De hanamis madrileños y yogueando un poco.
Como hoy estoy un poco triste y decepcionada, voy a hablar de cosas bonitas para animarme.
El sábado fue un día muy completo. Empezó viendo la clasificación de la fórmula uno a las siete de la mañana. Sí, lo sé, pero me desvelé cuando Dani se levantó a verla y para estar dando vueltas en la cama, me levanté yo también. Después dormimos un rato más, pero poco porque a las once habíamos quedado para dar nuestra primera clase de yoga. Andrea se vino también para probar y acabamos todos encantados. El profesor, estupendo y acabé con una sensación bastante rara, estaba relajada pero a la vez con bastante energía. Si a alguien le apetece probarlo, puede apuntarse a alguna clase con nuestro profesor en su página web: monoyoga.es (las hay hasta gratuitas). Eso sí, no me esperaba las agujetas que tuve ayer, ni las que sigo teniendo hoy...
Después de la experiencia, por la tarde tuvimos otra también bastante oriental: ir a ver los almendros en flor. Fuimos a La Quinta de los Molinos, que estaba como la Gran Vía, pero hacía muy buena tarde y fue bastante agradable darse un paseo por allí. Había hasta grupos de japoneses haciendo picnic debajo de los árboles en flor. Muy japo todo. Las fotos no son muy allá, pero es que están hechas con el móvil (y yo tampoco soy una maravilla...).
Y ya, que hoy es lunes :S
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