba todo el día dándole vueltas a la comida y diciendo "a ver qué cenamos" o "no sé qué hacer de comida mañana"...

Y hasta aquí, lo que me hubiera gustado que me hubieran dicho que me esperaba antes de ser madre. Supongo que habrá más cosas que aún no han llegado. Cuando lleguen intentaré ponerlas por aquí, para avisar a los futuros padres que me lean.

Ea.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Ya es Navidad en... el desierto de Nevada.

Porque la Navidad trae los turrones, los polvorones, las comidas con amigos organizadas last minute como siempre, las luces, los adornos, las tiendas como si lo regalaran, y el tradicional villancico de los Killers.

Porque los Killers molan. Porque son muy payasetes. Y ver a Brandon Flowers siempre le alegra a una el día (aunque se empeñe en los peinados raros y los estilismos horrendos).

Que lo disfruten.



jueves, 3 de diciembre de 2015

Ocho meses.

La chiquinina (cada vez menos chiquinina y más lechona) hace ocho meses ya. Creo que está ya cerca de los ocho kilos, aunque hasta que no vayamos a la revisión de los diez meses, no lo sabremos con certeza, y como somos unos padres desnaturalizados, no la pesamos mucho para saber cómo va (alguna vez en la báscula de casa en brazos, pero no es muy fiable). Yo la veo contenta, la ropa se le va quedando pequeña, y está echando una buena barrigocha, con lo que estoy tranquila.

Este mes ha sido el mes de jugar sentada en la alfombra. Le hemos puesto una cesta con unos cuantos juguetes y ella los saca y se entretiene con ellos bastante rato. También es verdad que desde que se sienta, está más vaga para moverse, sigue haciendo la croqueta en la cama, pero no hace mucha intención de reptar, y mucho menos de gatear. Creo que si en algún momento se empieza a desplazar será para intentar coger a los conejos, porque flipa con ellos cuando están sueltos por el salón y cuando pasan a su lado intenta echarles mano. Se nota que tiene mucha más fuerza en las piernas y le gusta ponerse de pie unos segundos cuando la tengo cogida. También ha empezado a hacer la pinza con los dedos y ya es capaz de coger y manipular cosas más pequeñas.

Con la comida he notado que este mes ha empezado a comer más, sobre todo desde hace un par de semanas. Antes jugaba y experimentaba con la comida, ahora le gusta comer y se nota que disfruta con ciertas cosas. Como ya sabe hacer la pinza, se lleva a la boca trocitos más pequeños, lo que ha aumentado el abanico de alimentos para darle: ha probado arroz, garbanzos, guisantes, jamón york y pavo picaditos... Ya va tolerando que yo le dé cosas en la boca, con mis dedos o con cuchara. Sigue mamando a tope, la verdad es que ni sé las tomas que hace al día, unas seis u ocho (qué diferencia a cuando eran doce o catorce). No me preocupo por controlar, y sigue comiendo más a oferta que a demanda.

Por las noches este mes ha sido el mejor con diferencia. Está durmiendo unas doce horas con dos despertares. Se suele dormir entre las nueve y las diez, y por la mañana se despierta entre las nueve y las diez. Hace dos tomas, sobre las tres o cuatro y sobre las seis o siete, casi sin despertarse, se queja un poco, come y sigue durmiendo. El mejor día fue el que se despertó cuando yo me acosté, sobre las doce, comió y durmió del tirón hasta las siete. A ver si seguimos este rumbo, aunque soy consciente que habrá temporadas de retroceso también.

Ya he dicho en alguna entrada que hemos estado tres semanas sin carro, porteando con la Emeibaby 24x7. Ella encantada, claro. Mi espalda, no tanto. Por casa ya casi siempre la llevo a la espalda mientras hago cosas y ella se echa sus buenas siestas. Por la calle, como ya hace fresco, la llevamos delante con el cobertor. A ver cuando nos devuelvan el carro si lo quiere o no, con lo bien que iba últimamente en él...

También he notado un cambio grande este mes en su apego. Ya no se queja tanto cuando la cogen otras personas que no seamos su padre y yo. Este mes se ha quedado un par de tardes con Dani mientras yo estudiaba, y han estado muy bien (y yo he aprovechado bastante). Cuando estamos con la familia o amigos no le importa pasar de brazo en brazo, siempre que no esté cansada, que entonces sólo quiere a mamá.

Hemos pasado ya completamente de la fase de gorjeo a la de balbuceo. Aparte de los mamamá, papapá y gagagá, ya va practicando tatatatata y dadadada. Y pedorretas a todas horas, claro. También pega gritos cuando está contenta o se pone nerviosa. Le pasa mucho con su primo, que se emociona cuando le ve y grita bastante. Ha aprendido a chocar los cinco (o algo parecido) y cuando le doy besos a veces ella se abalanza hacia mí con la boca abierta, como si me quisiera comer XD También se lo hace a veces a Dani y a las abuelas.

Este mes también ha sido su primer viaje al extranjero y en avión. Como siempre, me ha sorprendido lo bien que lo ha llevado y lo fácil que se adapta a cualquier cosa. Como ya he dicho, con la mochila para siestas y la teta para comer, la podríamos llevar al fin del mundo. Es una niña muy tranquila, que se entretiene con cualquier cosa. Es capaz de estar hora y media sentada en una trona en un restaurante si le damos algo de comer y juguetes. Al final se cansa, claro está, pero muchas veces me sorprende lo tranquila y paciente que es para ser un bebé. Desde luego es un cambio grande a cuando tenía un par de meses y yo tenía que comer de pie y turnarme con Dani. Y confirma mi idea de que respetando el ritmo de los bebés, al final todo llega.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Typical Irish weather.

Este finde hemos estado en Dublín, y lo he disfrutado un montón, la verdad, a pesar del típico tiempo irlandés, que no ha dejado de llover, hacer frío y bastante viento. He sacado unas cuantas cosas en claro.

Tengo una hija que es una bendita. Ya podemos pasarnos el fin de semana de acá para allá, todos rotos de cansancio, que ella apenas se queja. En los vuelos se ha portado genial, incluso en la vuelta, que venía sin haber dormido prácticamente en todo el día. Ha comido de todo, ha pasado de brazo en brazo, ha trasnochado, ha dormido genial por la noche, a pesar de extrañar la cama y ser tres en un colchón de 1,35... Creo que con tener a su padre con la mochila y a su madre con la teta cerca, la podríamos llevar al fin del mundo.

