lunes, 16 de mayo de 2016

El plan padre (o del destete nocturno).

Con esto de la maternidad en la era de las nuevas tecnologías, una tiene a su disposición toda la información del mundo. Y gracias a poder leer las experiencias de otras mamás en sus blogs, me enteré de la existencia del plan padre (o método padre). Este método consiste en que, en bebés que se despiertan muchas veces durante la noche y toman teta en cada despertar, empiece a atender los despertares el padre, sin dejar llorar al bebé, para que no relacione despertar con teta. Más o menos así lo entendí yo. Lógicamente es algo que no funciona en todos los bebés, si un bebé necesita comer cada poco tiempo porque aún es pequeño, pues no va a funcionar.

Y os pongo en situación. Me incorporé a trabajo cuando la peque tenía 11 meses. Fueron once meses que no dormí más de tres horas seguidas casi ninguna noche. Hubo temporadas mejores de dos o tres despertares, y épocas peores, de despertar cada hora. Pero lo llevaba bien porque no tenía que madrugar, nos levantábamos a las nueve o las diez, me podía echar alguna siesta cuando se la echaba la peque, y mi única ocupación era cuidar de la niña. Cuando me incorporé empezó una época horrorosa. La niña dormía muy mal, con muchos despertares, y además tenía que estar pegada a mí, si la ponía en la cuna se despertaba a los diez minutos. Yo creo que era por todos los cambios que estábamos viviendo: separación, empezar la guarde, empezar a caminar, viruses de la guarde... Y yo tenía que levantarme antes de las siete sí o sí y currar todos los días, y mi trabajo no es precisamente relajado. Así que iba zombi todo el día. Pero zombi de verdad. De hacer cosas en piloto automático sin pensar. Esperé un mes y medio a ver si la cosa mejoraba con la adaptación de la niña, pero no. Así que le propuse a Dani probar unos días el plan padre. Él, como buen maridito sexy y amantísimo padre, aceptó a regañadientes, y un sábado (por si no dormíamos ninguno de los tres) empezamos con el plan.

Ha pasado ya un mes y os cuento la evolución. Lo que hemos hecho es que Dani ha estado durmiendo en mi lado de la cama, que es donde está la cuna de colecho. Las primeras noches, cuando la niña se despertaba, Dani la intentaba calmar, le ofrecía agua o se acurrucaba con ella. Creo que sólo hubo una noche que la niña no se calmaba y le di el pecho. También ha habido otras noches que se despertaba y le costaba volver a dormir, pero como no lloraba, yo no intervenía. El resto de noches ha ido disminuyendo el número de despertares y las últimas dos semanas ya casi no se despierta y duerme casi todas las noches del tirón. La verdad es que no pensaba que fuera a funcionar tan bien. Eso sí, que ella duerma del tirón no quiere decir que nosotros no nos despertemos. La jodía se mueve y le da patadas a su padre, y muchas veces se queja en sueños y yo me despierto al mínimo ruido que hace (es lo que tiene el gen de madre).

Por otro lado, el plan padre ha sido un destete nocturno, que también se trataba de eso. Las primeras noches lo pasé regular porque pasar de darle cada hora a no darle en diez horas, pues me levantaba con los pechos a reventar. Poco a poco se me ha ido regulando la producción y la verdad es que ya casi nunca noto los pechos llenos, aunque pasen muchas horas. Creo que ya podría irme a trabajar sin darle antes, pero como sólo le doy tres o cuatro veces al día, me da cosa quitarle otra toma más.

Y algunas conclusiones que he sacado en estas semanas.

Da la impresión que, cuando dormía a mi lado, en cualquier mínimo despertar la peque me olía y reclamaba la teta para volver a dormir. Intentar dormirla de otra manera sólo servía para que llorase más y a mí me frustraba muchísimo. Estando su padre al lado no me huele y en los despertares le vale con saber que le tiene cerca y sigue durmiendo.

El plan padre no es para que por las noches se fastidie el susodicho, en lugar de la madre, por mucho que mi marido se empeñe en chincharme con esto. A la vista está que el número de despertares se ha reducido muchísimo y dormimos mucho mejor. Aunque él duerma un poco peor XD

Nunca pensé que iba a ser yo la que destetase a la peque, y al principio me sentí un poco mal por ello. Pero la lactancia es cosa de dos, y tal y como lo hemos hecho creo que ha sido respetuoso con la niña. Y para mí ha sido un alivio, ahora cuando le doy el pecho lo hago con gusto, y tengo energía para estar con ella por las tardes y no estoy de tan mal humor.

