martes, 21 de febrero de 2012

Una de romaticismo y flores...

Hace casi una semana que fue San Valentín, y pensaba haber escrito una entrada, de las habituales, en mi línea, pero llevo un mes con mil cosas y media en la cabeza y no encontraba el momento.

En fin, tanto rodeo y tanta espera, para hacer mi alegato anual acerca del amor y el romanticismo. Porque no soy una chica especialmente romántica y la mayoría de cosas que se suponen románticas me parecen un poco ñoñas. Para mi romanticismo es que me de un beso al levantarse, todas y cada una de las mañanas. Que me siga haciendo reír como cuando nos conocimos. Que no sepamos lo que es una pelea, sólo enfurruñarnos alguna vez. Que todavía me llame rubia. Que queramos casarnos y celebrarlo con la gente que queremos (sí, ¡¡¡que me caso!!!). Y la siempre recurrida situación de calentarme los pies en la cama, que me parece lo más bonito que puede hacer un hombre por su pareja. He dicho.

Pero, aún así, si tu novio llega a casa el día de San Valentín, después de una dura jornada de trabajo, con un ramo de rosas y dos botellas de Albariño (a falta de una, no sea que no me vaya a emborrachar lo suficiente), también me parece muy romántico, no lo voy a negar. Y también algo muy sorprendente :P

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