Mola volar con un bebé, sobre todo por poder embarcar los primeros en el avión. Luego es un poco incómodo tenerla encima todo el viaje, pero una cosa compensa la otra. En los controles de seguridad es un poco rollo, porque llevas cosas para tres, pero sólo uno tiene las manos libres. Por suerte, como te ven con el bebé, suelen tener más paciencia y mejor humor.

Hemos aprendido que the crab is red y the turtle is green, y nos hemos traído un juguete cantarín y unos pijamas preciosos para la peque. También hemos aprendido que los bebés irlandeses son gigantes, porque son de la talla 6-9 meses, pero yo creo que hasta primavera no le valdrán...

Me he tomado un par de copas de vino blanco que me han sabido a gloria, después de tanto tiempo. Con lo bien que está durmiendo Sofía (hoy de nueve y media a seis del tirón, no doy crédito), lo mismo me lo puedo permitir en alguna cena.

El cobertor que compramos para la mochila portabebés funciona muy bien, la peque va muy calentita y no cala con la lluvia. Y las botitas de borreguito que le han comprado los abuelos, también genial, los pies muy calentitos.

Y que es una pena que tengamos que ahorrar porque ahora estoy de excedencia, y cuando vuelva a currar ya no tendremos tanto tiempo, pero con lo buena que ha sido la experiencia, empezaría a planificar un finde a Florencia y otro a Ámsterdam. Pero tendrán que esperar :(

Cómo mola tener una familia viajera ^^

jueves, 26 de noviembre de 2015

Compras (o regalos o préstamos) de puericultura (II).

Sigo con los artilugios de bebé que hemos comprado, nos han prestado o regalado.

Cosas poco útiles.

Como no sabes lo que vas a necesitar o cómo va a ser tu bebé, es complicado no tener alguna cosa que con el tiempo te das cuenta de que es un fail.

Biberones. Dando lactancia materna exclusiva no hacen falta. Ni aunque la madre se tenga que ausentar, porque se puede dar su leche con el método jeringa-dedo o con vasito. Pero la verdad es que Sofía no ha querido biberón ni cuando hemos intentado dárselo ya más mayor. Lo único que ha aceptado ha sido un vaso de aprendizaje con pitorro blandito de silicona, cuando ha empezado con la alimentación complementaria.

Chupetes. Ya hablé de la odisea del chupete que vivimos. Me las prometía felices con el chupe que encontramos, pero Sofía al final nunca lo ha querido para calmarse o dormirse. Lo usa a veces de morderdor porque es todo de caucho, pero nada más. Por no decir que todos los chupetes que nos regalaron, incluidos unos con su nombre y todo, están sin estrenar. Por suerte tampoco se chupa el dedo, ella es más de teta.

Esterilizador. Si no hay tetinas de bibes o chupes que esterilizar, el esterilizador no sirve para nada... Compré unas bolsas de Avent para usar en el microondas y sólo he usado una, como tres veces con el sacaleches... La mayoría de las veces "esterilizo" en el lavavajillas.

Humidificador. Sofía no ha sido de mocos, así que no hemos usado mucho el humidificador, sobre todo porque se nos olvida ponerlo. Además, un bol de agua encima del radiador o sobre la mesilla hace el mismo efecto.

Sacamocos. Me parece un invento del infierno, hecho para torturar a bebés y asquear a padres. Tenemos uno que nos regalaron sin usar. Ya digo que la peque no ha tenido muchos, pero aunque los tuviera creo que nunca usaría el sacamocos. Además, he leído que puede ser perjudicial y favorece las otitis.

Boles con ventosa. Compré unos de la marca Munchkin para poner la comida y que no la tirase al suelo, pero no han servido de mucho porque ella sola los despega de la mesa, así que mi gozo en un pozo. De momento toca mantener la vajilla fuera de su alcance.

Zapatos. Nos han dejado muchos zapatos, pero hasta que no ha empezado a hacer frío, no le veía mucho sentido a ponérselos, así que algunos se han quedado sin estrenar. Ahora que hace más fresco sí que le veo más sentido a ponerle zapatos, porque sólo con calcetines se le quedan fríos los pies.

Bandolera. Esto ha sido un error mío. Cuando empezó a hacer mucho calor, en Julio, me daba cosa llevar a la niña en la mochila, porque va tapada con la tela y muy pegada, con lo que se pasa bastante calor. Pensé en comprar la bandolera porque es más fresca (la tela es de algodón y lino), pero al final no la hemos usado mucho. Al principio porque es un poco más complicada de ajustar que la mochila y la niña no iba cómoda del todo. Y ahora ya porque pesa demasiado para llevar todo el peso en un solo hombro.

Cosas que me han sorprendido.

Son cosas que en un principio yo pensaba que iban a ser un fail en toda regla, pero hemos acabado usando mucho.

Baberos. Los dos primeros meses me sorprendió que todo el mundo nos regalase baberos: la niña no babeaba, nunca ha sido de regurgitar nada de leche, y no comía otra cosa que no fuera teta, con lo que no se podía manchar. Luego empezó a babear sobre los tres meses y lo entendí perfectamente. De hecho hemos tenido que comprar un montón de baberos, además de los regalados, porque usa dos o tres al día, que acaban como para escurrir de babas... Los baberos con mangas, cuando haces Baby Led-Weaning, también vienen de perlas para no tener que cambiar de ropa a la peque de arriba a abajo y meterla en la bañera.

Mantas, arrullos y muselinas. Tampoco entendía muy bien la fiebre por regalar mantitas y arrullos antes de nacer la niña... Las muselinas me ha sorprendido lo mucho que las hemos usado: para limpiar babas, para no sudar como un pollo cuando hemos porteado en verano, como arrullo en verano, para quitar el sol cuando iba en el capazo, para mí cuando rebosaba de leche... Las mantas y arrullos también vienen muy bien tener varias, porque solemos tener una en el salón, otra para la cuna y otra en el carro.

La hamaca. Esto fue un préstamo y, sinceramente, pensaba que ni lo íbamos a sacar de la caja, pero la realidad me dio un guantazo en las narices. Pensaba que la hamaca era otro invento infernal en el que mi hija no consentiría pasar ni un segundo, pero cuando me quedé sola en casa con ella, había momentos que necesitaba dejar a la niña en algún sitio durante unos minutos, para ir al baño, hacerme algo de comer o pegarme una ducha rápida. Y sorprendentemente, donde más tranquila aguantaba no era ni en la cuna ni en el capazo, sino en la hamaca. La que hemos usado ha sido el modelo Practic de Bebedue, y nos ha cundido desde que la niña tenía un mes hasta los siete, que ya solo quiere estar sentada en el suelo.