No sé si el cambio es definitivo, y todavía no me he atrevido a volver a mi lado de la cama, pero es cierto que en este tiempo le ha salido un diente (camino de dos) a la peque y el sueño no ha empeorado. Sí que hay momentos que echo de menos dormir con mi chiquinina acurrucada a mi lado, pero luego me acuerdo de mis ojeras y el agotamiento de hace un mes y pico y se me pasa :P

lunes, 9 de mayo de 2016

De puente en París.

Ains. Voy a alegrarme un poco el lunes con cosas bonitas. El puente de Mayo pude cumplir uno de mis deseos viajeros y me llevé a mi maridito y a la chiquinina a conocer París. Yo ya había estado con mis padres y mi hermano, pero hace ya casi veinte años (moderofgod...), así que me apetecía volver y enseñárselo a Dani.

Salimos el sábado por la mañana, porque el vuelo del viernes llegaba muy tarde a París y el desplazamiento desde el aeropuerto se nos complicaba con un bebé. Nos fuimos en coche hasta el aeropuerto, y después de dejar el coche en el parking de larga estancia, cogimos el bus gratuito al aeropuerto. Últimamente cuando nos vamos un fin de semana fuera en avión, lo hacemos siempre así, porque es más rápido y casi igual de barato que ir en transporte público, y mucho más barato que un taxi. Los dos días y medio nos costó 25€, y el metro son 6€ cada uno por trayecto.

Al llegar al aeropuerto fuimos a pasar el control directamente porque ya teníamos las tarjetas de embarque en el móvil. En el control de seguridad sacamos todos los potitos y la papilla que llevábamos para la peque y sin problema. También pasamos la sillita de paseo por el control y la pudimos dejar en la puerta del avión. Mis padres nos regalaron para el cumple de la niña una sillita muy ligera y la verdad es que nos ha venido muy bien para el viaje. Ahora que la peque pesa ya sus kilos y no anda aún, todo el puente en la mochila y andando para mi espalda hubiera sido una paliza. Como la otra vez que hemos volado con la niña, embarcamos los primeros, con otras dos familias que también llevaban bebés. Durante el vuelo la chiquinina tomó teta durante el despegue y se quedó frita hasta que faltaban diez minutos para aterrizar, así que el vuelo muy tranquilo. Dani también se echó la siesta, y yo leí un rato. Las familias con los tres bebés íbamos en filas seguidas, y eran los tres de la misma edad más o menos, y los tres tomando teta. Pero la chiquinina la más buena de los tres :P

Al llegar a Charles De Gaulle, fuimos a buscar la sillita porque nos la dejaban en la cinta de equipaje, en lugar de en la puerta del avión. Nos fuimos a coger el RER, que es como el cercanías de París. Compramos el billete en las máquinas que hay antes de pasar a los andenes, y fueron 10€ por billete, que sirve para tren y metro. En general está bien señalizado y no tuvimos mucho problema para orientarnos. Cogimos la línea B hasta Chatelet - Les Halles y luego la A hasta Gare de Lyon, que estaba a cinco minutos andando del hotel. En la estación compramos unos bocadillos para comer en el hotel porque ya eran casi las dos, y para dar de comer a Sofía tranquilamente.

El hotel era el Ibis Gare de Lyon - Ledru Rollin. Un tres estrellas que tiene muy buena ubicación y bastante barato para estar en el centro de París. El barrio no es una maravilla, pero está a doscientos metros de la plaza de la Bastilla y se llega dando un paseo a Le Marais. Nos costó como ochenta euros la noche. El hotel es moderno y la habitación es grande y limpia, aunque un poco básica de equipamiento, pero con todo lo necesario. Lo único que nos faltó fue un microondas (ya sé que no es habitual en los hoteles, pero muy necesario cuando viajas con un bebé) para las comidas y cenas de la peque, aunque nos apañamos calentando los potitos al baño maría en el lavabo con el agua caliente XD

Después de comer fuimos a coger el metro en Bastille para ir a Trocadero. Desde allí nos deleitamos con una de las mejores vistas de la torre Eiffel. Justo cuando salíamos del metro empezó a llover y estuvo lloviendo a ratos toda la tarde. La chiquinina se quedó dormida mientras dábamos una vuelta por los alrededores (y debajo) de la torre. Después nos acercamos al Arco del Triunfo, compramos un yogur para dárselo de merienda a la peque sentados en los Campos Elíseos. Paseamos otro poco y entramos en un sitio pequeño y muy coqueto (muy típico francés) donde tomamos Dani una cerveza y yo un blanco que estaba muy rico, muy parecido a un rueda. Después de tomar algo, nos dimos otro paseo y cenamos en una creperie cerca del Arco del Triunfo, que no nos gustó mucho. Cogimos el metro de vuelta al hotel y a dormir. Para entonces ya éramos muy conscientes de que París es muy poco family friendly, el metro es un horror para ir con sillita de bebé, y los bares y restaurantes tampoco están pensados para ir con bebé ni para meter un carrito. Pero bueno, hay que adaptarse a lo que hay.

