miércoles, 15 de octubre de 2014

Trimestre nuevo, vida nueva.

Bueno, ahora que ya se lo he contado, más o menos, a todas las personas importantes de mi entorno (a mis pires me ha costado un poco, pero bueno), puedo decirlo ya aquí sin miedo a que nadie lo tome mal. Mmmm... A ver cómo lo enfoco. Mejor lo digo directamente.

Estoy embarazada.

A mí todavía me cuesta creerlo a veces. Sobre todo cuando me encuentro bien, porque vaya primer trimestre que me he cascado. Primero retortijones y diarreas (que es muy bonito y agradable), y después náuseas, vómitos y cansancio infinito. Todo precioso. Para que luego digan que el embarazo es maravilloso. A ver, que tiene cosas que molan. Algunas. Sobre todo poder ver lo que está creciendo dentro de ti, y que se parece a una personita, es emocionante. Y hace que me lo crea un poco más. Y escuchar cómo late el corazón. Se te cae una lagrimilla cuando lo escuchas la primera vez. Y la segunda. Y la tercera...

¿Y que cómo he llegado a esto? Pues nada, un día se te despierta el instinto maternal, sobre todo porque ves que estás al lado de la persona adecuada para formar una familia. Pero la persona adecuada no lo sabe (que es adecuada para formar una familia) y no se ha planteado nunca si quiere hacerlo. Así que tras unos meses de hablar sobre ello, acaba queriendo (aunque no lo reconozca abiertamente). Y ahí empieza La Búsqueda. Esto da para otro post que ya escribiré otro día. Y un buen día, tras muchas cervezas alemanas y vinos riojanos, te haces El Test (ya hablaremos de esto) y es positivo. Y te bajas a comprar cerveza 0'0 y tinto de verano sin alcohol porque esa noche celebras tu cumpleaños.

Lo mejor es cuando se te pasa el acojone, ves que todo va bien, y empiezas a contárselo a la gente. Mola. Porque las alegrías compartidas son mejores.

En los últimos días han pasado un montón de cosas. He tenido a mis padres ingresados. Sí, a los dos. Son así de inseparables, les gusta hacerlo todo juntitos. Han sido días de mucha tensión, susto y agotamiento físico y mental, pero por suerte ya están los dos en casa y parece que se ha quedado en un susto nada más. También me empiezo a encontrar mejor físicamente. Estoy menos agotada, aunque tengo más dolores cuando me canso, y las náuseas ya no son tan frecuentes. Y creo que llevo más de una semana sin vomitar... ¡Ole! Y, por último pero no menos importante, por fin estoy de baja y no volveré a trabajar hasta dentro de muchos meses, cuando ya sea mamá. En realidad no es una baja, sino una prestación por riesgo laboral, y es una de las cosas buenas que tiene mi empresa, que como trabajamos con población que supone mucho riesgo, a las embarazadas enseguida nos manda a casa.

Me va a venir estupendamente para pasar el embarazo tocándome la barriga, y nunca mejor dicho, porque desde hace una semana me ha salido una panza de repente que ya no es mi michelín. Y mola tanto que me paso el día manoseándola :)

Y también me va a venir bien para pasar unos días en casa, porque mi querido maridito, futuro padre de mis vástagos, me ha pegado un buen catarro y vivo con la nariz pegada a un clínex :(

En fin, que ahora que tendré más tiempo, y un nuevo tema de reflexión, espero pasarme más a menudo por aquí, a seguir contando mis peripecias.

2 comentarios:

Quico dijo...

La tira de tiempo que no pasaba por aquí (ni por mi blog...). Madre mía. Pero bueno, nunca es tarde para felicitar a la bloguera que más me inspiró en la creacción de mi blog. Tal vez lo tendría que haber hecho en la primera entrada, pero prefiere venirme aquí, al origen de la noticia para darte la enhorabuena! Me alegro mucho. Seguro que serás una mama de categoría, como decimos por aquí. También tengo que decir que siento envidia de los actualizadito que lo tienes todo viendo cómo tengo yo el mío...

Un saludete! ;-)

Ana dijo...

¡Hola Quico! Qué bueno verte por aquí. No te creas que lo he tenido siempre tan actualizado el blog es que ahora tengo mucho tiempo libre. Espero no aburrir mucho con el tema embarazo-maternidad XD

Muchas gracias y espero que te pases por aquí de vez en cuando, que siempre son muy bienvenidas tus visitas.

¡Un abrazo!