viernes, 31 de octubre de 2014

Cosas raras que te pasan cuando estás embarazada.

Hay veces que me pasan unas cosas que Dani me mira como si me las estuviera inventando. En serio. Me cuesta creerlas hasta a mi. Y eso que las sufro en mis carnes.

Lo de los olores es terrible. Desde que empecé con las náuseas, allá por Agosto, no puedo limpiar la jaula de los conejines. Y eso que no huele muy mal, pero es superior a mi. Le he cogido manía al jabón de manos que usamos normalmente porque el olor me da náuseas. No puedo soportar el olor de algunas colonias. Me he comprado una crema antiestrías y a los pocos días de estar usándola el olor me empezó a revolver un poco (pero con esto me aguanto, que son muy caras).

El Caribán (un medicamento para las náuseas y los vómitos) es mi nuevo mejor amigo.

De repente me parece que vuelvo a tener siete años y cada vez que monto en el coche (sobre todo por la tarde-noche) lo paso fatal porque me mareo un montón.

Un día, sin verlo ni olerlo ni nada, se me ocurrió que me apetecía un sandwich de fuagrás, de los de tapa negra de toda la vida... Y no lo comía desde hace veinte años por lo menos. Cada vez que he comido fruta he vomitado, así que me he perdido medio verano de melocotones y sandía, que es mi fruta favorita. Ha habido semanas que sólo podía alimentarme de pasta, arroz y sándwiches, porque era lo único que me pedía el cuerpo (por suerte ya voy comiendo de todo otra vez).

Al principio estaba tan cansada que no me lo creía ni yo. Nunca me he sentido tan agotada como al volver de currar. Entre el cansancio y el malestar por las náuseas muchos días sólo podía tirarme un rato en el sofá y de ahí a la cama. Por suerte desde hace un par de semanas o tres la cosa ha mejorado mucho.

El increíble caso de la barriga creciente... y menguante. Bueno, no es tan increíble porque todas las que ya han sido mamás me confirman que a ellas también les ocurría. Me ha pasado desde que empiezo a tener un poco de barriguita. Por las mañanas me levanto como si no estuviera embarazada (con esto hemos tenido un poco de cachondeo), y por la tarde-noche me sale un barrigón  que no veas. Tiene que ver con la retención de líquidos, que se acumula a lo largo del día. Así he estado el último mes, ahora que estoy de casi cuatro meses ya me noto algo de tripa hasta por las mañanas acostada en la cama.

Ni burbujitas, ni aleteos, ni pataditas... He empezado a notar a mi futur@ chiquinin@ por todo lo alto y sin lugar a dudas. Me pasó un día, recostada en el sofá, noté como una presión en la parte baja del abdomen y al tocarme tenía un bulto duro que a los pocos segundos se quitó. Esa vez dudé si había sido un gas o algo así, pero lo sigo notando todos los días, como una presión desde dentro, a veces con un bulto que sobresale si estoy tumbada boca arriba, en diferentes sitios donde está ahora mi útero, y un par de veces hasta Dani lo ha podido tocar :)

viernes, 24 de octubre de 2014

Munich y Baviera en coche. Munich (II).

El sábado nos levantamos un poco más tarde y al final salimos del hotel a las diez y media. Como está lloviendo bastante, decidimos ir al Deutsches Museum. Tomamos un café en un bar de Rossenheimer Strasse y nos clavan 7€ por los dos cafés. ¡Auch! Vamos al museo y no hay mucha gente en la taquilla. Las dos entradas de adulto nos cuestan 17€. El museo es de ciencia y tecnología y es enorme, por lo que tenemos que seleccionar qué exposiciones nos interesan más. Vemos la zona de navegación, la de aeronáutica, la de informática, un poco de la de astronomía, la reproducción de la cueva de Altamira y el péndulo de Foucault (aunque el péndulo nos gustó más el de Valencia). La zona de matemáticas también es muy chula, con muchos rompecabezas, pero no nos entretenemos mucho en ella.







Salimos a las dos del museo con muchísima hambre y comemos en un KFC por no perder mucho tiempo buscando algún sitio. Después de comer, como ya no llueve, damos una vuelta por la Residenz aunque no entramos a verlo. Paseamos por Englister Garten donde hay mucha gente jugando a la petanca, y volvemos hacia el hotel paseando por la orilla del Isar.