La torre Eiffel desde Trocadero

Desde el Sena

Cartel de entrada al metro

Otra de la torre desde el Sena

El Arco del Triunfo

Los Campos Elíseos.

El domingo amanecimos a las diez con un día soleado y muy buena temperatura. No teníamos desayuno en el hotel, así que nos duchamos, le dimos el desayuno a Sofía y salimos a buscar un sitio donde comprar algo para desayunar. Nos costó un poco, al ser domingo y día del trabajo, pero lo conseguimos. Fuimos paseando por la plaza de la Bastilla, la plaza de los Vosgos, luego nos acercamos hacia el Sena y vimos las dos islas con sus puentes, Notre Dame... A la una más o menos, la peque se quedó dormida y aprovechamos para tomar algo en un sitio al lado del Louvre. Fue un poco clavada, pero lo esperable. A la peque le habíamos comprado una baguete y llevaba media mañana comiendo pan. Seguimos paseando por el Louvre, fuimos al Palais Royal y estuvimos descansando un rato en los jardines mientras la peque comía un poco. Después del descanso nos acercamos a ver la Ópera, la Place Vendome y fuimos hasta los jardines de las Tullerías para coger el metro. Estábamos un poco cansados después de varias horas andando, así que la idea era ir al Centro Pompidou y tomar algo en la última planta desde donde hay buenas vistas. Pero cuando llegamos estaba cerrado a cal y canto, supongo que porque era el día del trabajo. Buscamos un sitio por allí para tomar algo, aunque fuera sin vistas, y nos sentamos en una terraza. Una vez que cargamos las pilas, volvimos dando un paseo hacia el hotel, viendo el ayuntamiento y bordeando el Sena, que estaba lleno de gente tomando el sol del atardecer en su orilla. En el hotel le dimos a Sofía la cena y después bajamos a cenar algo enfrente de la Gare de Lyon, en un restaurante alsaciano.

La plaza de la Bastilla. 

La plaza de los Vosgos. 

Notre Dame. 

Notre Dame. 

La Sainte Chapelle. 

La Conciergerie. 

El Pont Neuf. 

Almuerzo rico. 

El Louvre. 

Los jardines del Palais Royal. 

La Ópera. 

La plaza Vendome. 

El centro Pompidou. 

El ayuntamiento. 

Y el lunes amanecimos también a media mañana. El vuelo salía a las tres, así que sólo nos dio tiempo a hacer la maleta, tomamos un latte con un croissant en un Starbucks de la estación, y cogimos el RER hacia el aeropuerto. En Charles De Gaulle no nos dejaron pasar el control de seguridad con la sillita, así que la facturamos y pusimos a la peque en la mochila. Pasamos el control y compramos unos bocadillos y unas bebidas para comer antes de embarcar. Embarcamos también de los primeros y Sofía se quedó dormida antes de despegar. Se despertó un rato antes de aterrizar pero estuvo muy tranquila todo el tiempo. Cuando aterrizamos, fuimos a recoger la silla y directos al bus para ir al parking a recoger nuestro coche.

De París me ha llamado la atención que es una ciudad muy musical, con mucha gente y de muchos lugares diferentes, muy poco pensada para los niños, aunque es muy paseable en general, no es muy accesible. En resumen, el viaje ha sido un poco paliza, y Dani se puso malo según llegamos a casa con un virus que se trajo de souvenir, pero me ha encantado volver a París, poder pasear por la ciudad con mi marido y mi niña, y seguir haciendo una de las cosas que más me gustan en la vida, que es coger una maleta y salir a ver el mundo.

El siguiente, para este verano.

viernes, 6 de mayo de 2016

Habemus primer diente.