El carro. Los primeros seis meses, ha sido raro el paseo que la niña aguantaba más de diez minutos en el carro, tanto en el capazo, como en la silla. Yo pensaba que nunca le llegaría a gustar, pero a partir de los seis meses lo hemos empezado a rentar más porque parece que lo tolera más. Aunque nos lo regaló la madre de Dani, buscábamos un carro que nos sirviera todo el tiempo que la niña lo necesite (hasta los tres años, por lo menos), y que no fuera muy caro. Compramos el Urban de Chicco por varias razones: nos gustaba el diseño, las ruedas son grandes, es muy fácil de manejar y tiene el manillar corrido (con lo que se puede llevar con una sola mano), la silla y el capazo son la misma pieza (menos trastos que guardar) y de precio está bastante bien. De momento estamos contentos con la compra. Ahora hay que ver cuánto nos dura.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Un osito polar auténtico...

En fin, que de las olas de calor sahariano, pasando por el otoño primaveral, por fin ha llegado el frío polar (o siberiano... melagarrasconlammm... ¡Ejem!). Y me ha pillado un poco desprevenida, sobre todo en casa, que como no habíamos puesto aún la calefacción, hace un frío que pela.

Por lo demás, seguimos sin carro de la niña, dos semanas después. Ella está encantada porque va en la mochila o en brazos 24x7, y pocas cosas hay que le gusten más. Mi espalda empieza a quejarse, pero menos de lo que me temía cuando dejamos el carro para arreglar. Pero bueno, menos mal que compramos el cobertor y la peque va bien calentita aunque vaya en la mochila. Tengo pendiente escribir una entrada sobre el porteo con calor y otra con frío, que tiene sus trucos que facilitan la vida.

Y el viernes nos vamos a Dublín, a pasar más frío aún y a mojarnos un poco también, que Irlanda sin lluvia no es igual. A ver qué tal el primer viaje en avión de la chiquinina. La semana que viene intentaré escribir sobre ello, si el estudio y la peque me dejan un ratito libre.

PD: el título de la entrada viene de un chiste que, al parecer, mide el estado de embriaguez, pero siempre que hace frío me acuerdo de él... Supongo que como hace más de un año que no me embolingo, no me hace mucha gracia ya.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Compras (o regalos o préstamos) de puericultura (I).

Cuando te quedas embarazada se abre un mundo nuevo ante ti, bastante acojonante, la verdad, que es el de los artículos de puericultura. O los cacharros que necesita un recién nacido o un bebé. Es tan amplio y variado que marea y no sabes qué vas a necesitar, qué le gustará al bebé, o qué pedir cuando te preguntan qué quieres que te regalen. Luego nace el bebé y te das cuenta que sólo necesita algo de ropa, a su mamá para comer y unos brazos para dormir. Y montañas de pañales, pero la comparativa de pañales la dejo para otra entrada.

Esta entrada va de mi experiencia, por si le sirve a alguien, aunque cada familia tiene unas necesidades diferentes. Voy a dividirlo en tres partes: cosas que quería y me han sido útiles, cosas que no hemos usado y cosas que pensaba que no me servirían y al final sí.

Cosas útiles.

La mochila Emeibaby. Si hay un artículo de puericultura sin el que no podríamos sobrevivir (bueno, sí podríamos, pero más incómodos) sería la mochila. La mejor inversión que hemos hecho, y la más amortizada con diferencia. La compramos unos días antes de que la niña hiciera un mes. Nos costó 140€ aproximadamente (que fue del dinero que nos habían dado mis tíos para Sofía) y la hemos usado prácticamente cada día, menos algún día en verano que hacía mucho calor.

La cuna de colecho. Aquí cuento cómo la hicimos. Aunque los primeros tres meses la niña dormía pegada a mí (porque si se separaba aunque fuera unos centímetros, se despertaba), a partir de los tres o cuatro meses sí que estamos aprovechando más la cuna y la peque duerme casi toda la noche en ella.

La trona. Éste ha sido un préstamo que nos está viniendo de perlas. Desde que Sofía decidió que quería hacer Baby Led-Weaning, la estamos usando un montón. Es la Cube de Beabá, con bandeja, muy parecida a la Antilop del Ikea. Es de plástico con lo que se limpia fácil, es estable y a la niña le encanta sentarse con nosotros a la mesa mientras comemos.

Ropa. Nos han prestado muchísima ropa, y es algo que he agradecido un montón. Antes de nacer Sofía, no me podía imaginar lo deprisa que crecen los bebés. Es cierto que no necesitan casi ropa, y hay cosas que se quedan casi sin estrenar, pero entre lo que nos han prestado y regalado, prácticamente no hemos tenido que comprar nada de ropa. Y es un ahorro que se agradece.

Cremas, geles y pañales. Algunos de nuestros amigos y familiares que ya son padres nos regalaron de este tipo de cosas y vienen genial (cómo se nota la experiencia). Pañales de la talla 2 ni tuvimos que comprar casi, y cremas hidratantes y para el pañal, tampoco hemos comprado todavía. También es verdad que la niña tiene una piel a prueba de bombas y no le irrita ninguna marca de pañal, y las cremas que nos han regalado le van bien.

La bañera. Este fue un regalo también, pero dio la casualidad que nos regalaron justo la que queríamos. Es la bañera Flexibath de Stokke. En el baño no teníamos sitio para una bañera con patas, y ésta se queda plegada y no ocupa casi espacio. También nos regalaron el adaptador para recién nacidos, que nos ha venido muy bien los dos o tres primeros meses.

La cómoda-cambiador. Mis padres nos regalaron los muebles del cuarto de Sofía, y les pedimos una cómoda Malm de cuatro cajones del Ikea, le pusimos una colchoneta/cambiador encima y ya está. Cuando la peque crezca, seguimos teniendo una cómoda con muchísima capacidad. Y todavía la cambiamos el pañal ahí, sin dolores de espalda ni nada.

Sacaleches. Sobre todo los dos primeros meses, con las dificultades que tuvimos en el establecimiento de la lactancia, me vino genial para las ingurgitaciones y mastitis varias. Es el Swing de Medela, es eléctrico y no me hace nada de daño (con los manuales veía las estrellas) y me saco bastante leche en 10 minutos.

Y en la siguiente entrada hablo de las cosas poco útiles y las sorpresas, que me está quedando un poco larga.

lunes, 16 de noviembre de 2015

De la rabia en estos días.

