lunes, 30 de abril de 2007

¿Telefonista?

Sé que hay un teleoperador conocido en la blogosfera entera (aunque parece que ya ha encontrado su sitio en los medios), que sus anécdotas son más graciosas y que escribe mejor que yo, pero me gustaría compartir mi experiencia personal con... El maravilloso mundo del telemarketing (léase con reverb [o rever en chapurreante inglés]).

Mi experiencia como telefonista (como diría la jodía de Vane) no ha sido mala por varias razones:
1) Siempre he estado en recepción de llamadas, nunca en márketing porque no sirvo para dar el coñazo a la gente (bueno, aquí sí que lo doy un poco). Y nunca en un servicio de atención al cliente. ¿Cómo lo he hecho? Llámalo suerte o búsqueda de trabajo con filtro intensivo.
2) Siempre he estado en campañas cortas, y no me ha dado tiempo a quemarme.
3) Tengo una voz dulce y cándida que predispone bien a la gente (son personas, no clientes), y mi madre tiene la culpa de que el gracias y el por favor me salgan automáticamente, sin ningún esfuerzo añadido.
4) Tengo una paciencia bastante ilimitada.
5) He tenido la suerte de coincidir con gente maja en todas las campañas. Es más, el mejor jefe que he tenido en mi vida fue el año pasado en el servicio de reservas telefónicas de una (mundialmente conocida) compañía de alquiler de coches. Era simpático, se preocupaba por su equipo, te ayudaba todo lo que podía, si te tenía que echar la bronca te la echaba y si hacías tu trabajo bien también te lo decía. Sí, existen los jefes majos, aunque puede que fuera la excepción que confirma la regla (de que son todos unos hijos de puta [más]).

Luego hay otra serie de cosas que no me gustan (como en cualquier trabajo). Me jode ser amable con la gente y que te traten como si fueras un contestador automático. Me jode tener que estar cronometrando el tiempo que tardo en fumarme un piti para no exceder mis "cinco minutos de descanso visual". Me jode que no me paguen la hora si llego más de diez minutos tarde (puñetero autobús...). Me jode que el 90% seamos mujeres (así no hay manera...). Me jode tener que madrugar, pero ése es otro tema...

La verdad es que me parece un trabajo bastante cómodo (si no estás mucho tiempo seguido), con posibilidades de elegir el horario que más te convenga y con experiencias muy divertidas. Tengo un trabajo de lunes a viernes que puedo compaginar con mi mierda-oposición, y esto ya es decir mucho, tal y como están las cosas. Dicho esto también tengo que añadir que hay gente muy jodida en este mundillo, muchos tiranos y muchas injusticias. Pero en todos lados cuecen habas. ¿Quién no ha estado trabajando en una tienda de ropa mega-conocida? ¿O de cajera/reponedor en unos grandes almacenes? ¿O en un restaurante de comida rápida?

Lo mismo cuando termine esta campaña me paso al maravilloso mundo del teatro con Chusa... Me lo tengo que pensar.