El calendario de adviento.
A pesar de estar teniendo un otoño estupendo, con muy buena temperatura (nunca había podido usar tantos días la ropa de entretiempo), ya se ven las navidades asomando por el horizonte. Y eso da un poco de cosilla, porque significa que se acaba el año y toca hacer balance, y el tiempo se me escapa de las manos.
Entre otras cosas se nota porque mi marido ya me ha preguntado qué le voy a pedir a los Reyes, y porque yo le he comprado a él un calendario de adviento. Sí, comprado. Por un momento pensé en hacerle uno, ahora que estoy en casa, como el año que estaba parada. Pero Sofía no me deja mucho tiempo libre, y el poco que tengo debería aprovecharlo para estudiar. Así que lo compré. Pero mola (y le ha molado) un montón.
De Star Wars, claro. |
El año que viene habrá que pensar uno para la chiquinina también.
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