jueves, 22 de febrero de 2007

Mocos, polígrafos y publicidad

Estoy delirante. Es lo que tiene la enfermedad, junto con mocos infinitos, un paracetamol de un gramo efervescente, una Cocacola light, la manta para sudar y dos horas y media de Hora Chanante del tirón. Creo que voy a empezar a ver pitufos o elefantes rosas entrando por la puerta del salón... Aaaaattttcchhhhiiiissssss!!!!!!!!!!! Salud, gracias. Creo que estoy febril... y no en el sentido de siempre.

Me estoy dando cuenta de que la tele por las tardes es una bazofia impresionante. ¿Ahora sólo existe el polígrafo o qué?
Aquí he encontrado unartículo muy interesante sobre lo que ya me habían contado en la facultad. En concreto en psicofisiología. Pero ya se sabe que el morbo es lo que vende. Claro que luego te puedes encontrar a un psiquiatra diciendo esto. Cada uno que se forme su propia opinión con toda la información que hay disponible (pero los psiquiatras siempre llevando la contraria, hay que joderse).

Y además de polígrafos varios tenemos a Boris superhistrionizado o anuncios, anuncios y más anuncios, que últimamente es de lo mejorcito que se puede ver por la tele (a qué niveles estamos llegando, de publicidad y de programación, las dos cosas). Hay algunos que me encantan, como el de esa marca de cerveza:



O aquel del coche por piezas, que me recuerda a los programas de Ramón García, los de las fichitas de dominó... (dominoooooó, do do domisiiiiiiiiiii, do do dominaaaar, do do dominadoooo)



Y éste no tiene años ni ná, pero me encantaba (or vuá... Ese Cantona):



Me va a empezar a pasar como a mi hermano de bebé, que sólo se quedaba dormido delante de la televisión. O lo mismo se me está pasando el efecto del colocón... ¡Ay, qué malita estoy y que poco me quejo!