Descansamos un rato en el hotel y antes de cenar decidimos ir a ver Sendlinger Tor, que es la otra puerta de la ciudad que nos falta por ver. Nos perdemos y damos un poco de vuelta, pero al final la encontramos y hacemos unas fotos. Pasamos también por la zona gay, que están de fiesta. Vemos la iglesia rococó de Asamkirche, desde fuera porque ya está cerrada, y volvemos hacia el centro para cenar en Haxnbauer, menú completo: codillo, salchichas, cuatro cervezas de medio y un apfelstrudel por 44€. De camino de vuelta al hotel paramos en un biergarten, pero no tiene mucha animación (estamos solitos), así que la última la tomamos en el lobby del hotel, viendo el partido de Brasil-Holanda.

Sendlinger Tor

De vuelta al centro

Asamkirche

El domingo es la gran final del mundial, y se nota en el ambiente desde por la mañana, los alemanes van todos con su camiseta de la selección. Como vamos a movernos bastante por la ciudad, ese día cogemos un billete para un día, compartido, el partner day ticket, que cuesta 11,20€ y podemos hacer los dos (y hasta 5 adultos) todos los viajes que queramos hasta las 6 horas del día siguiente. Vamos en S-Bahn hasta Marienplatz y cambiamos al U-Bahn para ir hasta Olympiapark.

Olympiapark es donde se encuentra en estadio olímpico y otras instalaciones de los Juegos del 72. Al llegar, compramos un par de bocadillos (semmel) y una cocacola en un puesto callejero (Imbiss). Damos un buen paseo por todo el parque viendo, las instalaciones y el estadio olímpico. Hay un lago con una especie de paseo de la fama, en el que hay huellas de artistas famosos. Nos gustan las de Kiss. Acabamos saliendo por la zona sur del parque y cogemos el tranvía número 12 para ir a Nymphenburg Schloss.






Nymphenburg Schloss dicen que es el Versalles de Múnich. Era la residencia de verano de los gobernantes de Baviera. El palacio y los jardines son muy bonitos y nos damos una vuelta para verlos, pero no entramos dentro del palacio porque estamos algo cansados después de tanto paseo.




Para volver al centro cogemos el tranvía 16 hasta Reichenbach Platz y vamos al biergarten de Viktualien Markt a tomar un par de cervezas y un pretzel para retomar fuerzas. Hay un ambiente muy chulo, con un montón de gente bebiendo sus cervezas y esperando a ver la gran final de fútbol. Al final, después de descansar un rato, acabo convenciendo a Dani para subir a la torre de la iglesia de San Pedro. La subida es agotadora, pero las vistas de todo el centro desde arriba merecen la pena. Al bajar, volvemos al biergarten a reponernos con otra cerveza. El funcionamiento del chiringuito es curioso, porque hay un camarero que va sirviendo las cervezas de medio y un litro y las tiene en la barra, tú coges las que quieres y vas a la caja a pagarlas. Eficiencia alemana :P

Marienplatz

Vista desde la torre.

Viktualienmarkt

Ambientazo de final en el biergarten
Sobre las siete vamos a hacer merienda-cena a HB. No hay sitio en el biergarten porque tienen una pantalla gigante donde van a dar la final, así que nos sentamos dentro y compartimos mesa con un grupito de japonesas que tienen cara de estar en otro planeta (supongo que la misma que ponemos los europeos cuando vamos a Japón). Cenamos unas salchichas vienesas y un apfelstrudel, junto con las consabidas Hofbrau, aunque yo tomo una radler (cerveza con zumo de limón), porque ya llevamos unas cuantas. De camino al hotel compramos unos cafés de esos preparadados para desayunar al día siguiente, y agua y unas guarradas para prepararnos porque empieza nuestro road trip por Baviera. Vemos la final en el hotel, aunque ya se sabe que el fútbol son once contra once y la final la gana Alemania...

Al día siguiente nos esperaba una grata sorpresa :)

Las entradas sobre el viaje a Munich y Baviera en coche:
Preparativos y presupuesto.
Múnich (I).
Múnich (II).
Castillo de Neuschwanstein.
Ratisbona.
Núremberg.
Salzburgo.
Cerezas, comidas, cochazos y resumen.

martes, 21 de octubre de 2014

Más cosas bonitas de bodas.