Me da rabia pensar lo injusto que es lo que pasó el viernes en París. Me da rabia sentir mucha empatía con los parisinos y no tanta con los sirios o los libaneses o cualquiera de los otros pueblos que están sufriendo por esta guerra religiosa y fanática, porque la mayoría de las veces ni me entero de lo que pasa en esos países. Me da rabia que me hagan sentir culpable por traer a mi hija a este mundo que a veces es de pesadilla. Me da rabia que detrás todo esto esté el dinero, la riqueza que sacan unos pocos del negocio de la guerra y del terror. Me da rabia que nos tomen por gilipollas. Me dan rabia los que aprovechan estas situaciones para enaltecer su racismo y su odio a cualquiera que sea diferente.

Me da rabia que haga buen tiempo pero que eso implique que llevamos semanas respirando mierda en Madrid (mi garganta y la alergia de Dani lo atestiguan). Me da rabia que se empiecen a hacer cosas para proteger nuestra salud pero a mucha gente le parece mal porque es incómodo. Me da rabia sentirme culpable por no querer que llueva, aunque sé que nos vendrían genial unos cuantos días de lluvia.

Me da rabia pensar en las elecciones, en la que nos espera con la campaña electoral, en el machismo y la violencia que vivo muchos días en las redes sociales, en la mierda de conciliación familiar de este país, en la falta de horarios racionales que hacen que sólo pueda ver a mi marido tres o cuatro horas al día (y mi hija a su padre un par de horas como mucho), en lo fácil que sería llevar una vida mejor si a unos pocos les diera la gana proteger los derechos de los ciudadanos y los trabajadores...

Por suerte toda esa rabia se deshace de golpe con cosas que parecen nimias pero no lo son :P

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El calendario de adviento.

A pesar de estar teniendo un otoño estupendo, con muy buena temperatura (nunca había podido usar tantos días la ropa de entretiempo), ya se ven las navidades asomando por el horizonte. Y eso da un poco de cosilla, porque significa que se acaba el año y toca hacer balance, y el tiempo se me escapa de las manos.

Entre otras cosas se nota porque mi marido ya me ha preguntado qué le voy a pedir a los Reyes, y porque yo le he comprado a él un calendario de adviento. Sí, comprado. Por un momento pensé en hacerle uno, ahora que estoy en casa, como el año que estaba parada. Pero Sofía no me deja mucho tiempo libre, y el poco que tengo debería aprovecharlo para estudiar. Así que lo compré. Pero mola (y le ha molado) un montón.

De Star Wars, claro. 

El año que viene habrá que pensar uno para la chiquinina también.

martes, 3 de noviembre de 2015

Siete meses.

Ains, voy a intentar no empezar todos los meses la entrada con la misma murga de lo rápido que se me pasa el tiempo... pero es que es verdad.

Este séptimo mes de mi chiquinina le he notado un cambio enorme, sobre todo a nivel físico y de su desarrollo motor. No sé cómo va de talla, pero la ropa se le queda pequeña en muy poco tiempo. Y de peso ya andará por los siete kilos y algo, aunque pesándola en casa no es muy exacto. Ya se mantiene perfectamente sentada casi sin apoyo, sólo necesita un poco detrás porque a veces se desestabiliza (como diría su padre, le pesa el melón). En la silla ha descubierto que si se sienta totalmente incorporada puede ver más mundo, así que va toda estirada, como una niña mayor. Maneja los objetos que coge con mucha soltura, les da vueltas, se los cambia de mano y se los lleva siempre a la boca. Intenta coger todo lo que se encuentre al alcance de su mano, pero todavía no hace mucha intención de desplazarse cuando algo le pilla lejos.

Seguimos dándole de comer trozos, porque la papilla y el puré no los quiere. Sólo admite que le dé algo con la cuchara si es ella quien agarra la cuchara y se la lleva a la boca. Pero vamos, que nunca he conseguido que coma más de dos o tres cucharadas de papilla. Come cereales en galleta para bebés, tortitas de arroz y le encanta el pan. También come frutas como pera, plátano, manzana, naranja o mandarina. Cuando yo como verduras, le doy un poco de brócoli, zanahoria, judía verde, pimiento, calabacin, calabaza... También ha comido patata cocida, macarrones y pollo a la plancha y alitas (bueno, el pollo lo chupa y poco más, pero algo es algo). Sí que he notado en este mes que ya va masticando y tragando más comida. Al principio sólo la exploraba con la boca y la solía escupir sin tragar, pero ya va comiendo más. En las plastas que hace también se nota... Ya empiezan a ser bastante apestosas. Sigue con la teta a tope, con lo que no me preocupa que pase hambre o tenga alguna carencia.

El dormir... Bastante regular. Hemos tenido un mes bastante malo, con muchos despertares. Además se despierta y llora, cosa que antes no hacía. Pero bueno, me mentalizo que es una fase y lo vamos llevando más o menos bien. Parece que poco a poco va cogiendo otra vez el ritmo y ya vuelve a tener noches buenas, sólo con un par de despertares.

El otro día fue el primer día que me separé de ella un rato. Fui a la peluquería y mis padres se la llevaron a dar un paseo. Pues tuvieron que volver a la pelu porque la peque estaba con un berrinche enorme, la pobre. Yo creo que tenía sueño y como está acostumbrada a dormir conmigo, pues no se podía dormir. Pero bueno, habrá que ir viendo si se queda algún día un rato con su padre, porque no quiero que lo pase mal cuando me tenga que incorporar al trabajo (o que lo pase lo menos mal posible).

Aparte de eso, cada vez tolera mejor irse con otras personas, siempre que me tenga a la vista. Ya casi nunca se coge berrinches y no suele llorar, aunque sí que se queja bastante cuando no está cómoda o algo no le gusta. Cada día se ríe más cuando le hacemos monerías y se entretiene muchos ratos ella sola con cualquier juguete. A ratos la puedo dejar en la manta de juegos mientras hago cosas. También aguanta mucho más en el carro, y ya podemos salir a comer por ahí y estar toda la comida sentados, la ponemos en una trona y se entretiene con cualquier cosa. Yo voy estudiando algún ratito pequeño, aprovechando sus siestas. Me la pongo en la mochila a la espalda para hacer cosas por casa y suele dormirse en pocos minutos, y cuando está dormida, me siento a estudiar lo que dure su siesta. No es muy cómodo, pero así voy sacando algún rato.

Pues eso, que ya vamos rumbo hacia el año y yo estoy disfrutando un montón de esto de ser mamá, a pesar del cansancio y de las preocupaciones. La verdad es que no pensé que me iba a gustar tanto. A veces me veo tan en modo madre que me doy un poco de miedito y todo XD

lunes, 2 de noviembre de 2015

Garabatos con mucho humor.

