viernes, 23 de febrero de 2007

No me gusta mi tele.

Hoy más televisión mezclada con indignación. Como madrileña con más de dos neuronas me parece repulsivo lo que está haciendo nuestra presidenta con la televisión autonómica. Hace siglos que no veo Telemadrid, sólo pongo a veces el programa de cocina y Madrid Directo, pero el otro día, no me acuerdo por qué, entré en la página web y me escandalicé hasta las trancas. Pero si es casi peor que Curri Valenzuela y Jimenez Losantos de tertulia azuzados por Eva Hache y la desmembración del estado español. Un ejemplo, sin entrar en temas profundos como el terrorismo o la inmigración, que recogía un periódico gratuito es éste. También se podía titular "Cómo ver la paja en el ojo ajeno y pegarse una ostia contra un viga." (¿Era así? Creo que me estoy liando). Ya es como para tomárselo a cachondeo, aunque supongo que a los de Lujuria no les habrá hecho ni puñetera gracia.

Qué ha pasado en esta cadena que ha tenido que dimitir hasta Germán Yanke (más conocido en mi casa como el abuelo de la familia Monster), que tampoco era el adalid de la modernidad y el progresismo, el hombre... Claro que ahora estamos muchísmo mejor con esa mente preclara, ese profeta de la cultura, ese genio sin par que es Sánchez Dragó. Este hombre que dice las cosas claras, como tiene que ser, ¡coño! ¿Que nos llama guarros a los madrileños? Pues su razón tiene porque muy limpios, muy limpios no somos. ¿Que le pierden un poco las formas? Pues también, porque con la excusa de que describe la realidad cruda y objetiva, suelta unas perlas por esa boquita... Claro que luego pide perdón y se pone orejitas de burro, aunque yo, personalmente, hubiera preferido un capirote. Señor Dragó, no nos interesan sus opiniones personales. Limítese a hacer su trabajo, que yo no lo veré de todas formas, sin suscitar polémicas que llenan mi prensa de noticias sin interés ninguno.

Y para terminar la
contraprogamación. Bueno, eso no es, pero me hacía gracia la palabreja. Tiene unos artículos muy interesantes de leer cuando tienes un ratillo libre.