Antes de ponerme a tope con cosas de embarazo y bebés, sigo con cosas de bodas que me gustan, que no sé si dentro de unos meses voy a tener tiempo para embelesarme con vestidos delicados, flores preciosas y fotos emocionantes :P

De las últimas semanas me han gustado:

Detalles en vestidos que dan ganas de volver a casarse.

Usar el velo como mangas, me encanta.

Un vestido colorido.

Mangas y espalda preciosas.

Una espalda espectacular.

Encaje+recogido+flores :)
Flores y decoraciones.

Un ramo que me ha dejado sin palabras...

Flores y velas para decorar.

Centros de flores coloridas.
Muchas luces en el techo.

Me encantan las fotos de boda aquí-te-pillo-aquí-te-mato.




Y en Las Vegas no sólo se hacen bodas de Elvis y Marilyn...


Y ya.

lunes, 20 de octubre de 2014

Munich y Baviera en coche. Munich (I).

Bueno, empiezo a contar nuestro viaje a Baviera, lleno de cosas chulas y cervezas gigantes :)

El jueves 10 de Julio nos levantamos tranquilamente a las nueve, aunque yo llevaba desde las seis despierta, le había dado de comer a los conejines, me había leído todo el Feedly, había vuelto a mirar cómo se iba del aeropuerto de Múnich al hotel... Antes de las diez y media estamos en Barajas, porque mi padre nos hace el favor de llevarnos. Buscamos los mostradores de Lufthansa, facturamos la maleta y conseguimos las tarjetas de embarque. Tardan una barbaridad porque al parecer están cambiando el sistema informático. Pasamos el control de seguridad, buscamos la puerta de embarque y nos tomamos un café con un croisant, bastante malo y carísimo. Embarcamos al poco rato. En el avión nos dan de comer, lo que se agradece bastante porque llegamos a Múnich a las tres. Nos dan pollo con tomate y patatas fritas, que no está mal. Cuando llegamos la maleta sale enseguida y nos dirigimos al S-Bahn, que es como el cercanías en Alemania. De camino a la estación vemos unas máquinas para comprar los billetes del tren, antes de salir del aeropuerto, y los compramos allí mismo. Nos cuestan 10,40€ cada uno. En la estación el tren está en el andén, así que nos subimos y buscamos sitio. A los pocos minutos sale. Cogemos la línea S8 hasta Rosenheimer Platz, que es la estación más cercana al hotel. Tarda media hora en llegar, sin transbordos ni nada.

Al llegar a Rosenheimer Platz miramos el mapa de la estación para saber hacia donde salir. El hotel está a tres manzanas de la salida. Pasamos por un Holiday Inn, un Novotel y casi hemos pensado que nos hemos perdido, cuando llegamos por fin. El hotel es el Motel One Deutsches Museum. Es un hotel bastante básico, pero moderno, limpio y con buena ubicación. Al hacer check in nos dicen que tenemos que pagar la estancia porque no hacen check out, ya que no tienen servicios que puedan suponer más cargos (servicio de habitaciones, minibar o llamadas). Pagamos y preguntamos por el parking, porque el lunes cogeremos el coche. Nos dicen que son 12€ al día y que está abierto 24 horas. Nos parece un precio razonable. Subimos a dejar la maleta en la habitación y mandamos mensajes con la wifi.

Salimos del hotel a las cinco con la idea de dar una vuelta y cenar algo. Hace frío y mal tiempo, está chispeando, así que salimos con las cazadoras y el paraguas. De camino al centro me compro un trozo de pizza en un puesto, porque estoy canina desde la una que hemos comido en el avión. Vemos Isartor, el ayuntamiento viejo (Altes Rathaus) y Marienplatz. Cuando lo ve, Dani piensa que el ayuntamiento nuevo (Neues Rathaus) es una iglesia. Como estamos algo cansados y el tiempo no acompaña, decido llevarle a Hofbrauhaus para empezar por todo lo alto. Pero antes de ir hacia allí, compramos un mapa por 20 céntimos en la oficina de turismo del ayuntamiento.

Hofbrauhaus es la cervecería más famosa de Múnich y yo creo que la más grande (o eso parece, por lo menos). Aunque son las siete de la tarde, ya hay muchísima gente, pero conseguimos una mesa libre al fondo del todo. Pedimos dos Hofbrau Original de un litro (cerveza básica del sitio), unas salchichas wiener y unas bratwurst blancas. De postre pedimos un apfelstrudel que me sabe a gloria. Hay fotos que lo atestiguan, pero no las voy a subir aquí :P

Nuestras primeras Hofbrau.

