jueves, 9 de junio de 2016

Una buena siesta.

No es fácil pillar a un conejo durmiendo. Si lo hace, es porque se siente seguro y cómodo. Y que un conejo se te duerma en brazos me parece altamente improbable. Aunque me pasó una vez. Al poco tiempo de llevar a Paul a casa, cuando aún no había empezado con el celo, un día se me esnucó encima mientras lo acariciaba. Tengo pruebas :P


Lo sé, la foto es regulera y está desenfocada, y los teléfonos de 2012 no daban para mucho...

Desde entonces no le había visto otra vez tan relajado, hasta ayer, que le pillé haciendo la siesta al lado de Damara. Aunque la chiquinina se la fastidió un poco...



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