viernes, 3 de febrero de 2017

De la niña del exorcista, segunda parte.

Siento el tema escatológico pero... Dos veces. Y en el coche. Estoy traumatizada.

#nohasefaltadesirnadamás

En fin, que en menos de tres semanas hemos tenido dos accidentes de vomitona incontrolada e incontrolable en el coche. ¡Afú! La primera la entiendo, fue después de una tarde en casa de unos amigos y la peque se pasó toda la tarde picoteando. Luego la bajamos al coche y se debió quedar fría, y cuando se estaba durmiendo pues para fuera que fue todo. Menos mal que estábamos ya en la puerta de casa. Paramos, limpiamos lo que pudimos con toallitas, y me la subí a casa a cambiar toda la ropa y a dormir. De la silla del coche sólo hubo que lavar los reductores que lleva.

Y esta segunda vez ha sido más show aún. Vomitona enoooorme a diez minutos de casa. La niña hasta arriba, la silla hasta arriba... Por suerte el coche ha sobrevivido en las dos ocasiones. Tuvimos que cambiarla de ropa en el coche y llevarla a casa a pie en el carro porque no había manera de limpiar la silla más que desenfundándola entera y dándole un aclarado en la ducha y a la lavadora junto con toda la ropa que llevaba puesta la chiquinina. Todavía no me puedo creer que salga tanto de un cuerpo tan pequeño...

En fin, que aparte del coñazo que es tener que limpiar la silla del coche (bastante peor que cambiar las sábanas), se te queda mal cuerpo un buen rato y además de la preocupación de si estará mala, si soy una malamadre que deja que su hija se empache a comer, si conduzco como el culo (porque las dos veces iba yo conduciendo), si está empezando a marearse en el coche (es muy pequeña aún, ¿¿¿no???), y de temer cuando será el siguiente festival exorcista :(

Pues eso, que menos mal que es viernes. Ale, a disfrutar y perdón por el desahogo asqueroso (pero ya saben, es mi blog y me lo f*llo cuando quiero).

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