viernes, 9 de diciembre de 2016

El colecho no es por j*der (simulado y en diferido).

Hace unos meses escribí una entrada sobre cómo habíamos llevado a cabo el plan padre. Resumiendo mucho, la chiquinina cuando me incorporé a trabajar se despertaba cada hora y tomaba teta en cada despertar. Yo me moría de sueño y cansancio. No queríamos descolechar, pero sí intentar un destete nocturno. Así que Dani empezó a dormir a su lado y tranquilizarla él cuando se despertaba, y después de pocos días la niña empezó a dormir del tirón toda la noche.

Después de todo el verano durmiendo bastante bien, casi siempre del tirón, o como mucho con un despertar, hace un mes me hice la valiente e intenté volver a dormir en mi lado de la cama y al lado de la chiquinina otra vez. Todo empezó una noche que Dani salió de cena y como llegó a altas horas de la madrugada, yo me acosté en mi lado para que la peque no tuviera toda la cama para rodar. Esa noche dormimos bastante bien, así que decidí volver a cambiar a mi lado de la cama. El problema fue que el fin de semana se despertaba muy temprano y le daba teta para que se durmiera otro rato. A veces funcionaba y podíamos dormir un poco más. Pero ese despertar también empezó a hacerlo entre semana, y como a las cinco y media o seis de la mañana. Lo justo para no poder volverme a dormir antes de que suene el despertador y quitarme casi una hora de sueño. Como a lo bueno se acostumbra muy bien y rápido el cuerpo, pero volver a lo regular cuesta un huevo, ese despertar me estaba matando. Y se juntaba con que desde que soy madre tengo el sueño muy ligero y cualquier ruido o movimiento ne despierta. Y si es mi hija que me pega una patada en la cara cuando da una de sus vueltas en la cuna, pues peor... Como ya no es un bebé de tamaño recién nacido, cuando se atraviesa en la cuna y da vueltas, pues acaba con los pies o la cabeza en la cama o en la cara/riñones del que esté a su lado.

Así que después de intentarlo un par de semanas, hemos vuelto al plan padre con Dani durmiendo a su lado guanmortaim, pero además hemos bajado un poco el somier de la cuna, para que no pueda rodar a la cama y dar patadas y cabezazos. Y bueno, la peque ha vuelto a dormir del tirón, así que supongo que al final no habrá sido casualidad... Por su parte no tenemos mucha queja, creo que un día se despertó pidiendo teta y yo me fui un rato al salón mientras Dani la calmaba, pero no hemos tenido mayores dificultades.

En fin, que llegará el momento en que la peque quiera irse a su cuarto a dormir sola, y echaremos de menos todo esto, sus ronquiditos, sus patadas, sus despertares pidiendo teté, o cuando se despierta con una sonrisa de oreja a oreja y dice hola mamá, hola papá y nos da besos y abrazos a los dos. Pero también será el momento en que vuelva a recuperar mi lado de la cama, me da a mí XD

Eso sí, lo de dormir doce horas del tirón como cuando era adolescente, yo creo que ya nunca lo recuperaré, independientemente del colecho, que duerma sola o acompañada, en mi cama o en otro sitio. Supongo que es lo que tiene hacerse mayor...

*El título de la entrada tiene su origen en esta frase que escribí en la entrada anterior que hablaba sobre el tema: El plan padre no es para que por las noches se fastidie el susodicho, en lugar de la madre, por mucho que mi marido se empeñe en chincharme con esto. Desde entonces el susodicho siempre dice que el colecho no es por j*der.

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