Yo ya me planteaba llegar a la revisión de los quince meses sin que hubiera asomado ningún dientecillo, pero ahí está, con trece meses recién cumplidos, le acaba de romper el primer diente. Sólo tiene un piquín que le asoma la encía, pero oye, después de trece meses esperándolo, es una emoción XD

Tengo que decir que durante estos trece largos (para esto) meses, hemos oído y pensado de todo, y casi todo el mundo atribuye todo a la salida de los dientes. De los tres a los seis meses, aprox, estuvo babeando muchísimo, y no era porque todavía no controlaba la deglución y aumenta la producción de saliva, no, eran los dientes. No ha dormido una noche entera hasta hace dos días (literalmente, pero ya hablaré de esto), pero cada vez que pasaba una noche mala, los dientes. Cuando ha tenido décimas y no tenía otro síntoma claro, los dientes. Cuando estaba tontorrona o con más mamitis de lo habitual, los dientes. Cuando se le escocía el culete, los dientes. Y así ad infinitum. Si le hubieran salido todos los dientes que nos han predicho, tendríamos un cocodrilo en lugar de una chiquinina.

El que haya sido tan tarde ha tenido un beneficio para mí muy claro, todos los mordiscos en la teta que me he ahorrado. Para ella tampoco ha sido mucho inconveniente, porque ha comido sólidos y trozos desde que introdujimos la alimentación complementaria y se apaña fenomenal. El único inconveniente que le veo, por experiencia ajena de mi sobri que también fue de dientes tardíos, es que le pueden salir todos juntos, con menos tiempo entre pieza y pieza, y puede pasarlo peor por eso. Pero vamos, que con el primero no ha tenido ninguna molestia, está durmiendo fenomenal, come como una lima, está contenta. Lo único que ha estado babeando unos días un poco más, tenía la encía un poco inflamada y hoy el culete un poco rojo, pero no parece que le haya molestado mucho.

Y bueno, hasta que no le salgan todos, ya estamos resignados a que cualquier cosa que le pase sea por culpa de los dientes. Pero ahora por lo menos habrá una coincidencia temporal, aunque siga sin haber mucha causalidad :P

Dientes, dientes...

miércoles, 4 de mayo de 2016

Otro meme.

Hace mucho que no hago un ejercicio de egolatría, así que aquí va un meme de preguntas personales.

1. Nombre: Ana
2. ¿Por qué te lo pusieron? Porque mi padre quiso llamarme así. Mi madre quería Alejandra o Andrea.
3. ¿Le pides deseos a las estrellas? Sólo a las fugaces, aunque no sean estrellas.
4. Última vez que lloraste: el primer día de guardería de Sofía.
5. ¿Pan con qué? Con chocolate, con Nutella o bocadillo de jamón ibérico.
6. ¿Te gustan los animales? Sí, sobre todo Paul y Damara, mis conejines.
7. ¿Cuántos hijos tienes? De momento sólo a mi chiquinina.
8. ¿Si fueras otra persona serías tu amigo? Yo creo que sí, me caería bien :P
9. ¿Tienes un diario de tu vida? Sí, este blog.
10. ¿Eres sarcástico? Normalmente no.
11. ¿Saltarías de un puente? Haciendo puenting, no creo. Haciendo rápel, ya lo hice una vez.
12. ¿Cual es tu cereal preferido? No suelo comer cereales de desayuno, pero de pequeña me gustaban los chococrispis.
13. ¿Te desabrochas los zapatos antes de sacarlos? Nop. Life's too short XD
14. ¿Crees que eres fuerte? Físicamente, no. Psicológicamente, bastante.
15. Helado preferido: el de avellana y el de cheesecake del DIA%
16. ¿Qué pie calzas? UN 37 o 38, depende del zapato.
17. ¿Tinto o rosado? Tinto, y que sea bueno. Si puede ser un crianza, mejor.
18. ¿Qué es lo que menos te gusta de ti? A veces soy demasiado intransigente,con los demás y conmigo misma.
19. ¿A quién extrañas mucho? A Fer, que la tengo un poco lejos. Y a algunos amigos que últimamente no veo con la frecuencia que me gustaría.
20. ¿Te gustaría que tus amigos respondieran a este meme? No creo que lo hagan, pero aquí está a disposición de quien guste.
21. ¿Qué color de pantalones y zapatos tienes puesto? Un pantalón de chándal gris y las zapatillas de estar por casa, blancas con conejitos :)
22. ¿Qué es lo último que has comido? Un filete de pollo, un tomate en ensalada y un kinder bueno de postre. Regado con un vinico rico.
23. ¿Qué estás escuchando en este momento? Tiempo de juego, porque Dani está escuchando el Madrid mientras cenamos, en el sofá a mi lado.
24. ¿La última persona con la que hablaste por teléfono? Con mi madre, ayer.
25. Tu trago favorito: antes, el vino o el vermú. Últimamente la Coca cola light sin cafeína, o agua sucia mejor dicho :P
26. Deporte favorito para ver en TV: el motociclismo, siempre que no lo comenten Nico Abad y Mela Chercoles.
27. Comida favorita: la italiana o la japonesa. Si tiene que ser más concreto, la pasta.
28. ¿Final triste o final feliz? Feliz. Si es triste es que todavía no es el final.
29. ¿Tienes mascotas? Sí, a Paul y Damara, véase respuesta 6.
30. Día favorito del año: Mmmm... No sé. Estoy entre el día que empieza el verano o San Fermín :P
31. ¿Besos o abrazos? De los dos. Muchos.
32. ¿Eres una persona alegre? Bastante.
33. ¿Quién crees que responderá? Esto es un ejercicio de egolatría, los demás me dan igual XD
34. ¿Y quién no lo hará? Pues casi nadie porque es una chorrada. Y muy largo.
35. ¿Qué libro estás leyendo? Tengo varios a medias, porque ahora no tengo mucho tiempo para leer. Estoy con "Su hijo, una persona competente" de Jesper Juul, "Danza de Dragones" de George R. Martin y el temario de la oposición (que hace semanas que no abro).
36. ¿Última película que viste en el cine y con quién? El Episodio VII, con Dani y Andrea. Sí, fue en diciembre, soy madre.
37.Color favorito: el amarillo.
38. ¿Qué viste anoche en la tele? El Intermedio.
39. ¿Beatles o Rolling Stones? Antes era más de los Beatles, ahora de Queen y Led Zeppelin ;)
40. ¿Donde es lo más lejos que has estado de tu casa? En Japón. Dos veces (siempre hay que aprovechar para presumir de esto).

