jueves, 3 de septiembre de 2015

Cinco meses.

Pues me da la sensación de acabar de escribir la entrada de los cuatro meses y ya estoy con otra. Va a ser verdad que esto se pasa volando y hay que aprovechar al máximo, aunque las primeras semanas parece que el tiempo no pasa.

Mi chiquinina ya tiene cinco meses y está para comérsela. Tiene unas mollitas en los brazos y en las piernas para morderlas, y unos mofletes redonditos preciosos. Es toda ojos, aunque todavía no tiene el color muy definido pero parece que los ha sacado de su padre en todo. Tiene unas maninas suaves y gorditas que le encanta mirar y chuparse. Y las orejitas se le están desabrochando un poco, pero yo la veo aún más guapa y graciosa.

Este mes ha aprendido a hacer la croqueta en el otro sentido, de boca abajo a boca arriba. También coordina cada vez mejor ojo-mano-boca, aunque a veces le cuesta atinar con ciertas cosas en la boca. Se mantiene sentada muy estirada y sólo hay que sujetarla un poco. Le encanta estar sentada en nuestro regazo para poder cotillearlo todo. Eso hace que cada vez muestre más curiosidad por lo que comemos, como casi siempre está encima cuando comemos, mira mucho la comida y cómo nos la llevamos a la boca. A ver si eso ayuda cuando empecemos con la alimentación complementaria. También estamos en la fase de chuparlo y babearlo todo, y no ganamos para baberos, los deja empapados en cuestión de minutos. En el carro ya va sentada, aunque en la posición más tumbada porque de momento no aguanta ella sola, pero aún así sigue sin gustarle mucho. Donde estén los brazos de mamá o papá, que se quite todo lo demás, que desde ahí se ve muy bien el mundo.

Las vacaciones fueron un poco descontrol del sueño, llegué a pensar que estaba con una crisis de crecimiento porque se estuvo despertando cada hora y media muchas noches. Para mi fue una paliza, pero parece que al volver a casa se ha vuelto a regular y tiene dos o tres despertares en las doce horas que suele dormir. Nada como la cama propia para dormir bien. Es bastante regular en los horarios, por las noches la dormimos siempre sobre las nueve o diez, porque más tarde "se pasa de vueltas" y cuesta mucho más dormirla, cuando no se coge un berrinche. Las siestas últimamente cuesta más que las haga y descanse bien, porque como no vaya en la mochila o esté con la teta en la boca, se suele despertar bastante rápido.

Los berrinches a última hora hemos mejorado un montón, primero porque ya sabemos ver cuando está cansada y procuramos que no acabe el día agotada. Este mes sólo recuerdo que haya tenido uno o dos. También es que hemos descubierto que el ruido del secador la calma mucho y, cuando entra en barrena y veo que no puedo calmarla, enchufamos el secador y eso le ayuda a parar.

Sin embargo los viajes en coche nos los ha puesto muy fáciles, casi siempre va dormida o se entretiene si le doy algún juguete o si le canto. Y eso que ya hemos hecho unos cuantos viajes largos. Los más largos, que fueron el de ida a Coruña y vuelta al pueblo, al final ya estaba bastante tontorrona, pero después de seis horas de coche, en su sillita que no puede cambiar de postura, bastante bien aguantó, que hasta nosotros íbamos con el culo dolorido...

Una de las mejores cosas que han pasado este mes es que ha empezado a reírse a carcajadas. No lo hace mucho, ni con grandes carcajadas, es más bien un eheheeeheh cuando algo le hace gracia, suele sonreír más que reírse la mayoría de las veces, pero cuando se carcajea es muy gracioso. En esto se parece a su madre, ya que yo no suelo carcajear mucho, y mi risa es bastante silenciosa... Vamos, que aunque no tenga la típica risa contagiosa de bebé, es para comérsela.

De peso y talla no sé cómo vamos, porque este mes no toca revisión, aunque ya usa casi toda la ropa de seis meses o 68 centímetros. La de 62 le va quedando pequeña. Y cada día está más rolliza, así que no me preocupa mucho. Seguimos con lactancia materna exclusiva y a demanda, y demanda mucho, la tía. Eso de que cuanto más mayores más espacian tomas en su caso no se cumple. A ver, durante la noche sí, se nota bastante que aguanta más horas, pero durante el día suele pedir cada dos o tres horas como mucho. Ya he aprendido a no mirar mucho el reloj y así es mucho más relajado todo. Este mes tampoco he tenido ningún problema con la lactancia, así que genial.

Le sigue costando un poco irse con otras personas que no seamos su padre o yo. Con las abuelas tiene un pasar, pero al abuelo le tiene un poco traumatizado, porque le hace pucheros sólo con verle. Eso sí, las pocas veces que la coge y la niña está contenta se le cae la baba a tope.

Por lo demás, es una bebé muy simpática y fácil de llevar. No suele llorar, aunque es verdad que se pasa el día en brazos, no le gusta mucho el carro, pero a nosotros no nos importa. Lo más que hace es quejarse un poco cuando no está cómoda. Pero de esto, de llorar y quejarse, ya hablaré otro día, que si no me extiendo demasiado.

En fin, que sólo queda un mes para que haga medio año que llegó a nuestras vidas, y todavía hay ratos que flipo mucho cuando pienso que tengo una hija. Algunos momentos han sido duros, pero cómo me hace sentir y lo que la quiero compensa todo el cansancio y los cambios infinitos de pañal con plasta. No me imaginaba que iba a ser así, pero me gusta mucho ser la mamá de mi chiquinina.

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