Hace no mucho que he descubierto Sarah's Scribbles, que quiere decir "los garabatos de Sarah", más o menos, a través de una página en feisbuk que traduce las tiras al castellano. Es un webcómic con un humor muy simple y naif, muy de andar por casa, como a mí me gusta. Estoy esperando a que lo traduzcan y lo publiquen para pedírselo a Dani para Reyes/cumpleaños/santo/aniversario/porqueyolovalgo...

Mientras tanto, lo seguiré disfrutando en la web.



Además, mola mucho que su mascota sea un conejín (muy guapo, por cierto) y que lo incluya en las tiras.



viernes, 30 de octubre de 2015

Nos vamos de boda.

Mañana nos vamos de boda a Segovia, a la boda de mi R pequeña*. Va a ser la primera boda de la chiquinina, a ver qué tal se nos da. Lo malo es que es una boda de tarde y coincide con el momento que suele estar más tontorrona, que es a última hora. Lo bueno es que cada vez lo lleva mejor, que llevamos la súpermochila mágica para cuando tenga sueño. Y a una mala, tenemos una habitación reservada para quedarnos a dormir, si la peque está muy incómoda, nos retiramos pronto y ya está.

Esto de las bodas con frío es un poco trajín porque no sé muy bien qué ponerme. Además, como estamos todavía con la teta a tope, tenía que ser un modelito accesible para que la niña pueda comer y yo no tenga que enseñar todo... Al principio pensé en una falda y una camisa mona, pero no encontraba nada que me gustase. Me puse a mirar por Internet y en Zalando encontré un vestido de premamá de Mamalicious, que también es de lactancia, bastante mono y no muy caro. Lo pedí, y la verdad es que me ha gustado mucho. Lo malo es que es de tirantes, pero llevaré una chaquetilla y un abrigo-capa que tengo.

Voy a tener que plantearme seriamente lo de montar una tienda de ropa premamá y de lactancia, como hablaba el otro día con Andrea, porque está complicada la cosa. Lo malo es que no nos ponemos de acuerdo en el target, yo digo que ropa asequible y Andrea dice que mejor si es más cara... Habrá que hacer un estudio de mercado. Que al final, de tanto repetirlo, se nos queda grabado lo de que la culpa de ser pobres es nuestra porque no somos emprendedores (que no emprendéis, coño). En fin, que me voy por las ramas.

Pues eso, que nos vamos de boda, a comer, beber (unos más que otros), a ver a mis pires y pasarlo pipa.

*Es la residente que entró un año después que yo, pero siempre será mi errepequeña, aunque ya sea una señora adjunta. Me hace mucha ilusión compartir este momento especial con ella y su chico, porque llevamos con él en mente mucho tiempo ;)

jueves, 22 de octubre de 2015

Una de música cojonera (de esa que no te la sacas de la cabeza).

Llevo varios días con la canción Rude, del grupo Magic!* en la cabeza. No sé ni donde la escuché, pero hasta que no he dado con ella no me he quedado tranquila.



Y también con una de Two Door Cinema Club. Creo que esta es culpa de Andrea :P



Todo esto cuando Soy una taza y los pollitos me dejan alguna neurona libre claro...

*Pongo Magic en Google y me sugiere un montón de tiendas donde venden cartas del juego este tan friki. No entiendo por qué :P

martes, 20 de octubre de 2015

Crianza respetuosa o con apego.

Cuando estaba intentado quedarme embarazada sólo lo sabían unos amigos que ya son padres desde hace unos cuantos años. Mi amiga me dejó varios libros sobre lactancia y crianza, entre ellos varios de Carlos González, y así fue como descubrí la crianza respetuosa o con apego. Algo traía estudiado de casa, porque siempre he tenido muy presente el trabajo de John Bowlby en mi día a día profesional, ya que pienso que hizo aportaciones muy importantes que siguen estando muy vigentes en el campo de la psicoterapia. Respecto a Carlos González, no comparto al cien por cien las ideas de este pediatra, pero mucho de lo que leí se parecía a lo que me decían mis tripas o mi instinto. Creo que cada madre y cada padre debe criar a sus hijos como cree que es mejor, y no dudo que la gran mayoría de los padres hacen lo que creen que es mejor para sus hijos. Cada uno tiene que buscar aquello con lo que se sienta más cómodo, lo que mejor le sirva a su familia, porque cada bebé y cada niño es un mundo, y cada padre y madre somos diferentes.

Para mí la crianza respetuosa significa sólo (nada más y nada menos) que mi hija se merece el mismo respeto o más que cualquier adulto. Que sus necesidades son igual de importantes que las mías o las de su padre (o las de cualquier otro adulto). Que los niños aprenden a través del ejemplo, no de lo que les decimos. Que mi hija sabe mejor que nadie qué es lo que necesita, igual que yo sé mejor que nadie cuales son mis necesidades, y que ella tiene su manera de expresarlas, que es a través del llanto, principalmente.

Lo que más recuerdo de los libros de Carlos González, es un ejemplo que quiero contar aquí. Es de su libro Bésame Mucho, y me hizo darme cuenta cómo en nuestra sociedad los niños todavía son ciudadanos de segunda. Iba a citar el ejemplo tal cual, pero haciendo caso a mi editor*, mejor lo explico.

El ejemplo habla de Jaime, "un padre tolerante y buen esposo", y Sonia, que "tiene un carácter difícil, nunca obedece y encima es respondona". Cuenta cómo se comporta Sonia con ejemplos como que no se hace la cama, no quiere ni probar la comida que no le gusta, coge dinero sin pedirlo, interrumpe conversaciones y cuando se enfada, llora, grita y se encierra en el baño. Cuenta también que una de esas veces, Jaime tuvo que echar abajo la puerta del baño a patadas. Cuenta una situación concreta en la que Sonia coge unos papeles del escritorio de Jaime, éste le dice que tiene que pedir permiso y ella le contesta mal y le insulta hasta el punto en que él pierde los papeles y le pega un bofetón. Luego reflexiona sobre la necesidad de límites y disciplina en este caso. Pero la cosa tiene trampa. Después pide que se reflexione sobre qué nos parecería si Sonia tuviera diecisiete años. Hasta ese momento todos hemos asumido que Sonia era una niña pequeña (sobre siete años, dice el autor). Si fuera adolescente, el comportamiento de Jaime ya no parece tan aceptable. Raya en el maltrato. Pero el ejemplo va más allá y nos pide que pensemos qué nos parecería la situación si Sonia tuviera veintisiete años y fuera la mujer de Jaime. En ningún momento ha dicho que fuera su padre, lo hemos asumido por el comportamiento y la dinámica que muestran. Si fuera su mujer a casi nadie le parecería tolerable ese comportamiento con ella, por mucho que Sonia sea difícil y respondona. Termina el ejemplo reflexionando sobre la mayor tolerancia que existe en nuestra sociedad a la violencia ejercida hacia los niños.

