El que avisa no es traidor (eso dicen). Ayer tuve chute chanante, que espero que me quite el mono hasta que empieze el programa otra vez, porque no es plan de sacarme un abono para Galileo. Aquí va la crónica de unos monólogos descarnados (o algo).
La tarde de ayer fue nulamente productiva, no por la emoción de ir a ver a Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes, sino porque otra vez estoy vaga hasta decir basta. Si no tengo a Vane motivándome (amenazándome) para bajar a la biblioteca, yo misma no lo hago bien. No se me dan bien las autoamenazas...
Quedamos ya por la noche, Majo, Chusa, Fer, Mari y yo, y estuvimos tomándonos unas cañas y alguna tapilla en "los barriletes" (nunca me acuerdo del nombre así que lo hemos rebautizado). A las doce y media (aprox) nos fuimos Chusa y yo para la sala Galileo. El metro tardó una barbaridad y llegamos a la una y veinte casi. Lo bueno fue que ya no había nadie esperando para entrar ni para sentarse en las mesas. Estábamos repegás al escenario, pero en un lateral. Casi les veíamos los pelillos de la nariz.
Estoy empezando a plantearme si el estado natural de Ernesto es ebrio o sobrio. No lo tengo muy claro... La cosa empezó bien, porque lo primero que oímos no fue el esperado "el otro día me abdujo un ovnir". Casi la mitad de su monólogo era absolutamente nuevo para mí. El descojone fue casi máximo. Luego llegó Joaquín y, entre el pis que me hacía por la cerveza ya bebida y la risa por su comentario de Fernando Alonso, casi tengo que salir corriendo al servicio. Pero aguanté como una campeona.
Me acordé de grabar un par de vídeos, porque llevábamos la cámara de Chusa, que graba con sonido (no como mi mierrrda de cámara). No son las partes más graciosas, pero bastante que me acordé, con lo embobá que estaba... Pido públicas disculpas por el tembleque de la cámara. Es efecto del alcohol y las risas irreprimibles. Allá van:
Ernesto Sevilla: Abducción=mamada.
Ernesto Sevilla y las tollinas.
Joaquín Reyes: Es especial
Al salir todavía nos pasamos media hora descojonás comentando los momentos más graciosos. Como por ejemplo la manía que le tienen a Paquirrín. Decidimos que en esa familia está claro que los genes los transmiten las madres, porque Paquirrín y Cayetano son como "los gemelos golpean dos veces" (aunque Charcheneger no tiene ni punto de comparación con el Rivera). Luego nos dimos cuenta de lo confundidas que estábamos, porque el otro hijo de Carmina es... dejémoslo en más bien feúco. También comentamos que Ernesto nos había mirado (pero esto lo hacemos con los conciertos también XD). Llegamos a la conclusión de que por poder... nos podía haber mirado, pero seguramente no veía más allá de veinte centímetros (efectos colaterales de los focos y el alcohol).
Parece que a Chusa (que era su primera vez) le gustaron, aunque ella es más de Huevosfuertes. Y yo me porté muy bien, sin gritos de histerismo ni ná. Es que soy más de boquilla que otra cosa. Por cierto, le tengo que comentar que va a estar en el Lope de Vega nuestro admirado Ángel Martín... Esto es un no parar, oye.