lunes, 10 de septiembre de 2007

¿Has tenido alucinaciones?

Venga, como es lunes voy a dar un poco la chapa.

Bienvenidos a otro inquietante capítulo de El apasionante mundo de la Psicología de Pacotilla... ¡Chanante! Upss... se me ha escapado. Hoy descubriremos que no todas las alteraciones psicológicas son patológicas en sí. Tú, que estás ahí frente a la pantalla de ordenador, sentad@ tranquilamente, pensando A ver qué cogones nos cuenta esta tiparraca hoy, sabiendo que eres una persona mentalmente sana y emocionalmente estable, repito, tú, has tenido alucinaciones. Y no estás loc@, que es lo mejor de todo. Te lo voy a demostrar.

Comenzaremos con las Alteraciones de la Memoria, que son muchas y muy habituales. Muchas son síntomas incluidos en diferentes trastornos mentales, pero ninguna es patológica en solitario.

a) Anomalías en el reconocimiento:
Déjà vu: Tener la sensación de que has visto o vivido anteriormente algo que está ocurriendo. Este suele ser muy habitual y aumenta en periodos de estrés o de falta de sueño y/o cansancio. Todo el mundo se ha quedado pillado alguna vez pensando Esto ya lo he vivido o Esto he pensado que iba a ocurrir o Esto lo he soñado. La explicación que se le suele dar es que hemos procesado muy rápido (automáticamente) la situación, antes de que llegue a nuestra consciencia. Aunque también puede deberse a un fallo en Matrix.
Jamais vu: Tener la sensación de que algo conocido es extraño o nuevo. ¿Nunca te ha ocurrido? Pues también es bastante habitual ante situaciones de estrés y de cansancio extremo o falta de sueño prolongado. Es bastante angustioso después de un par de días sin dormir, llegar a tu cama, echarte a dormir y despertarte al rato sin reconocer donde estás. Sabes que estás en tu cuarto pero no lo reconoces y todo te resulta extraño y ajeno.

b) Anomalías en el recuerdo.
De estas hay muchas y variadas: No poder ubicar a una persona (le conozco y sé su nombre pero no sé de dónde), sensación de conocer a una persona (me suena pero no sé de qué), Fenómeno de la punta de la lengua (no te sale esa maldita palabra pero casi puedes describirla), verificación de tareas (no sabes si has cerrado la puerta con llave), etc.

Alteraciones de la Conciencia. Estas sí que suelen ser más graves. No hay que tomarse a risa cosas como el estupor, el delirium, los estados crepusculares o el coma. Las más habituales (en la vida cotidiana y sin que sean preocupantes) suelen ser el sopor o la letargia (por defecto) y la hipervigilia (por exceso).

Alteraciones de la Atención. Hay más de las que están pero éstas son las más cotidianas:
Ausencia mental: Estás tan concentrado en tus propios pensamientos (o procesos mentales, que es más tésnico) que no prestas atención a lo que ocurre a tu alrededor. Vamos, lo que pasa cuando estás en la parra, pensando en tu churri o en ese exámen cercano que casi no has estudiado, y vas a tirar la ropa sucia al cubo de la basura o sacas las llaves para entrar al metro (o el abono para entrar en el portal).
Laguna temporal: Tus acciones están muy automatizadas y no hay marcadores externos que señalen el paso del tiempo. Por ejemplo: vas conduciendo por la autopista y cuando te das cuenta has recorrido cincuenta kilómetros y no los recuerdas.

Alteraciones de la Sensopercepción. Aquí están las esperadas a la par que temidas alucinaciones. Como introducción básica (muy básica) diré que las alucinaciones se pueden definir como percepciones sin objeto, es decir que percibes algo como completamente real pero sin que exista físicamente. Hay alucinaciones de todas las modalidades sensoriales: puedes oír, ver, tocar o sentir, oler y hasta saborear una alucinación. Casi nunca se dan en varias modalidades a la vez. Y la modalidad depende del trastorno, pero las más habituales son las auditivas (sí, oir voces). ¿Alguna vez has ido andando por la calle con alguien y te ha parecido que la otra persona hablaba pero no ha dicho nada? Sí, la típica situación de ¿Qué? / ¿Qué de qué? No he dicho nada... Pues has tenido una alucinación, que lo sepas. Eejejejeje -> risa maliciosa. Bueno, el ejemplo está un poco traído por los pelos, pero cuela.

