lunes, 18 de junio de 2012

De los mitos de las bodas (II).

Sigo con los mitos que empecé el otro día.

Los detalles y la personalización son importantes. Esto es cierto, pero sólo me lo parece en parte. Por un lado, me parece que el personalizar tu boda hace que la sientas "más tuya". Cosas como las invitaciones personalizadas, hacer las tarjetas de agradecimiento con un mensaje especial, hacer cosas tú mismo, coordinar colores, detalles que dejen ver tu forma de ser, tus gustos o aficiones pueden hacer más bonita y personal tu boda... Pero hay un peligro grande en esto, que es perderse en los detalles y que los árboles no te dejen ver el bosque. Esto me ocurre mucho viendo páginas que publican fotos de bodas reales. Muchas veces lo único que sale en las fotos son esos detalles, que hacen muy bonito, pero me dejan pensando que las fotos que he visto podrían ser de una boda o de cualquier otro evento. Y eso puede pasar también cuando te encuentras inmersa en la preparación de la boda, y estar tan pendiente de los detalles que te olvidas de que es un día especial, para celebrarlo con la gente que quieres y pasarlo bien, y lo demás es accesorio.

Todo puede estar bajo tu control. Como psicóloga puedo asegurar que nunca puedes tener todo bajo control. Es más, casi todo está fuera de tu control. Como persona bastante obsesiva y controladora, me cuesta creérmelo y tenerlo en mente. El creer que puedes tener casi todo bajo control, si lo sumas a la idea de que los detalles son importantes, puede llevarte a un nivel de angustia muy elevado. Hay muchas cosas que no puedes controlar cuando preparas una boda. Sí, te centras en que todo esté lo mejor posible, pero no puedes controlar el tiempo, por ejemplo, o la conducta de los demás. No puedes controlar cómo se comporten tus familiares y amigos. Pero son así siempre, pretender que se van a comportar exactamente como tú quieres, sólo porque te casas, no es realista.Cuando llegue el día... lo mejor será intentar relajarse y no pensar en cómo te gustaría que saliesen las cosas, sino simplemente intentar disfrutarlas.

Todo tiene que (y va a) salir perfecto. Esto está muy relacionado con lo anterior. Te has esforzado mucho planeando todo, has dedicado mucho tiempo y energía, has pensado y planeado hasta el último detalle. Por lo tanto, todo debería salir bien. Pues no. Te gustaría que todo salga bien, pero el hecho de desearlo va a hacer que suceda. De hecho, como casi todo no está bajo control, es probable que algunas cosas no salgan bien. Que te manches el vestido, que llueva, que alguien se caiga bailando, que a alguien le siente mal el alcohol, que os olvidéis de hacer alguna sorpresa que habías planeado, que tu madre se ponga muy nerviosa, que a alguien no le guste la comida, o el sitio, o el vino, o los camareros... Seguro que algo saldrá mal, pero lo interesante sería no darle más importancia de la que tenga y disfrutar de todo lo que saldrá bien, de estar con tu pareja, familia y amigos y de la fiesta que has organizado para celebrarlo.

Es importante que tus invitados se lleven un buen recuerdo. Hay una cosa que no se debe olvidar mientras preparas una boda: es TU boda. Bueno, tuya y de tu pareja. De nadie más. Todo el mundo puede dar su opinión o consejo, pero eres libre de tomarlo o dejarlo. Porque a veces los demás lo hacen con su mejor intención, pero no se dan cuenta de la presión que pueden llegar a ejercer. Por eso creo que es importante hacer lo que sientas que quieres hacer. Porque es imposible que a todo el mundo le guste todo. Y me parece mejor que uno se sienta cómodo y haciendo lo que es su idea de una boda, a intentar contentar a la mayoría y al final sentir que lo que estás haciendo no es lo que te gustaría haber hecho.

Intentaré seguir con más cositas si tengo tiempo, que como me dicen mucho últimamente... ¡Ya no queda ná! :)

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