Mmmm... Apfelstrudel... *babeo*


Después de la merienda-cena, nos damos otro paseíto por Marienplatz, y nos vamos al hotel a dormir, porque yo estoy bastante hecha polvo.

El viernes a las seis ya está amaneciendo, ya he dormido nueve horas, pero me doy la vuelta y sigo durmiendo otras tres horas. Nos levantamos tranquilamente, y nos vamos hacia el centro. De camino desayunamos en una cafetería dos capuchinos y dos croissants (para variar un poco, desayuno estándar de todos los viajes). Pasamos por Isartor y vamos hasta Viktualienmarkt, que es un mercado al aire libre. Paseamos por sus puestos y después pillamos el carrillón del ayuntamiento. Entramos en la iglesia de St. Peter pero están dando misa y no podemos hacer fotos, así que nos damos un paseo por Kaufinger y Neuhauser Strasse, viendo por el camino las iglesias que hay en estas calles y el museo de caza y pesca con su jabalí en la puerta. Llegamos a Karlstor y Stachus. Volvemos hacia el centro dando una vuelta alrededor de la catedral. Una de las torres está en obras, lo que afea un poco las fotos, pero es impresionante aún así. Entramos pero nos quedamos también sin fotos por la misa, mala suerte.

Isartor
Altes Rathaus

Puesto de verduras en Viktualienmarkt.

El carrillón del ayuntamiento.

Todos atentos al carrillón.

Paseo por Kaufinger Strasse

Karlstor.

El museo de caza y pesca.

Las torres de la catedral.

Interior de la catedral.
Al salir de la catedral hace sol y aprovechamos para sentarnos en una terraza, en Agustiner am Dom. Dani se toma una cerveza de trigo y yo un spritz. Después del aperitivo seguimos con el paseo por Marienhof hasta Max Joseph Platz. Entramos a comer en un sitio normalito, yo pasta al estilo muniqués, con queso y cebolla frita, muy rica, y Dani una hamburguesa, con dos Paulaner de medio litro nos sale por 36€ la comida. Después, decidimos volver un rato al hotel para echar una siesta, ya que es pronto. Nos hemos adaptado enseguida al horario alemán. Además, como me he dejado la guía en Madrid, aprovechamos la wifi del hotel para mirar sitios para comer que recomiendan en el foro de Los Viajeros.

Pasta al estilo muniqués.
A media tarde, descansados, volvemos paseando al centro y hacemos merienda-cena en el Agustiner que hay enfrente de HB. Hay menos gente que en HB y se está más tranquilo, y la comida es igual de buena o mejor. Tomamos unas cervezas rubias con medio codillo al estilo muniqués (que es asado, en lugar de cocido como en el norte de alemania), riquísimo. El camarero es un poco sieso y no nos quiere cobrar con tarjeta los 27€ que nos cuesta la cena. Como es pronto, damos otro paseo por Marienplazt y nos sentamos en una terraza en Rosenstrasse a tomar otra cerve tranquilamente. Volvemos al hotel y nos tomamos la última en el lobby, que es viernes y hay que aprovechar.

Medio codillo. Riquísimo.
Todavía nos quedan dos días en Munich y muchas cosas que ver, pero nuestras vacaciones siempre lo tomamos con calma, y estos días no van a ser diferentes ;)

Las entradas sobre el viaje a Munich y Baviera en coche:
Preparativos y presupuesto.
Múnich (I).
Múnich (II).
Castillo de Neuschwanstein.
Ratisbona.
Núremberg.
Salzburgo.
Cerezas, comidas, cochazos y resumen.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Trimestre nuevo, vida nueva.

Bueno, ahora que ya se lo he contado, más o menos, a todas las personas importantes de mi entorno (a mis pires me ha costado un poco, pero bueno), puedo decirlo ya aquí sin miedo a que nadie lo tome mal. Mmmm... A ver cómo lo enfoco. Mejor lo digo directamente.

Estoy embarazada.