Este ejemplo me dio para unos cuantos momentos de reflexión. Desde que lo leí, cada vez que me planteo cómo criar a mi hija, cómo tratarla, cómo actuar con ella, pienso en cómo lo haría con mi marido, por ejemplo. No dejaría que Dani se hiciera daño a sí mismo, o cuando hace algo que me molesta o no me gusta, se lo digo o le pido que no lo haga. Igualmente, cuando Dani me pide algo (aunque sea tan nimio como un beso, un abrazo o estar con él) se lo doy de buena gana si está en mi mano, porque quiero que esté bien y hacerle feliz. Así que con mi hija no puedo hacer menos, aunque lo que me pida sea estar conmigo, tenerla en brazos, mimos o juegos, si puedo se los voy a dar sin dudarlo, sin pensar que la estoy acostumbrando mal, porque son sus necesidades y son tan importantes como las mías o las de su padre.

Está claro que con los bebés no se puede razonar, porque no lo entienden. Pero aunque hasta cierta edad, dos o tres años, las cosas tienen que ser como los padres decidimos, sin razonamientos o negociaciones, es importante pensar hasta qué punto ejercemos nuestra autoridad por el bien de nuestros hijos o sólo "para que no se nos suban a la chepa", o autoridad por autoridad. Hay que tener en mente que nuestros hijos nos quieren incondicionalmente, y lo que más desean es estar con nosotros y hacernos felices, exactamente igual que nosotros con ellos, con nuestras parejas, familia o amigos íntimos.

*Y maridito sexy.

martes, 13 de octubre de 2015

Cosas varias en martes y trece.

Hoy toca post popurrí, porque me apetece contar varias cosas, pero no me dan para una entrada entera. Así que punto por punto.

Guan: hemos tenido un puente completito, hemos pasado un día los tres por ahí, hemos hecho cosas de bodas (ya lo contaré más adelante, de momento no puedo), hemos celebrado el santo de mi suegra, hemos perdido la Sophie (gran tragedia), hemos visto a Fer y nos hemos reído mucho con el sobri.

Chú: llevamos un par de semanas que no dormimos ná de ná. Creo que no he dormido tan mal ni cuando la chiquinina era recién nacida (o las hormonas han hecho tan bien su trabajo que ya se me ha olvidado). Hemos tenido días de despertarse cada hora u hora y media. Ahora parece que vamos remontando un poco otra vez, anoche por ejemplo, se despertó sólo cuatro veces.

Zrí: al final ni he cambiado la ropa de verano ni nada. A ver si esta semana lo puedo hacer a ratos, porque empieza a hacer un tiempo regulero. Lo que me recuerda...

For: vaya asco de día que hace hoy. Ya dejo de llorar.

Faif: he descubierto un blog que me mola mogollón. Se llama Lorzagirl y es lo más gracioso que he leído en mucho tiempo. He estado un par de semanas leyendo su blog de principio a fin, y ahora me da la impresión que Lorz, Zarajota, Bebechan (ahora Niñachan) y Bebekun son como de la familia.

Sics: mi hija me sigue enseñando cosas. Primero fue que si las cosas no salen como quiero, no pasa nada. Y ahora que da igual lo mucho que me anticipe o planee la crianza, ella tiene sus propias ideas y me lo hace saber bien claro. Todo viene porque yo llevaba un par de meses agobiada con cómo introducir la alimentación complementaria, si con papillas y purés o haciendo baby led weaning (básicamente introducir sólidos directamente). Lo primero hemos intentado darle papilla de cereales, leche con cereales en biberón, en vaso de aprendizaje, con cuchara... Y todas las veces ha dicho que nanay. Si embargo, si le doy un trozo de fruta, zanahoria o brócoli cocido, patata cocida o trozos de pan, lo acepta y le encanta. Así que mis tribulaciones las ha solucionado de un plumazo: ella quiere experimentar y jugar con la comida (y ya va comiendo algo), así que de purés y papillas, ni hablar. Ya escribiré una entrada más detallada sobre el tema.

Seven: hablando de temas de crianza, dos recomendaciones, el "monólogo" de Carles Capdevila (no tiene desperdicio) y este artículo sobre la alimentación de los niños, los complementos alimenticios y la publicidad.

Eit: el sábado me compré flores. Porque yo lo valgo. Bueno, las pagó Dani, así que aceptamos "el sábado mi maridito me compró flores". Porque yo lo valgo :P

Nain: tengo pendientes varias cosas. Entre ellas, una paella a medias con Andrea y otra sesión teta en el cine, que se me va a olvidar, una boda en Halloween en Segovia, un viaje a Dublín en noviembre que será el primer vuelo y viaje al extranjero de Sofía (y según se porte, empezar a planear viaje para el año que viene), una visita al Ikea, ir a la guarde para empezar a planear la incorporación y adaptación (miedo me da), varias entradas sobre maternidad y crianza (siento el monotema), ir a la pelu y convencer a Dani para ir a Cuenca el finde de la Almudena.

Y ya.

viernes, 9 de octubre de 2015

En brazos... o porteando.


#sicb2015

Esta semana es la semana internacional de la crianza en brazos. La peque siempre ha sido muy de brazos. Las siestas que se echa encima de mí, nunca se han podido comparar a las que duerme en el carro o en la cama. Y el carro de paseo sólo lo quiere a ratos. Por eso nuestra mochila Emeibaby, ha sido mi salvación (o la salvación de mi espalda) desde que la empezamos a usar cuando tenía menos de un mes. Y por eso quería hablar un poco de mi experiencia en el porteo.

Desde antes de quedarme embarazada ya me llamaba la atención ver a mamás y papás llevando a sus bebés pegaditos en una mochila, fular o bandolera. Sabía que cuando fuera mamá quería llevar así a mi bebé porque me producía mucha ternura. Durante el embarazo me fui informando de la diferencia entre los portabebés tradicionales y los ergonómicos, y de los beneficios de éstos últimos para el desarrollo del bebé (la postura respeta el desarrollo de la espalda y la cadera del niño) y para la comodidad de los padres (los ergonómicos suelen repartir el peso del bebé entre los hombros y la cadera, con lo que se puede llevar más peso sin que te duela el cuello o los hombros).

