domingo, 4 de marzo de 2007

Dos ejemplos.

Con dos ejemplos me refiero a dos personas ejemplares. La cosa va de grandes talentos.

Hoy estaba yo leyendo el periódico en la terraza, como cada domingo, y he leído una noticia que me ha dejado... decir impresionada es poco (me cabía una sandía por el ojete) .
Mercedes García, una riojana con parálisis cerebral, con un 80% de discapacidad y dos licenciaturas en su haber (farmacia y psicología), ha sacado la
primera plaza en la convocatoria PIR de este año. Ante personas así lo único que puedo hacer es quitarme el sombrero y no extrañarme de que yo no haya conseguido plaza (soy una haragana). Me dedicaré a los delincuentes juveniles, a ver si se me da mejor que esto...

El otro ejemplo es Lorca. Esta tarde hemos ido a ver
La casa de Bernarda Alba. Impresionante. María Galiana en el papel de Poncia monumental, y Margarita Lozano daba miedo y provoca casi odio visceral como Bernarda Alba. Están todas espectaculares. Y esa sensación de claustrofobia, de rebeldía contra todo, esas ganas que te entran de coger a las hermanas por los hombros y sacudirlas mientras les gritas: ¿Pero estáis tontas o qué? ¡Las cosas no tienen por qué ser así! Qué grande Lorca, cómo sabía expresar problemas tan universales en situaciones tan cotidianas. Que suerte hemos tenido las mujeres de nuestra generación, aunque todavía nos quede mucho por hacer. Sólo puedo decir ole, ole y ole.