A mí todavía me cuesta creerlo a veces. Sobre todo cuando me encuentro bien, porque vaya primer trimestre que me he cascado. Primero retortijones y diarreas (que es muy bonito y agradable), y después náuseas, vómitos y cansancio infinito. Todo precioso. Para que luego digan que el embarazo es maravilloso. A ver, que tiene cosas que molan. Algunas. Sobre todo poder ver lo que está creciendo dentro de ti, y que se parece a una personita, es emocionante. Y hace que me lo crea un poco más. Y escuchar cómo late el corazón. Se te cae una lagrimilla cuando lo escuchas la primera vez. Y la segunda. Y la tercera...

¿Y que cómo he llegado a esto? Pues nada, un día se te despierta el instinto maternal, sobre todo porque ves que estás al lado de la persona adecuada para formar una familia. Pero la persona adecuada no lo sabe (que es adecuada para formar una familia) y no se ha planteado nunca si quiere hacerlo. Así que tras unos meses de hablar sobre ello, acaba queriendo (aunque no lo reconozca abiertamente). Y ahí empieza La Búsqueda. Esto da para otro post que ya escribiré otro día. Y un buen día, tras muchas cervezas alemanas y vinos riojanos, te haces El Test (ya hablaremos de esto) y es positivo. Y te bajas a comprar cerveza 0'0 y tinto de verano sin alcohol porque esa noche celebras tu cumpleaños.

Lo mejor es cuando se te pasa el acojone, ves que todo va bien, y empiezas a contárselo a la gente. Mola. Porque las alegrías compartidas son mejores.

En los últimos días han pasado un montón de cosas. He tenido a mis padres ingresados. Sí, a los dos. Son así de inseparables, les gusta hacerlo todo juntitos. Han sido días de mucha tensión, susto y agotamiento físico y mental, pero por suerte ya están los dos en casa y parece que se ha quedado en un susto nada más. También me empiezo a encontrar mejor físicamente. Estoy menos agotada, aunque tengo más dolores cuando me canso, y las náuseas ya no son tan frecuentes. Y creo que llevo más de una semana sin vomitar... ¡Ole! Y, por último pero no menos importante, por fin estoy de baja y no volveré a trabajar hasta dentro de muchos meses, cuando ya sea mamá. En realidad no es una baja, sino una prestación por riesgo laboral, y es una de las cosas buenas que tiene mi empresa, que como trabajamos con población que supone mucho riesgo, a las embarazadas enseguida nos manda a casa.

Me va a venir estupendamente para pasar el embarazo tocándome la barriga, y nunca mejor dicho, porque desde hace una semana me ha salido una panza de repente que ya no es mi michelín. Y mola tanto que me paso el día manoseándola :)

Y también me va a venir bien para pasar unos días en casa, porque mi querido maridito, futuro padre de mis vástagos, me ha pegado un buen catarro y vivo con la nariz pegada a un clínex :(

En fin, que ahora que tendré más tiempo, y un nuevo tema de reflexión, espero pasarme más a menudo por aquí, a seguir contando mis peripecias.

miércoles, 1 de octubre de 2014

De autorreproches, excusas y disculpas.

Últimamente de vez en cuando viene a mi mente la siguiente conversación mental:
-¡¡Chsss!! ¡Rubia! Que tienes megahipermaxiabandonao el blog ese tan bonico que de vez en cuando escribes.
+Yaaaa... Ya lo séeeeee... Pero últimamente estoy taaaan perraca. Además, no tengo mucho que contar.
-¿Cómo que no? ¿Y el peazo viaje a Alemania? Que al final te van a dar las uvas, como todos los años.
+Yaaaa... Pero tengo que seleccionar las fotos, y retocarlas un poquito, y son muchasmil, y me da una pereza.... *Bostezo* Además estoy muy cansada y tengo muy poco tiempo.
-Qué mentira. Tienes el mismo tiempo que siempre, con ponerte un rato, una mañana, alguna chorradilla puedes ir contanto.
+Es verdad. Pero estoy taaaan cansada. Mira cómo tengo la casa, patas arriba. A ver si cuando tenga un poco más de tiempo me pongo a todo.
-Pero mira que eres...
+Ya lo sé. A ver si mañana... :(

Y así pasan los días, y las semanas, y a lo tonto me planto en Octubre sin haber escrito apenas en todo el verano. En fin. Que pronto espero tener más tiempo para actualizar. Y más temas para escribir. Pero tengo que esperar unos días más para ponerme al tema. Y no sólo por perrería. Un poco sí, pero no sólo :P

Sólo para redimirme un poco, pongo al miniGroot bailongo, que siempre alegra el día ^-^