miércoles, 21 de febrero de 2007

Estallido de indignación.

Aviso a navegantes: nunca he sido cinéfila, ni lo soy, ni lo seré. Simplemente me gusta el cine. No intento que me aporte nada a parte de un buen (o mal) rato. No he visto grandes clásicos como Casablanca o El Padrino. No sé quién es Ingman Bergman ni me interesa en cine iraní. No sé por qué, últimamente hay una necesidad imperiosa de intelectualizarlo todo. Tienes que pensártelo bien antes de ir a ver una película. Te tiene que aportar una visión diferente de la vida, hacerte crecer espiritual y mentalmente (open your mind). Tiene que darle un sentido a tu mísera y rutinaria vida. Tienes que interesarte por la cosas que merecen la pena y que te convienen de verdad (según ha decidido un/a señor/a que no te conoce, que no le interesa tu opinión y que en su puñetera vida pensará en alguien más que en sí mismo/a).

No te puede gustar el cine Made in Hollywood, porque eres un capitalista, un pez muerto arrastrado por la corriente. No te puede gustar La Guerra de las Galaxias porque eres un freak (y de Star Trek ya ni hablamos). No te puede gustar Amelie porque eres una ñoña asquerosamente cursi. No te puede gustar Tim Burton, porque eres un pseudoinadaptado, el marginado de la clase intentando ser guay. No te puede gustar Harry Potter porque eres un niñato en el cuerpo de un adulto, crece de una vez, mamón. No te puede gustar el cine español porque es la misma mierda de siempre pero americanizada, pasada por el Turmix del imperialismo yankee. No te pueden gustar las películas de Van Damme o de Meg Ryan porque son un atentado contra la dignidad del hombre o de la mujer, tan llenas de tópicos y estereotipos que se te debería revolver el estómago. No te puede gustar la serie B o la Z o la N o la que coño te guste porque ¿de qué vas? ¿de independiente intelectualoide o de gilipollas sin más?

¿Por qué? ¿Por qué esta necesidad de justificar todo lo que hacemos? ¿Por qué tengo que pensar en las razones por las que me gustó La Princesa Prometida tanto como Pulp Fiction? ¿Por qué tengo que explicar que me guste Spiderman y La Liga de los Hombres Extraordinarios me parezca una mierda? ¿A quién le importa que haya disfrutado con Indiana Jones, El Sexto Sentido o Trainspotting? ¿Soy mejor que otros sólo porque NO me guste La Máquina de Bailar?

Y lo peor de todo es que se está extendiendo a otros ámbitos del ocio: no eres nadie si no has leído a algún existencialista (da igual cual: Sartre, Kierkegaard, Dostoievski). ¿Y qué pasa con las tropecientasmil veces que me leí El Señor de los Anillos en mi adolescencia? ¿Los de Flanagan, Verne o Elige tu propia aventura no cuentan? ¿Los de Borges, García Márquez o Vargas Llosa no son literatura como Bukowski?

Si no vas a ARCO y te tiras dos horas con la boca abierta delante de un cuadro es que estás out. ¿Y no me puede gustar Sorolla? ¿Si no entiendo (no me provoca ninguna emoción) un cuadro de dos colores soy una paleta? ¿Tengo que cambiar al David de Miguel Ángel por un un montón de pajaricos saliendo de agujeros en la pared?

Tienes que tener un Ipod de doscientos euros, que son mucho más molones que los reproductores de 2Gb por treinta euros en el Carrefour. Si no sabes qué es World of Warcarft no tienes ni p*** idea. Y si lo sabes... pues más freak no puedes ser. ¿No te has molestado en saber cuáles son las ventajas que te ofrece la manzanita frente a las ventanitas? Estás anclado en la era paleozoica. ¿Para qué te han servido todas tus horas de Lemmings, de Tetris, del Prince of Persia? ¿Ya no me puedo seguir riendo con Guybrush Threepwood o los tentaculitos morados del DOTT?

Y de música me da miedo hablar. Con lo que he rajado ya... qué pensarán de mi. Qué vergüenza ajena estaré dando... No soy moderna, ni punki, ni heavy, ni gótica, ni rockera, ni rapera. Me gusta el pop ñoño inglés y luego me pongo el primero de Rage Against the Machine. Tengo a Blur y a Incubus en el mismo altar. Nunca he escuchado un disco de Björk entero, ni sé quién es DJ X que pincha Kraftwerk en la sala Y, pero llevo flequillo sesentero y me gustan las Converse.

A la mierda con los intelectualoides. No sabéis disfrutar de la vida. Las cosas están para cogerlas o dejarlas, sin mirar lo que hace el de al lado. ¿Es un vacío existencial o es pura y llana imbecilidad? Qué más da que tu vecino escuche reaggeton a toda leche si te puedes poner tu disco favorito a la misma o mayor potencia. Qué más da que veas Gente, Redes o Rebelde Way. Qué te importa que viva feliz en mi ignorancia, sin saber quién es Krzysztof Kieslowski, pero distinguiendo entre un estafador (Bucay) y un genio (Skinner). Ole por los que tienen ansia de saber más, porque tienen donde elegir. Al peo con los que intentan imponer su visión de la vida. Sobre gustos está todo escrito (elige cualquier revista de tendencias). Y todavía habrá alguno que piense Mira ésta que se regocija en su propia ignorancia. No entendéis nada.


Ya está. Ufff... qué tranquila me he quedado. Ya está bien de juzgar a los demás sin conocer la idiosincrasia de cada persona. Hay cosas que me sacan el alien que tengo escondido en mi interior.