Y ya.

domingo, 1 de mayo de 2016

Ser mamá.

Aunque es el segundo día de la madre que paso como tal, el primero no me sentía muy mamá. De hecho estaba en pleno posparto y no tengo muchos recuerdos de aquel día. Este primer año de maternidad he aprendido muchas cosas, algunas las quiero compartir aquí. Tenía una idea de lo que era ser mamá antes de tener a la chiquinina, pero la realidad siempre supera las expectativas.

Ser mamá es lo mejor que me ha pasado. Pero también lo más agotador y cansado.

Ser mamá es querer como nunca antes había querido. Pero también querer a veces desaparecer o que desaparezca.

Ser mamá es descubrir cualidades que no sabía que tenía. Y también defectos y debilidades que cuesta reconocer.

Ser mamá ha cambiado radicalmente mis prioridades vitales, tanto que a veces me cuesta reconocerme.

Ser mamá me permite decir cosas que cuando no era madre odiaba que me dijeran.

Ser mamá es un privilegio enorme. Y una responsabilidad aún mayor.

Ser mamá me convierte en una superheroína. Pero sólo hasta que mi hija alcance la adolescencia.

Ser mamá me ha vuelto más resolutiva y valiente de lo que nunca he sido. Pero también me hace sentir miedo como nunca lo he sentido.

Ser mamá me permite ir con lamparones en la ropa y que en el trabajo no me miren mal. Pero también hace que eche de menos mimarme un poco mas (y hacerme la manicura).

Ser mamá ha hecho que vaya por la vida en modo oso panda, y eso que yo ya era de ojeras antes. Pero también ha hecho desaparecer algunos kilos que había cogido en los últimos años.

Ser mamá se ha convertido en lo más importante de mi vida. Durante unos meses ha sido lo único. Aunque ahora estoy aprendiendo a compaginarlo con otras facetas importantes de mi vida.

Ser mamá me ha hecho apreciar mejor a mi madre, todo lo que me quiere y lo que hace (y ha hecho) por mí. También me hace admirar y apreciar más a mis amigas que ya son mamás. Pero también me ha separado un poco de otras personas importantes, como algunos de mis mejores amigos.

Ser mamá en el siglo XXI es estar sobreinformada de cualquier tema relacionado con la maternidad. Pero sigues teniendo las mismas dudas que generaciones anteriores.

Ser mamá es Ser. No lo puedes pensar mucho porque es instintivo e irracional. Cuanto más vives aquí y ahora, mejor es la experiencia de ser mamá. Pero cuanto más lo piensas, más miedo y dudas te genera.

Ya lo había dicho alguna vez, pero ser la mamá de mi chiquinina mola un montón.