martes, 6 de febrero de 2018

Parar a pensar (porque no te queda más remedio).

A veces intento explicar a mis pacientes la función que tiene la tristeza y para lo que sirve. Suelen ser unos evitadores patológicos, así que no se suelen quedar con la copla. ¿Como va a ser bueno estar triste, con lo desagradable que es? Pues sí, es bueno. Aquí lo explican muy bien. La tristeza nos sirve para parar. La tristeza hace que queramos quedarnos en la cama, nos deja sin ganas de hacer nada, queriendo estar solos. Sola conmigo misma. Y con mis pensamientos. Ése es el quid de la cuestión. La tristeza nos ayuda a reflexionar, a procesar lo que nos ha pasado, a elaborar. Haciendo cosas constantemente es imposible pensar a fondo, pero si estoy metida en la cama sin ganas de nada ni de nadie, se crea un ambiente propicio para la reflexión y la introspección. Estoy hablando de la tristeza normal, que tiene que formar parte de la vida de todos y que tiene su función, no de la depresión, que es otro cantar.

Bueno, esta introducción tan profunda para la chorrada que voy a contar... Antes de los smartphone había otro espacio propicio para la reflexión: la taza del váter. Y yo no estoy triste, pero sí que me he pasado mucho rato ahí sentada en las últimas veinticuatro horas. Mucho más del que me gustaría. Es lo que tienen los virus que la chiquinina se trae de la guardería, que a veces atacan al resto de la familia, y con ganas.

Es verdad que tengo mi móvil, pero cuando llevas todo el día del sofá al váter y viceversa, al final te terminas interné. Y te da tiempo a pensar cosas. Cosas bastante profundas, oye. Como para replantearte tu estilo de vida y todo. Unas cosas muy raras. Yo creo que la futura mudanza me está agobiando y me entran ganas de tirar la mitad de las cosas que tengo a la basura (o darlas, o venderlas). También tendrá que ver con que he visto este documental. Y con que últimamente leo cosas relacionadas con gente que se dedica más a la experiencias que a las cosas, y me gusta la idea. También la filosofía del yoga va en ese sentido y como últimamente leo muchas cosas sobre yoga, no sé si se me está pegando.

De momento he hecho unfollow a un montón de blogueras, páginas y demás relacionadas con la moda, que para lo único que sirven es para crearme necesidades que no son reales. Y me estoy planteando seriamente probar la experiencia de no comprar ropa durante un año (con la cantidad que tengo seguro que no me hace mucha falta nada).

Pues eso, que no sé si estoy deshidratada y eso me hace desbarrar o es el inicio de algo. El tiempo lo dirá :)

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