viernes, 20 de julio de 2018

Escapada a Segovia.

Hace un par de semanas, coincidiendo con nuestro aniversario, nos fuimos de fin de semana a Segovia. La intención era ver las hoces del Duratón, Sepúlveda, Pedraza y el domingo comer en Segovia, pero al final no pudimos ver Pedraza porque coincidió con el famoso concierto de las velas. Suerte que nos enteramos justo antes de ir a Pedraza, porque en esas fechas no te dejan ni entrar al pueblo si no tienes entrada para el concierto.

El viernes nos pusimos en marcha un poco tarde, porque no habíamos podido hacer la maletilla antes y nos pusimos a ello cuando llegamos de trabajar. Total, que salimos a las cinco y pico de casa y, entre el atasco de la operación salida, llegamos casi a las ocho a Burgomillodo. Nos alojamos en el Rincón de las Hoces, un hotel rural con mucho encanto y en un sitio precioso. La estancia fue un poco cara (86 euros la noche, una habitación superior con desayuno), pero para celebrar once años de relación y seis de matrimonio, no me parece mucho dinero :P El hotel está chulo, y la habitación era amplia y con dos camas bastante grandes, y una supletoria que al final no utilizamos porque a la chiquinina no le hizo mucha gracia. El dessayuno tipo buffet estaba muy bien, sobre todo la tortilla de patatas y los bizcochos caseros. Y también cenamos las dos noches, de viernes y sábado en el hotel, unas raciones que estaban muy buenas, bastante cantidad y muy bien de precio.

La habitación del hotel
Las vistas a la puerta del hotel
El sábado por la mañana visitamos los dos miradores de las hoces, el mirador del convento de la Hoz y el famoso mirador de la remita de San Frutos. Para llegar al primero tuvimos que ir con el coche por caminos de cabras, llegamos al parking donde están todos los que van a montar en piragua, y andar unos 10-15 minutos hasta el mirador. Lo que más me gustó de este sitio, aparte de las vistas espectaulares, fueron los buitres. Al mirador de San Frutos se llega prácticamente en coche, as vistas son espectaculares, pero no nos acercamos a la ermita porque hacía ya mucho calor y no hay muchas sombras.

Camino al Monasterio de la Hoz
Mirador del Monasterio de la Hoz
Buitres
Mirador de la Ermita de San Frutos
Ermita de San Frutos
Fuimos a comer a las afueras de Sepúlveda, al restaurante Villa de Sepúlveda. Estuvimos en una terraza cerrada con aire acondicionado, muy a gusto, y nos pusimos las botas con medio cochinillo para los dos. La peque comió una sopa para combatir el frío del 7 de Julio XD Después de comer nos acercamos al aparcamiento cercano al centro del pueblo y nos llovío un rato. Cuando dejó de llover, dimos una vuelta por el pueblo, que me resultó precioso. Nos tomamos un refresco en una terraza y nos enteramos que no se podía entrar en Pedraza, así que nos volvimos al hotel a ducharnos, descansar un poco y que la peque jugase un rato en el parque.

Sepúlveda
Sepúlveda
Sepúlveda
Sepúlveda
El domingo hicimos check out del hotel y nos fuimos para Segovia. De camino admiramos el castillo de Turégano, que está muy chulo. Ya en Segovia dimos una vuelta por el centro, nos acercamos al alcázar un tomamos algo en la terraza con vistas que tienen, comimos unas raciones en un sitio de la plaza Mayor que se llama el Tartare y después de comer dimos otro paseo hasta el acueducto. Cuando nos íbamos a ir al coche empezó a llover y nos cayó un peazo tormenta de flipar. Estuvimos como media hora en los soportales de la avenida del Acueducto hasta que escampó y pudimos ir corriendo hasta el coche antes de que volviese a llover.

Catedral de Segovia
Iglesia de San Andrés
Alcázar 
Plaza de Medina del Campo
Acueducto 
Como resumen, me ha encantado la escapada. Tal vez demasiada ruralidad para mi marido, que es un urbanita empedernido, pero nos paisajes son espectaculares y merece la pena darse un paseo por el campo para admirarlos. La comida espectacular en toda la zona, y los pueblos, con ese aire medieval, parecen de cuento. Y Segovia, preciosa como siempre. Lo único que cambiaría, sería haber ido en otra época. Supongo que en primavera u otoño será mucho más agradable, porque el calor ha apretado, a pesar de no haber tenido temperaturas muy altas. Y me gustaría haber hecho la excursión en piragua, pero ya tenemos excusa para volver cuando la chiquinina sea un poco más mayor.

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