Dentro de las alucinaciones hay un grupo de experiencias que se llaman imágenes anómalas. No son alucinaciones en sí porque pueden darse también en el espacio perceptivo interior, es decir, cuando cierras los ojos. Entre ellas son muy comunes las postimágenes, que generan todo tipo de jueguecitos, y las imágenes parásitas, que se generan a consecuencia de un estímulo ya inexistente (que ya ha pasado) y desaparecen cuando fijas tu atención en ellas. De estas tengo yo todas las mañanas: esa cancioncilla que tienes metida entre ceja y ceja, que no sabes dónde has oído, y que no puedes parar de tararear por mucho que lo intentes.

También hay alteraciones de la percepción que no son alucinaciones. Son las distorsiones perceptivas. En este caso sí que existe un objeto real, pero lo percibimos de forma distorsionada. Vamos, lo que suele pasar cuando te comes un ácido, por ejemplo. Entre ellas hay algunas habituales (no hace falta ponerse hasta las trancas para tenerlas) como las pareidolias, o estructurar estímulos ambiguos, y el sentido de presencia. Un ejemplo de pareidolia es ver formas en las nubes o caras en el gotelé de la pared. Y el sentido de presencia pues es lo que su propio nombre indica: cuando sabes que estás solo pero te sientes como si hubiera alguien más en la habitación. En ocasiones veo muertosss. Otra distorsión perceptiva que me parece muy interesante (y que me encantaría tener) es la sinestesia. Me encantaría poder ver la música y pintarla, como aquel caso famoso que estudió Oliver Sacks*, aunque el pobre hombre perdió su sinestesia después de un accidente que le produjo un traumatismo cerebral.

Bueno, ya voy terminando. Y eso que sólo he expuesto la psicopatología básica, porque si empiezo con los trastornos DSM y CIE nos podemos tirar aquí años para demostrar que todo el mundo tiene su lado "loco": distimias, fobias varias, ataques de pánico, somatizaciones, simulaciones, dependencia de sustancias (como el tabaco, por ejemplo), intoxicación por sustancias (sí, la borrachera es un trastorno tipificado en el DSM), trastornos sexuales (impotencia, eyaculación precoz, anorgasmia y esas cosas), insomnio, pesadillas, sonambulismo, ludopatía (¡ejem!)... y no me he metido en cosas muy serias.

*Mi recomendación de hoy son los libros de casos de Oliver Sacks. Mucha gente ha visto Despertares, pero no sabe que está basada en un libro de este neurólogo. Ha escrito varios libros de casos, sobre pacientes con trastornos neurológicos, que se leen como si fueran cuentos prácticamente. Una buena introducción al mundo de la neuropsicología (con lo mal que suena y lo bonito que es) para quienes no tengan mucha idea sobre el tema. Mis favoritos son
El hombre que confundió a su mujer con un sombrero y Un antropólogo en Marte.

Hasta aquí esta sesión de El apasionante mundo de la Psicología de Pacotilla (ya no se me escapa más). Os emplazo al próximo capítulo en que que descubriremos... ¿quién sabe? Seguro que alguna chorrada descubrimos.

PD: ¿Y lo bien que me viene esta gilipollez para repasar? Así parece que sé algo y todo.
PD2: He metido la chapa pero bien metidita...
PD3: Otro repaso, porsiaca cae concierto el miércoles, de mi canción preferida de mi galego favorito.

Deluxe - If things were to go wrong.

3 comentarios:

Quico dijo...

Me ha parecido de lo más interesante. Me interesa mucho el tema, la verdad. Te animo a que nos sigas instruyendo, lo haces sencillo de entender para un analfabeto sobre el tema como yo.

En fin, ahora le voy a dar al botón este de enviar comentario que emite ese sonido con sabor a naranja que tanto me gusta.

Un saludo.

Ana dijo...

¿¿¿Eres sinestésico??? ¡Qué suerte! XD

No es que lo haga sencillo de entender, es que yo también soy bastante analfabeta en este tema. Cuanto más sabes de algo, más cuenta te das de lo poco que sabes. O algo así se dice. :P

Taluego!

Quico dijo...

"El que no sabe nada, no duda de nada" Y yo añado: ¡¡A mí las dudas!!

No, por suerte no padezco de sinestesia. Bueno, cuando pierde el Valencia me “sabe muy mal” pero eso creo que no cuenta, ¿verdad? ; )