No voy a hablar en profundidad de los beneficios del porteo (un par de artículos interesantes aquí y aquí), pero sí de lo que ha supuesto para mí, para Dani y para la chiquinina. Como digo, la peque no aguanta mucho rato separada de mí o de su padre, así que la mochila nos ha permitido hacer muchas cosas que no se pueden hacer (o cuesta hacerlas) con un bebé en brazos. Cosas como las tareas de casa, comidas o cenas fuera de casa, hacer la compra, ir a sitios donde es complicado llevar un carro, vacaciones o excursiones, todo ha sido más fácil con la mochila, básicamente porque te deja las dos manos libres. Además, Dani y yo siempre decimos que la mochila es mágica: es meter en ella a la niña y se suele quedar frita en menos de cinco minutos, por lo que también viene muy bien cuando tiene sueño pero le cuesta dormirse.

Y además es que nos encanta a todos. A la peque le gusta sentirse cerca de mamá o papá, y ahora que ha crecido y saca la cabeza, le gusta ir cotilleando todo desde las alturas. Y a mí (y a Dani creo que también) me encanta la sensación de llevarla pegadita, poder ir dándole besitos en la cabeza, cómo se queda frita con la cabeza apoyada en mi pecho o cómo me mira desde la mochila cuando va despierta.

A veces me acaba doliendo la espalda o los hombros, es verdad. Normal, si la llevo muchas horas encima, pero no más de lo que me dolería llevándola en brazos. Son ya casi siete kilazos de lechona... A veces otros padres me preguntan si no me resulta incómodo, si no me molesta, y me cuentan que ellos dejaron de portear a los dos o tres meses porque les dolía llevar a su peque. Y yo que soy muy prudente no digo nada, pero pienso que seguramente no tenían un portabebés ergonómico. A veces me cruzo con mamás o papás que portean y nos miramos como con comprensión. A veces veo a mamás y papás que portean niños grandes (de dos o tres años) y veo donde quiero llegar, porque las satisfacciones que nos ha traído la mochila en estos seis meses han sido muchas y no quiero que se acaben pronto.



sábado, 3 de octubre de 2015

Seis meses.

Hace seis meses que la chiquinina llegó para quedarse y a mí me parece increíble lo rápido que se ha pasado este medio año. Este mes ni siquiera me ha dado tiempo a escribir la entrada con antelación, así que si me queda un poco churro, es porque está hecha así, sobre la marcha.

Este mes la peque ha mejorado un montón la coordinación mano-boca. Ya se lleva a la boca cualquier cosa que cae en sus manos, y los juguetes y mordedores los manipula para morderlos por la parte que más le guste. Ha empezado a echar mano a las cosas que quedan a su alcance, con lo que hay que tener mucho cuidado cuando la tenemos sentada encima. Se mantiene sentada con apoyo y ya hace la croqueta para ambos lados con bastante soltura. En el carro ya la llevamos un poco más incorporada, porque si no, no hay manera de que aguante un rato. Empieza a hacer los cinco lobitos cuando se lo canto, o algo parecido, y se ríe un montón cuando la lanzo al aire. Hemos pasado de los ajos y los nnngaaanngaanngaa, a variaciones con ma, pa y ba... Eso sí, es la campeona mundial de pedorretas, es un no parar.

El sueño es lo que me trae por el camino de la amargura. Desde hace una semana o diez días ha empeorado bastante y se despierta entre cinco y ocho veces por la noche. Vamos, que no aguanta ni dos horas seguidas a veces. Sé que es una etapa, que su sueño está evolucionando, está adquiriendo las fases del sueño, y eso hace que se despierte cuando pasa de una fase a otra. Llegará un momento en que vuelva a dormir varias horas seguidas, pero ahora es agotador para mí. La mochila sigue siendo su mejor amiga para las siestas. Eso sí, para dormirse por la noche, cada vez tarda menos rato.

Seguimos con la teta a todas horas. El lunes, que vamos a revisión, la enfermera nos contará cómo empezar con la alimentación complementaria. De momento la peque ha probado la pera, la manzana y el zumo de naranja. No le he dado ninguna papilla, sólo trozos grandes de esas frutas cuando yo las estaba comiendo, para que las chupe y vaya experimentando con el sabor y la textura. La pera le gusta mucho y la chupa con tanta intensidad que va sacando algo de chicha. No sé si le están saliendo ya los dientes porque a veces muerde los juguetes como si le molestase, y está todo el día babeando. Los baberos no le duran medianamente secos ni medio asalto.

Estuvo un par de días medio mala, vomitó varias veces y las cacotas eran raras, pero como no dejó de comer y estaba contenta, no fuimos al pediatra. De peso, debe andar cerca de los siete kilos, aunque ya nos lo dirán el lunes en la revisión. A ver si esta vez no le dan fiebre las vacunas.

Al coche le ha cogido un poco de manía últimamente, no sabemos por qué. Antes se quedaba siempre dormida y ahora no hay manera. Siempre se coge un berrinche antes de dormirse en la silla. Lo único que le calma un rato son los tarados que cantan en peto (léase cantajuegos), sobre todo si son los pollitos o la taza en bucle unas treinta veces. Así luego me levanto yo tarareando soy una taza, una tetera... y no sé por qué...

En fin, que cada día está más guapa. Tiene unos ojazos enormes y lo mira siempre todo con mucha curiosidad. Le está saliendo bastante pelo en la cabeza, por las zonas que antes sólo tenía pelusilla, y lo tiene bastante más claro que cuando nació. Sigue siendo bastante tranquila y mientras tenga a su madre cerca y esté en brazos de su padre o míos, ni se la oye. Yo la llevo conmigo a todas partes, en estos seis meses aún no nos hemos separado más que lo que tardo en ducharme o alguna siesta que me echo mientras ella se queda con papá. Creo que es lo que ahora necesita (o necesitamos las dos). Ya vendrá la "conciliación familiar" dentro de un par de meses a golpearnos con la dura realidad. Pero hasta entonces, nos seguiremos disfrutando.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Megamilf y de otros superhéroes.

Antes de empezar esta entrada, dos aclaraciones: a) cuando uno está falto de sueño, las funciones cognitivas no están al cien por cien, y puede que el filtro falle y se digan algunas tonterías, y b) desde hace un año o poco más, mi maridito ha ido dejando las magic y ha vuelto a querer jugar al rol. Y quiere que yo juegue con él. Y yo, que soy bastante pasivo-agresiva, ejerzo mi resistencia pasiva ante su insistencia. Y en eso estamos.

