lunes, 2 de febrero de 2015

Confiando en las predicciones.




¡Efectivamente y no! No es que me de la impresión de estar viviendo el mismo día una y otra vez, es que hoy es el día de la marmota, que aparte de ser una película genial con un Bill Murray que se sale de la pantalla (ya sé que se llama Atrapado en el Tiempo...), es un método folklórico para predecir el final del invierno, que se usa en muchas partes de América del Norte y Europa.

Si tuviéramos un Phil en Alcorcón y sacara su morro hoy de la madriguera, no vería su sombra por ningún sitio porque el cielo está más que encapotado, lo que significa que la primavera no va a tardar mucho en llegar (o por lo menos no seis semanas). Pero tampoco me haré muchas ilusiones porque parece que estas predicciones tienen como un 40% de aciertos, que es peor que si la predicción la hiciera una moneda...

En fin, que consuela pensar que ya casi ha pasado la mitad del invierno porque tengo ganas de primavera y un poco más de sol, que con estos días fríos y grises lo único que apetece hacer es estar tirada en el sofá con la mantita, mirando cómo la peque da saltos y volteretas en mi tripa (que es muy entretenido, por cierto).

Por lo demás, el fin de semana ha sido movido, a pesar de que Dani ha estado bastante malito con una gripe o algo así, pero el viernes estuve de concierto con Andrea y ayer estuvimos de visita al pequesaurio (que madre mía lo grande que está ya, da vértigo). Y yo sigo con mis clases preparto, con mi matrona-sargento, ensayando respiraciones, ejercicios de Kegel y pujos para el gran día... Espero acordarme, porque van a pasar casi dos meses hasta que tenga que usarlos.

Y ya.

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