Pues resulta que el sábado estamos dando un paseo, a ver si la niña se duerme un rato, y me dice Dani, "¿Quieres ser una superheroína? ¿Con superpoderes?" Yo, que ya sé de qué va el tema, le miro con cara de circunstancias (porque igual me podía haber dicho una elfa, una contrabandista espacial, un pistolero o una padawan jedi). "Podrías ser superbuenorra... O supermamá... Vestida con una licra ajustada..." (Aquí empezó una parrafada de barbaridades* que incluían no sé qué de un rayo de plasma y unos pechotes. Eso sí, siempre consigue subirme la moral) Y le contesto, "sí, supermilf**... No, espera... Megamilf." "Y tendrías superpoderes de madre. Hacer croquetas..." "Y encontrar cualquier cosa... ¡Hasta calcetines desparejados!" "Y podría dormir a cualquier bebé... ¡O a cualquier persona!" "Y tu lema sería ¿a que voy y lo encuentro?"

En fin, que el cansancio es mu malo para las conversaciones filosóficas.

Y ayer vimos, por fin, Los Vengadores 2. A Dani le gustó. A mí me gustaron Thor y Ironman, como siempre. Y se me hizo eterna. Que son dos horas y veinte de película. Y la vimos con cinco o seis interrupciones de la peque. Así que creo que no fue la mejor película para volver a intentar ver algo de cine en casa.

Y qué suerte tiene la Pataki, qué bien se lo ha montado la jodía :P

*Pobrecito, estamos pasando una época un poco árida. Tenemos una bebé de cinco meses y tal...
**MILF es una cosa muy bonita que me dice mi marido, a la cual he ganado el derecho desde que soy madre. No está mal... Por lo menos mi marido me sigue viendo frungible XD

sábado, 26 de septiembre de 2015

Y sigo (más o menos) igual.

Hace ya un tiempo, bastantes años de hecho, puse por aquí mi yo simpsoniano y mi yo southparkiano. Un tiempo después puse mi yo pocoyizado. Pues hoy traigo mi yo peanutizado, de Peanuts, o de Snoopy y Carlitos, para que nos entendamos...


Pues sí, sigo rubia, con flequillo y vaqueros, poco cambio con los años. Últimamente un poco más de ojeras y arrugas, del cansancio, pero el estilo es similar.

Bueno, el que quiera moñear un rato y verse cómo queda, aquí.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Saben aquél que diu...

...que una noche, de repente, de la forma más inesperada, tu hija duerme ocho horas seguidas. Muy inesperadamente, porque te costó dormirla un montón y al final cayó a las diez y media. Y tú te acuestas a las once y pico, como todos los días. Y a las cuatro y media te despiertas, miras el reloj, y piensas qué raro que no se haya despertado todavía, a ver si aguanta media horita más... Y te vuelves a despertar a las seis y media, miras el reloj y no te lo crees. Miras que la niña sigue en su cuna, y como no ha cambiado de postura, la tocas a ver si respira y está bien. Tu marido te pregunta que qué pasa, que si no se ha despertado aún y os miráis en la cama con una mezcla de felicidad y estupor. Y ya la niña se despierta y dice que tetita, que lleva muchas horas sin comer. Bueno, o es lo que se interpreta de sus quejas.

Y ese día mola, te las prometes felices, imaginando un mundo en el que vuelves a dormir del tirón toda la noche, con una bebé que es una bendita a tu lado en su cuna, durmiendo como un tronquete. Pero la noche siguiente (y todas las subsiguientes) la realidad te abofetea en la cara y te espeta pringá, que te lo has creído. Y sigues durmiendo a ratos, con despertares cada cinco, cuatro, tres o dos horas. Unas noches dos veces y otras cinco o seis (esas noches que se pierde la cuenta). Unas noches se despierta, come y sigue durmiendo, y otras se desvela a las cuatro durante un par de horas...

Y caes en la cuenta de que sigues siendo la madre de una bebé de cinco meses, y que lo normal es eso, que se despierte, unas noches más y otras menos. Y que lo de dormir toda la noche no va con la mayoría de los bebés lactantes. Aunque algún día llegará.

Y será tan bonito cuando llegue...

martes, 22 de septiembre de 2015

Y se acabó el verano.

Mañana por la mañana empieza el otoño y siento una mezcla de nostalgia y vértigo.

Este verano ha sido agotador, por el calor y por la falta de sueño de tener una bebé tan pequeña. Este verano no he ido a la playa (fui en primavera unos días), y he ido dos ratos a la piscina, literalmente. Este verano sí que hemos terraceado mucho, casi todos los días, después del preceptivo paseo por el parque. Este verano no me he tomado ni un tinto de verano, sí que he tomado un par de copas de albariño, pero la cerveza sin y el agua sucia (o cocacola light sin cafeína) han sido mis bebidas. Este verano no hemos ido de viaje fuera de España, pero los días en Coruña y el finde en la casa rural estuvieron muy bien. Este verano he disfrutado a tope de mi chiquinina, aunque algunos ratos han sido desesperantes, pero creo que ha sido cuando he empezado a disfrutar realmente de la maternidad. Este verano siempre lo recordaré con mucho cariño. Este verano se me ha hecho muy corto y cada vez veo más cerca el momento de reincorporarme al trabajo y me da una pereza que me muero.

A ver si el otoño lo disfruto tanto o más que el verano, pero que no se me pase tan rápido, porfa, que noto cómo se me escapan los días a puñados.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Nuevas cosas bonitas de bodas.

Aunque estoy a tope con las entradas sobre maternidad, me sigue gustando mirar cosas de bodas, vestidos bonitos y flores preciosas. Aquí van unas cuantas que me han gustado últimamente:

Vestidos de novia para 2016.

Jesús Peiró

Jesús Peiró

Cymbeline

Cymbeline

Cymbeline

Cymbeline

Inmaculada García

Inmaculada García

Inmaculada García

Inmaculada García

Inmaculada García

Isabel Zapardiez

Jesús Peiró

Jesús Peiró

Pronovias

Pronovias

Pronovias
Novias reales:






Flores y decoración:










Fotos: Style me pretty, BCN bridal week, Jesús Peiró.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

¡Felicidades!

Hoy es el cumple de Dani, treinta y cuatro palos que le caen (como me cayeron a mí en julio), pero él mejora con los años como el buen vino.

¡Felicidades, mi amor! Espero que cumplas muchos más y que lo sigamos celebrando juntos durante mucho tiempo.

Pide un deseo y sopla la espada láser :P



viernes, 4 de septiembre de 2015

Como la vida misma (con un bebé de cinco meses).

En un foro de maternidad encontré unas tiras cómicas de una mamá y artista que dibuja sobre la maternidad y la lactancia. Dos en especial me han encantado. Se llama Heather Cushman Dowdee.


Me gusta porque me veo reflejada en ellas.

Feliz viernes y buen finde :)